Fanfic Koi Suru Bou Kun

Proyecto Challengers!

sábado, 28 de mayo de 2011

"Las manos de mi madre" de Roque Esteban Scarpa.



Hola queridos lectores, aquí pongo un poema que me dio mi profesor, para que no se pierda en la nada del olvido (xD); por favor léanlo, al final explicaré algo que les conmoverá.



LAS MANOS DE MI MADRE

(Roque Esteban Scarpa – 1914-).



Miro tus manos. Pienso cuánto trabajo y caricia

entremezclados tienen sus tactos. Cuánto poder de amor,

hasta ayer ejercicio, movió almas y cosas. No me engaña

quietud con que las posas, con abandono, en el regazo.

Manos para ser mimadas por lo que consolaron,

manos para ser servidas por tanto que se dieron,

manos para la triste enfermedad y la alegría abierta,

manos de los diarios dolorosos adioses expresivos

y modestas en los gozos de los reencuentros.

Contienen esas manos tanta vida que los demás perdieron

al entregarse en vivir sin guardar memoria.

Miro tus manos, calidas, candidas palomas,

y de ellas, como lino leve, a mi piel se transfunde

aquella caricia con que me recibió la vida.



Bueno, en una clase mi profesor ocupó los versos:



“manos de los diarios dolorosos adioses expresivos

y modestas en los gozos de los reencuentros.”



El caso es que él nos relató que el autor de este poema (serenense y amigo del profe) tenía una madre que en esa época ya cumplía 100 años de edad, no veía ni casi oía por ello, y por eso cada vez (diariamente) que el poeta, ya mayor también, se despedía de su madre ella sólo podía apretar sus manos, pero no como un simple “adiós” sino más bien era por si no la encontraba con vida una vez que él volviera. Y por eso también “gozos de los reencuentros” pues ella también le daba la bienvenida apretándole las manos.



Espero que esto nos haga decirle todos los días a nuestra madre que la queremos, pues aunque somos conciente que ellas lo sabe, aun así nunca está de más decírselo, ya que nunca sabemos si nos verá o la veremos cuando regresemos.

viernes, 27 de mayo de 2011

"La Quintrala" (fragmento perturbante xD)




Hola otra vez, aquí un FRAGMENTO del libro La Quintrala de Magdalena Petit, lo leí de una pasada porque me gustó mucho, y para tentar la lectura e aquí una parte del libro perturbadora xD seamos honestos, por eso lo leí jajaja. Bueno, besos, no olviden que hay muchos buenos libros que leer! Ahora a por la Araucana y Malincha! jojojo





“La pequeña Catrala se agita en su lecho sin poder dormir. Su imaginación está llena de las visiones de la procesión de sangre; recuerda lo que les ha contado la Josefa, a ella y a su hermanita mayor, sobre cada anda, sobre los penitentes y sobre el infierno. Tiene presente a un hombre que llevaba los brazos atados a una cruz y que de pronto se desmoronó sobre sus piernas, cayendo al suelo: la Aguedita se había arrimado a la Josefa mientras sacaban a un lado al muerto y seguían pasando y pasando los disciplinantes en el vocerío.



- ¿Y por qué algunos se azotan ellos mismos? – había preguntado la pequeña Catrala.

- Para castigarse por sus pecados y obtener perdón de Dios – había respondido la Josefa.

- ¿No será porque les gusta?

- ¡Cómo les va a gustar! Si duele muchísimo, tienen que ser muy valientes para soportarlo.



En balde se da vuelta en la camita la niña; el sueño no viene: una idea fija lo espanta. La necesidad de realizarla va creciendo e imponiéndose, vehemente. La niña, al fin, salta de la cama. Cuidando de no hacer ruido, avanza, como gatita cautelosa, hacia la puerta que da al corredor. Allí tropieza, empujándolo, con un taburete. Le parece tan fuerte el sonido del roce contra el suelo, que permanece un momento anhelante: cree haber desertado a todos los de la casa…, pero nada; sigue, tranquilizador, el silencio nocturno. Se pone entonces de pie y se desliza por el patio, donde una débil luna, en medio de los esfuerzos de sus rayos por desencapotar el cielo, alcanza a clarear. Se detiene la chica frente a un cuarto, cerca del comedor; abre despacio la puerta, tantea contra la pared izquierda, buscando algo. Como no lo alcanza, empuja completamente la puerta, haciendo penetrar un poco de luz, y arrima una silla para elevarse a la altura de una tira de cuero con la que castigan a los esclavos del servicio cuando así lo ordena el dueño de casa.



La niña ha manifestado curiosidad por asistir a estos castigos, pero sin conseguir satisfacerla. Sabe, solamente, dónde se guarda el azote, y que es Pedro el encargado de manejarlo.



Su manito, ligeramente trémula, logra al fin descolgar el látigo, mientras el corazón le palpita con ese goce mezclado de temor que experimenta siempre que comete algún acto prohibido.



***



El oratorio está sumido en una atmósfera plomiza en la que flotan todavía emanaciones de incienso y de humo de cirio. El aceite de la lamparilla se va extinguiendo y la llamita aletea, moribunda. Sobre el altar, vagamente, se adivina la imagen de una “Inmaculada Concepción”.



La avanzada hora nocturna matiza de misterio la quietud del recinto sagrado: llama a la oración sobrecogida de un alma en inefable comunión con Dios. De pronto se abre una puerta y la ráfaga de aire frío que agita la atmósfera tibia arrastra en su corriente una forma humana frágil. El ambiente de paz cristiana se va perturbando. No es ésta un alma mística que viene en busca de oración: ante el altar, desnuda, se está disciplinando una diminuta sacerdotisa pagana.



Va y viene el látigo, torpemente primero. La mano inexperta y débil se hace más diestra, poco a poco, y va y viene el látigo. Va y viene, va y viene. Presa de frenesí, como un exótica danzante, la Catralita se disciplina….”.



Fragmento de La Quintrala de Magdalena Petit.

Ed. Zigzag. Cap. 2, pás. 15 a 17).



Nota: Maldito impuesto al libro! Todo es tan caro en Chile! Les conviene que la gente no lea para que puedan pasar de ella, verdad? ¬¬

jueves, 26 de mayo de 2011

Cap 12: fanfic de The Tyrant Who Fall in Love / Koi Suru Boukun.


Nota previa: uff! Pasé un terror de muerte, no podía acceder al blog, pero después de muchos intentos al fin puede hacerlo, siento a las personas que les mandé un correo avisandoles de mi actualización con otra dirección, y es que no podía esperar más, llebaba como una hora algo peliando con esto xD, bueno, aquí sí, donde pertenece, mi querido blog!!!



Hola! Espero que esta actualización se considere “rápida” para no sentirme culpable de hacerles esperar demasiado como las veces anteriores jeje. Como pudieron haber sospechado mi universidad sigue en paro y en toma, pero está bien, yo soy de las que apoya! Y no precisamente para no tener clases, al menos yo no, aún debo estudiar en casa, leerme 3 libros y transcribir 2 capítulos de un libro, sin contar las matrices de blablablabla xD etc.

La trama de mi fic me está gustando mucho porque ahora pasamos del dramón casi al crimen psicológico xD wiwiw soy feliz, y los próximos capítulos seguirá en esta onda psicológica (ya conocen a senpai, je). Muchas gracias por todo el apoyo y la espera, espero continuar este fic a este ritmo *-*. Y también, seguiré trabajando en otros one shot de algunas parejas, como de Rusia, les gustó? Todo el sadismo y más aquí! En caetedeltecho xD.

Bueno ya el fic, provecho! Espero sus comentarios n.n/





Cap 12:



Senpai piensa muchas que no logra relacionar en esos 4 segundos de impacto y preocupación desesperada, antes de dejar a Morinaga en el suelo y correr casi sin pensar hacia la puerta del laboratorio, deslizándola violentamente produciendo un fuerte golpe y gritar de forma casi irracional pidiendo ayuda.



- ¡ayuda, alguien! – gritaba aún sosteniendo cada extremo de la puerta abierta – ¡Morinaga se ha desmayado! – como si todo el mundo que pudiera estar en el pasillo lo conociera, aunque igualmente todos lo miraron asustados, primero por el ruido sordo, después por el grito, y finalmente por ver quién gritaba: Souishi Tatsumi, bien conocido en el campus de agricultura por su excentricidad y mal humor.



Pero gracias a dios (o porque este es un fic xD) un grupo rezagado que pasaba casualmente por ese pasillo sí conocían a Morinaga, ya que eran sus compañeros que habían salido del mismo examen de éste e iban de camino a la cafetería, cansados pero con mejor cara que su ayudante (N/A: recuerden el grupo de estudiantes que fue a encarar a senpai cuando Morinaga desapareció la segunda vez).



Ese grupo puso verdadera atención (no solo “miedo” como los demás que estaban en el pasillo) al haber oído el nombre de su compañero (honestamente, querido por todos) y de la boca de senpai.



- Qué?

- Morinaga?

- Qué le pasó?



Preguntas como esas sonaron en el grupo que pecó de inutilidad por el asombro y miedo honestamente preocupado hacia su compañero, pero fue Yamagushi el único que estaba impactado más que anonadado y pudo creer de a primeras las palabras de senpai.



- ¿desmayado? – preguntó con el rostro contraído, había rememorado de inmediato el desmayo que había tenido Morinaga el año pasado, que él consideraba que no era más que culpa de la tiranía de senpai y el corazón demasiado amable de su compañero (aunque no es que odie a senpai, le tiene demasiado miedo para hacerlo).



Y senpai, al verlo en su ojeada de caras histérico (en realidad Yamagushi es al único que reconoce además de a Mori) lo reconoció y llamó casi gritando:



- ¡Yamagushi! – y él brincó – ¡ve a buscar una camilla, rápido!

- Ah! s-sí! – y partió sin dudar a la enfermería, despertando de sus recuerdos, y siendo seguido por dos de sus compañeros mientras los demás se aventuraron (en especial las chicas) a entrar tras senpai que se había esfumado dentro del laboratorio otra vez. Lo vieron cogiendo a Morinaga en sus brazos (ignoró el dolor en su trasero al agacharse de esa forma tan brusca) y lo miraba completamente angustiado con otra sopa de pensamientos inconexos en su mente. Los compañeros de Morinaga no sabían si estaban asombrados por el mismo desmayo de Mori o por ver al senpai así, nunca lo habían visto honestamente preocupado hasta el punto de la angustia (creo que siquiera preocupado lo habían visto).



Todo esto había ocurrido en pocos segundo.



Senpai escuchaba de lejos (aunque ya estaban a su lado) las frases nerviosas de los compañeros de Morinaga sin poder comprender nada de lo que oía, solo veía angustiado a Morinaga con la mandíbula tensa.



- ya decía que se veía demasiado cansado…

- estaba muy pálido en el examen, verdad?

- era el que estaba con peor cara…

- qué le habrá pasado? Él no necesita esforzarse tanto…



Comentarios de voces desconocidas, entre curiosas y honestamente preocupadas. Y de pronto…



- Morinaga… - una voz más suave que las otras, más dulce y honestamente del todo preocupada se acercó, senpai sintió como alguien se arrodillaba a su lado (y solo por eso en realidad la vio) y sacado un pañuelo rosa claro (tenía que ser de ese color) recogió suavemente el sudor frío de la frente de Morinaga. Y senpai la reconoció, era la chica a la que le gustaba Morinaga (aunque seguro él ni sabía) y expresaba la tierna preocupación por el chico que le gusta y que no pudo mostrar tras el examen pues éste salió corriendo (peor para su salud) al laboratorio de senpai, y claro, ella con su inocencia solo pensaba que era un ayudante admirable (más puntos para su amor no correspondido).



Senpai, hasta entonces completamente anonadado aún por el desmayo de Morinaga, al verlo siendo tocado levantó la vista y vio a la chica del todo, y la chica también lo miró, dulce, con tierna preocupación (un poco de sonrojo en las mejillas incluidos) pero por dentro, tal vez por instinto femenino, sintió que senpai no quería que ella tocara a Morinaga, y no se equivocaba del todo: senpai la miraba aún impactado, sin saber qué hacer, pero ya no con ojos sorprendidos o simplemente contrariados por la impresión, estaba casi enfadado, no enojado, pero su mirada rehusaba a la joven, no debía estar ahí, no debía hacer lo que estaba haciendo, no debía tocar a Morinaga. La chica lo sintió, y con mirada curiosa y con la preocupación hacia Mori, lo quedó mirando confundida, mientras senpai sentía por dentro muchas sensaciones confusas: preocupación, miedo, asombro, y ahora una leve sombra de celos. Pero no se dio cuenta, como esa vez hace tiempo que sintió celos de Masaka y nunca cayó en ello.



Pero ese extraño ambiente, y miradas de senpai y la chica duraros apenas pocos segundos, y nadie lo notó (tal vez siquiera la chica del todo) no hubo tiempo, había llegado Yamagushi con sus dos compañeros y una enfermera, y de pronto Morinaga ya iba a lo largo del pasillo, y senpai se vio corriendo a su lado, chocando con gente, oyendo sin comprender las preguntas de la enfermera, y sin importarle el grupo (aún entre preocupado y curioso) que lo seguía.



Un alboroto, un gran alboroto, ya en la enfermería senpai solo cuida estar al lado de Morinaga, pero sigue viéndolo en shock, sin hacer nada, completamente paralizado aún de la impresión. La enfermera hace salir a todos, pero cuando le dice a senpai que salga también Yamagushi le dice que él es el senpai del joven desmayado, el cual es su ayudante y entonces ella decide dejarlo dentro de la enfermería con Yamagushi (el que, ya que fue a buscarla y parece conocer bien la situación, decide dejar dentro también).



Morinaga ahora está en la cama, y de inmediato la enfermera le ha puesto un termómetro, lo más importante ahora es bajar su fiebre.



- ¿qué ocurrió exactamente? – pregunta al senpai.



Pero senpai sigue en silencio, por un momento Yamagushi se asustó al verlo de tal forma impactado, como si fuera a llorar de pronto.



- senpai?



E ilógicamente senpai vio a Yamagushi como si fuera Morinaga, ¿quién más le llama “senpai” si no se relaciona con nadie? Pero al ver quién realmente era despertó al fin de su estupor, y vio otra vez a Morinaga, vio donde estaba y al fin a la enfermera.



- eh?

- le pregunto qué a pasado, está usted bien?

- Ah, s-sí, solo que… fue la impresión, disculpe… él… él se desmayó en el laboratorio…



Yamagushi lo miraba con viva atención, también quería enterarse de qué había ocurrido, y además, seguía sorprendido por esa extraña conducta de senpai, y Morinaga así… ¿qué había pasado?



- ¿pero cómo fue? ¿él se sentía mareado, cansado tal vez? - las preguntas de la enfermera apuntaban sabiamente a los hechos cotidianos que solían ocurrir en la universidad: jóvenes resfriados por haber estudiado demasiado, o desmayados por falta de sueño, o que se habían sobreexigido a pesar de un resfriado. Todo esto ella esperaba aclarar con sus preguntas, mientras ágilmente trataba a Morinaga con paños húmedos, limpiándole el sudor y enfriándole la cara.

- Eh, sí… él parecía… cansado y… muy acalorado… - miraba la nada como si estuviera viendo otra vez esa visión de hace apenas unos minutos antes, lo recordaba “senpai…” llamándolo débilmente.

- Él… - intervino Yamagushi, al ver que senpai aún estaba demasiado perplejo – había salido hace poco de un examen muy importante con nosotros, todos estábamos cansados pero él… lo parecía más que todos. – dijo bajando la mirada, como si esto le apenara como algo personal, y tal vez así era, Morinaga era su amigo, y estaba casi creyendo que por culpa de senpai él estaba así.

- Ya veo, antes, había ocurrido algo así? – preguntó la enfermera, pues no era del todo normal que un estudiante estuviera cansado, resfriado, y saliendo de un examen todo junto.



“¿Antes?” pensó senpai, y recordó la escena del año pasado, cuando de pronto por Yamagushi se enteró que Morinaga se había desmayado, y sin pensar vio a éste, Yamagushi lo miraba nervioso…



- s-sí… ya había pasado… - Yamagushi vio a la enfermera a los ojos – el año pasado… también se desmayó por un resfrió… él – tragó saliva y vio a senpai, después otra vez a la enfermera – él tenía mucho trabajo en esa época…



La enfermera, notando el intercambio de miradas tenso, indagó más – es eso… cierto? – le preguntó a senpai.



- … sí… - miró hacia abajo – es cierto… en ese momento… él tenía mucho trabajo con mi investigación porque yo no estaba y ahora… - y se dio cuenta – tuvo que estudiar mucho… - no pudo profundizar más, sospechó entonces que Morinaga no había dormido bien, tal vez siquiera dormido, pero en realidad no sabía donde había siquiera pasado la noche, ¿qué más podía decir?

- Ya veo… - la enfermera bajó la vista, recogió el termómetro, 39,5 grados, tensó su rostro – debo bajarle la fiebre de inmediato, cuando lo haya hecho debe ir a casa a descansar y deben llamar a un médico de inmediato, sospecho que necesitará de una inyección, no parece ser un resfriado común. ¿usted sabe dónde vive?

- Ah, sí, él vive conmigo.



Yamagushi se sorprendió más al oír eso que por la expresión vista hace unos minutos de senpai, lo miró atónito, no se esperaba eso. Y senpai que lo había dicho con honestidad despreocupada por las impresiones vividas solo notó lo que había dicho tras haberlo hecho, y sintió la inevitable mirada pesada de Yamagushi sobre él. Se miraron ambos, senpai después esquivo la mirada, hizo una expresión lo suficientemente alarmada para que Yamagushi se sorprendiera más, incluso sospechara mil cosas.



“¿Morinaga vive con senpai? Pero… desde cuándo, y por qué? Sé que son buenos amigos pero… es decir, es senpai!” la imagen de tirano de senpai no podía sacársela de su mente, ¿quién en su sano juicio iría a vivir con un loco como ese? Y Morinaga…” claro, él podría, la imagen que tenía Yamagushi y sus compañeros de Mori era de un joven alegre, amable y de corazón tan cálido que era el único que era capaz de lidiar con ese tiránico… Vio a senpai nuevamente, el cual por lo anterior dicho miraba el suelo sin decir nada, y se preguntó seriamente si ese tipo no estaba abusando de Morinaga, es decir, bien ya sabía que abusaba en alguna medida de él, pero en verdad hasta este extremo?



Pero la enfermera cortó sus pensamientos fugases.



- Bien, su senpai puede quedarse, pero usted debe ir a clases, basta con que una sola persona lo cuide.

- Ah, s-sí… - Yamagushi, demasiado impactado para reaccionar de mejor manera ya se iba hacia la puerta.

- Yamagushi – pero la voz de senpai lo detiene, él voltea y lo mira. Senpai se ve más nervioso que antes, y ¿sonrojado? Nunca lo había visto sonrojado en su vida! Hoy ha sido un día de demasiadas sorpresas para él.

- P-perdona, podrías ir a neutralizar mis cultivos? Por favor…

- “¿por favor?” ah, s-sí, de inmediato, senpai.



Y se va, sin siquiera saber a cuáles cultivos se refería senpai, el cual tampoco cayó en cuenta de eso.



Se sentó en la silla al lado de Morinaga, que entre paños húmedos y parches fríos (N/A: esos que se usan en Japón, son tan geniales xD) era atendido por la enfermera de forma mecanizada y eficiente, pero senpai casi no lo notaba, solo oía la respiración acelerada de Morinaga y veía su sudor frío deslizarse por su cara. La enfermera no hizo más preguntas, ocupada solo en bajar la fiebre de su paciente esporádico; sabía que si quería hacer más preguntas debía hacerlas al paciente mismo, sospechaba como buena enfermera experimentada que este era otro estudiante que se sobre exigía demasiado para sus estudios, eso, sumado a tal vez algún problema personal, él seguramente era de los que se enferman cuando su cuerpo colapsa, pensó.



Senpai por su parte, el cual tenía muchas cosas que pensar, para variar no pudo concretar ninguna, sus pensamientos iban desde la confesión de estar viviendo con Morinaga que escuchó Yamagushi, hasta la confesión inquietante del propio Morinaga en su “yo no me arrepiento”, su desmayo, e incluso el estar ahí ahora mismo, parecía todo tan irreal… y las preguntas de la enferma, y las respuestas de Yamagushi, ¿acaso era su culpa que Morinaga estuviera así? “pero si él fue él que…!” El que le hizo todas esas cosas antesdeayer… por eso se fue… “es su culpa…” pero senpai no podía sentir odio, por qué? ¿Por qué no podía odiar a ese bastando que lo había violado, por el que su cuerpo dolía ahora mismo al estar sentado ahí? Por qué en vez de eso estaba preocupado, a su lado, esperando que su fiebre bajara…? “Yo… debería odiarte…”, sentía extraña culpa, no entendía qué pasaba, qué le pasaba a él y a Morinaga, si todo pudiera volver a ser como hace apenas unos años, en que apenas lo conocía y era su amigo, su único amigo, el único que podía soportarlo, el único que le hablaba y con eso bastaba, con él bastaba, no necesitaba a nadie más, lo ayudaba en el laboratorio, almorzaban juntos, y tenían conversaciones interesantes, no necesitaba nada más, quería volver a ser el de esa época, que fueran ambos otra vez a esa época pero ya estaban manchados, todo estaba sucio como esas malditas sábanas! Todo era asqueroso, no podían volver a ser lo que fueron.



- se encuentra bien?



La voz suave pero seria de la enfermera lo despertó, ¿cuánto tiempo había pasado? ¿Cuál era su expresión justo ahora? ¿ella lo vio todo?



- eh, s-sí, estoy bien… solo… - volvió a sus casillas – aún algo sorprendido…

- comprendo, pero no se preocupe, ya bajó su fiebre, pero debe ir a casa pronto y seguir siendo atendido o volverá a subir. Por favor, llame a un doctor a penas esté en casa si no puede llevarlo a un hospital.

- Sí, comprendo, eh, voy a buscar mis cosas y regreso…



Caminó sin pensar en sus pasos, llegó al laboratorio (tenía que pasar a través de él para llegar a su casillero) y olvidando a Yamagushi e incluso la instrucción (simple) que le había dado, se topó igualmente con él.



- ah.

- ah. – dijo el otro, tras ver a senpai abrir la puerta y entrar rápidamente –c-cómo está Morinaga? – la tartamudez lo a seguido todo ese día.

- Ah, bien… ya bajó su fiebre… y los cultivos? – recordó senpai.

- Ah, sí, están bien, neutralicé los que estaban sobre la mesa, supuse que esos trabajaba, y aproveché de hacer unas notas sobre cómo estaban antes de neutralizarlos.

- Ya veo, gracias. – senpai atraviesa el laboratorio, su mente un poco más recuperada de todas las impresiones volvió a su naturaleza inquisidora de científico y pudo suponer entonces que una tarea como la que hizo Yamagushi no tomaría tanto tiempo, es decir, ahora está ahí porque…

- ….. – pero él no dice nada. No se atreve a indagar más, tiene el presentimiento que pasa algo más grande que él, y siente la urgencia de ayudar a Morinaga, pero no sabe cómo ni en qué – em, senpai…

- Ah, sí? – justo cuando iba a entrar a donde están los casilleros, senpai se detiene, piensa que le preguntará sobre lo que dijo, sobre que él y Mori viven juntos ¿qué le diría entonces? No le quedaría más que reconocerlo… y senpai, pensando (o sintiendo más de la cuenta) le viene un escalofrío, como si Yamagushi pudiera saber qué hacen en ese departamento, qué han llegado a hacer, las locuras que ha vivido…

- em, ¿necesita ayuda para llevar a Morinaga a casa? – indirectamente, Yamagushi iba a eso, quería enterarse de aquello, saber al menos que Morinaga estaba en un buen sitio (costumbre japonesa) y de esta forma disimulada, saber un poco más, pues estaba bien enterado de que más palabras al senpai ya no podía sacarle.

- Ah, em… - senpai algo nervioso, o quizás ansioso, piensa de forma más detenida, es cierto que no puede cargar a Morinaga solo, pero definitivamente no quiere que Yamagushi vaya a su casa, aunque no sabe por qué.



Y se abre la puerta inesperadamente, Yamagushi y senpai visualizan al profesor Fukushima.



- hola, supe que Morinaga está enfermo, está bien? – con su preocupación casi paternal por su alumno, uno destacado en estudios y en amabilidad, el profesor se impresionó bastante al saber por los compañeros de Morinaga que éste se había desmayado, por lo que fue de inmediato al laboratorio a enterarse – Tatsumi-kun, qué pasó?

- Ah, profesor Fukushima, em… está bien, fue un resfriado… ya está mejor, ahora planeaba llevarlo a casa.

- Oh, ya veo – el profesor entra al laboratorio, y senpai siente un increíble rechazo hacia él, siendo que en realidad ese profesor siempre le a caído muy bien – oh, ya veo, sabes dónde vive? Puedo pedir la dirección, me la darían más fácil a mi si no la sabes.

- Ah. sí… vive con… - Yamagushi, que hasta ese momento había permanecido cortésmente callado, lo miró de reojo pero de forma penetrante – conmigo.

- Oh, de veras? No lo sabía, bueno, pero si necesitan un coche, podemos ir en el mío, ahora mismo estoy libre y así lo veo, quedé bastante preocupado…

- ….. – senpai mira el suelo, un escalofrío lo recorre – gr-gracias – qué más podía decir? No podía rechazarle a su maestro tan amable proposición, además, sería más que sospechoso el hacerlo.

- Entonces – dice Yamagushi, insistiendo y luchando por no perder oportunidad – yo lo ayudaré, de todas formas, hay que cargarlo.

- Oh, gracias – dice el profesor, sin notar el nerviosismo de ambos, pues la naturaleza de ese hombre mayor era demasiado ya serena para caer cuenta de eso.



Senpai va por sus cosas, Yamagushi guarda los cultivos, y el maestro revisas sus notas. En menos de un minuto se dirigen a la enfermería, senpai siente un sudor frío.



- oh, que bueno que llegaron, él ha despertado, pero aún no del todo. – la enfermera los recibió. – será mejor que lo lleven en camilla.

- está bien, los levaré en mi coche.

- Ah, profesor Fukushima, que bueno, eso me tranquiliza, estaba pensando ya en llamar mejor a una ambulancia.

- No hay problema yo… - blablabla, una conversación entre el profesor y la enfermera que senpai no terminó de oír, porque se cruzó con los ojos vidriosos y perdidos de Morinaga.

- Morinaga… - lo llamó sin pensar.



Y él lo miró, en su respiración agitada, ahora tenía 37,3 grados e iba en asenso, sentía su cuerpo pesado, su cabeza palpitaba, su boca estaba seca y amarga, y sus ojos ardían.



- senpai… - quiso alcanzarlo, pero su cuerpo no le respondía. Y senpai lo miró con ojos lastimeros y confundidos. Mientras, Yamagushi observaba todo sin perder detalle, sentía un extraño ambiente entre ellos dos, y cada vez se preocupaba más por su amigo.



Y llegaron al coche, en camilla Morinaga viajo ese largo pasillo, hasta el estacionamiento, y de forma lamentable entró al auto, a la parte trasera con Yamagushi que lo sostenía.



Senpai iba al lado del conductor, el profesor, y le iba dando las instrucciones de cómo llegar.



- Yama…gushi…? – Morinaga pudo reconocerlo, pero no pudo contestar las preguntas que le hacía, como tampoco supo quién era el conductor de aquel vehículo.



Senpai estaba nervioso, volvió toda la desesperación de golpe, y un sudor frío lo recorrió de forma asquerosa. Iban a entrar al departamento, iban a encontrar la suciedad de la cocina y el montón de loza en el fregadero, y peor, iban a pisar el suelo donde una vez Morinaga lo había atacado, donde habían hecho tantas locuras… y la habitación? “dios mio!” la habitación de Morinaga, aún estaba hecha un desastre, aún tenía sábanas sucias! Senpai tembló colérico, le costó respirar y debía cruelmente disimular ante el profesor, ante Yamagushi del cual ya sentía su mirada inquisidora; llevarlo a su cuarto, sí, eso sería lo mejor, no sospecharan nada entonces ¿y la puerta? “está cerrada verdad? Yo la cerré para no ver nada!”.



- es aquí?

- Ah! s-sí! Es aquí…



Bajaron, Morinaga tosía y entreabría sus ojos sin ver nada en realidad.

El profesor se estaba bajando del auto para ayudar a entrar a Morinaga, pero…



- e-está bien profesor, solo lo entraremos al cuarto… - dijo senpai, con expresión tensa, el profesor sí pudo notarlo esta vez y por cortesía natural no insistió.

- Ah, está bien, los esperaré.



Yamagushi lo mira de reojo, no sabe qué pensar de la actitud extraña de su senpai, “definitivamente hay algo raro aquí…”.



A tambaleos cargan a Morinaga, el cual pesa muchísimo con su cuerpo cansado, pero Yamagushi bien puede con él, senpai abre la puerta y entran, Yamagushi recorre el sitio con su mirada rápidamente, y senpai puede sentir esa horrible incomodidad, dios, como quisiera estar solo ahora mismo, siquiera con Morinaga…



- Por aquí. – senpai indica a la vez que ayuda a cargarlo, lo llevará a su cuarto, y en el camino ve la puerta cerrada de la habitación de Morinaga y suspira aliviado; Yamagushi, por mientras, sigue recorriendo el lugar, parece bastante normal a sus ojos, pero de alguna forma hay un extraño ambiente en él.



Entran a la habitación, no había forma de que Yamagushi pudiera saber que era la habitación de senpai y no la de Morinaga, al menos no en un vistazo rápido. Lo acuestan en la cama, Morinaga suspira, esa caída le produjo un gran mareo y ahora mismo tiene ganas de vomitar.



- gracias, ahora yo me encargo. – no miró a Yamagushi al hablarle.

- Está seguro? – pregunta él preocupado.

- Sí. – y volvió su convicción, miró a los ojos a Yamagushi y lo dijo con rostro severo, tal vez por estar ahora en su habitación se sentía más seguro.

- Ah, o-ok…



Senpai tiembla, no quiere siquiera acompañarlo a la puerta, solo quiere que ese tipo desaparezca. Yamagushi pareció notar esa vibración de odio.



- e-entonces me voy… - mira una última vez a su compañero y voltea para irse, lo que le permite ver más claramente el escritorio de la habitación y sobre él un estuche para gafas. “Esta no es la habitación de Morinaga.” se asusta de su propio descubrimiento, bien quisiera que todo fuera más simple, que nada tuviera este aire de crimen.



Pero camina seguro, sale de la habitación, y va por el pasillo, traga saliva nervioso “entonces, la habitación de Morinaga…” mira a la derecha, sí, debe ser esa puerta.

La abre, y senpai no oye ese ruido pues está sumergido en el asco que siente ahora mismo por la situación vivida.



Y Yamagushi observa, con el corazón en la garganta, y siente cómo se le detiene, porque tiene miedo de ese tirano, porque sabe que está haciendo algo malo y muy inapropiado… pero más se agita al ver esa cama desarmada, sin una sábana y toda revuelta con “una mancha negra…”. Yamagushi abre más los ojos, entra un paso, luego otro, y no sabe cuantos hasta ver claramente la mancha de sangre. Es sangre. “Sangre!” se aterra, se va corriendo, no piensa siquiera que pudo haber sido oído como fue, y cuando senpai cae en la conciencia de ese ruido extraño ya acelerado, sale de la habitación (aunque no sabría qué hacer al ver a Yamagushi haciendo lo que fuera que hacía) pero solo ve la puerta cerrarse.



- qué…? - no se atreve a ir tras él, conciente de no tener idea de qué hacer al enfrentarlo.



Afuera, el profesor espera con tranquilidad, preguntándose si Morinaga estará exigiéndose demasiado. Pero da un brinco en su pasividad al notar que su alumno entra frenético adentro.



- ah, qué pasó? – pregunta ingenuamente el maestro.

- …… - Yamagushi tiene los ojos muy abiertos, respira agitado y suda de nerviosismo, no puede pensar con claridad, pero sabe que debe contarlo todo, todo lo que vio, ¡esa sangre! Pero… – n-nada… está mejor…

- Oh… ya veo… - el profesor al fin siente un aire raro en todo esto, y planea mañana definitivamente entrevistarse con senpai, y ojala pronto, con un Morinaga recuperado, aunque no sospecha para nada, la locura que hay detrás de todo esto.



CONTINUARÁ.






Ya saben, comentarios y cartas de muerte a: shicakane@hotmail.com



Muchas gracias por todos los correos que me mandan! n.n/



Nota: algo nada que ver con esto xD tiene que ver en realidad con FACEBOOK, estoy corriendo la voz que para sacar ese maldito fondo negro de las imágenes (eso que no nos deja leer manga) se debe apretar F5 cuando la imagen ya esté con ese fondo negro. Esop, nos vemos!

martes, 24 de mayo de 2011

Fanfic Hetalia Rusia x Lituania



Hola! De seguro me matarán por subir un fic nah que ver con KSB xD, pero este salió de la nada y es corto, por lo que aprovecho de subirlo. De paso decir que es MUY FUERTE, CON TOQUE GORE, así que las personas de mente y corazón sensibles abtenganse de leer esta locura.






Rusia y Lituania.



Se retuerce debajo de mí, y no hay nada que pueda hacer latir más fuerte mi corazón que eso.



- ahg! Ahg! – sus gemidos siquiera parecen placenteros, y eso solo me hace desear hacerlo peor – ahh! Ahhh! No! por… por qué me haces esto…?



Pregunta ya completamente desarmado, ya siquiera se resiste, solo recibe todo de mi sin la esperanza de lograr aguantarlo, solo recibe.



- por que? Eso es fácil de contestar… - sonrío, y sé que mi sonrisa lo aterra – es porque amo hacerte esto… - y es la verdad, yo amo esto.

- nn! Nn! No! no! – comienza a patalear, de seguro será el último intento de su parte por defenderse, y es fácil vencerlo, y él sabía que no iba a ganar, solo estaba desesperado, solo tenía rabia de su mala suerte y quería descargarla en patadas y manotazos que no conducían a nada, no… la verdad, me excitan más para su mala suerte, o quizás lo sabe y ya no importa?



Ah, otra vez llora impotente, sé que no debería excitarme su rostro de terror y asco, es demasiado, pero no puedo ni quiero cambiar lo que ya es. Y lamo sus lagrimas, y adoro consumirlas con su sudor y saliva, y él aprieta sus dientes en su vago intento de que mi lengua no entre a su boca, pero es inútil, basta que solo lo penetre más bruscamente y él debe abrir la boca para dar su grito de dolor y entonces aprovecho y mi lengua se hunde en su garganta, no, esto no es un beso, siquiera es sexo, simplemente lo estoy aniquilando como siempre e querido hacerlo, ahora eres mío y nada debe detenerme en destruirte una y otra vez, dejarte agónico para volverte a aniquilar sin parar hasta… nunca.



- no… no más… no puedo… no puedo más… - sollozas, y eso vuelve a revivirme, y lo sabes, pero no puedes evitar el suplicar, el retorcerte y con ello excitarme.

- Está bien si no puedes, solo no te duermas – y sonrío otra vez, las únicas veces en que sonrío de corazón es cuando te tengo a ti así, cuando estás tan cansado que casi siquiera puedes estar tan aterrado como podrías por la situación.

- … hic… hic… - un extraño hipo de llanto y unos espasmos adornan tu cuerpo maltrecho, me miras casi sin verme porque estás otra vez agónico, y yo te retuerzo una vez más, saco todo de ti, destruyo todo de ti, y entre más convulsiones y llores más fuerte late mi corazón y me siento más lleno que nunca, más fuerte que nunca, sí, esto debe ser la felicidad, la plenitud que me da el matarte una y otra vez, retorcerte. – no… Rusia… me muero…



Patalea una vez más, llora más, aún tus lágrimas no pueden acabarse, necesito más de ti.



- no, no morirás Lituania, yo no te dejaría morir.



Y tus ojos me buscan, tus manos heridas de sangre y semen me buscan siegas y temblorosas y yo las tomo con las mías ayudándolas a encontrarme.



- Rusia…



Y mi boca en tu rostro otra vez, saboreando la sal de sudor y lágrimas una vez más, y sí, puedo saborear la sangre y oigo el temblor de tus dientes, tu hipo histérico. Tus brazos con sus últimas fuerzas me abrazan, ¿quieres lastimarme Lituania? ¿Quieres arañarme, o destrozar mis carnes como lo hago contigo? No tienes fuerzas, no puedes lastimarme y siento tu odio, tu humillación y sin parar vuelvo a arder y vuelvo a tomarte, y ya no te mueves, no te mueves Lituania sin importar cuánto te hago sangrar en estas envestidas enfermas.



Sigues respirando, lo sé porque respiro tu débil exhalación, y saboreo tus heridas abiertas y sangrantes mientras penetro tu cuerpo inerte, inconsciente, que ha pasado su límite y que yo sigo abusando a pesar de que ya no estás aquí.



- Lituania… no debías dormirte… eso no está bien.

- … cof! Cof! Cof!



Y Lituania despierta por la falta de aire, y le sonrió y sigo sus ojos que exploran confundidos, no sabe qué hora es, siquiera tal vez dónde está, cuánto a pasado, no sería la primera vez que te e violado durante días.



- no… Rusia… no me pegues más...



Lloras otra vez, y el dolor de mi pene solo me anima, oh Dios Lituania... si supieras cómo quiero destruirte.



- AHHH!!! AHHHH!!! AHHHH!!!

- Lituania… no hay limites, no lo olvides.



Cuando vuelvas a despertar Lituania, no esperaré a que sanes como suelo hacerlo, porque hay mucho más a donde quiero llevarte, y hay muchas nuevas formas de cómo destruirte. Y sonrío feliz con solo pensarlo.



- Te lo mostraré, Lituania.

- ………………






FIN!



Ya saben, comentarios y cartas de muerte a: shicakane@hotmail.com