Tópicos en la literatura
chilena
Lemebel y Baradit
¿Sobre qué
escribimos en la literatura chilena? (Narrativa) Entre tanta cosa que he leído me
causó curiosidad como se repetían algunos tópicos en la literatura de Lemebel y
de Baradit (¿lo habrá leído -Baradit a Lemebel- digo yo?) temas “sobre Chile”
¿tenemos algo más que dictadura? El hablar sobre el niño que vio a la virgen en
los 80, o la momia del cerro El Plomo se repiten en ambos con el kilo sobre
dictadura. Pero no hay que criticarlos con esto, sí son temas “chilenos”, y
tampoco es que toda la literatura se acabara con estos temas (queda la guerra
del pacifico y la literatura de la conquista y la colonia, temáticas más bien
históricas), sin contar con la literatura un poco fuera de la literatura de
“calidad”, ja lo dije con maldad.
Al
menos que exista esta repitencia de tópicos nos ayuda a crear interesantes
comparaciones, la más interesante el relato sobre Miguel Ángel, el niño que vio
a la virgen en un cerro en Santiago durante los 80, en el caso de Baradit eso
no fue más que una tapadera para mantener a la gente distraída viendo la
televisión mientras que La caravana de la
muerte paseaba por las calles, para Baradit el que años después ese joven
volviera como mujer transexual y terminara en el alcoholismo confirmaba
aquello; para Lemebel este era más bien un caso pícaro en que se explota más el
contenido homosexual y transexual del caso con su ironía y picaresca de
siempre.
El
otro caso que comparten desde diferentes perspectivas es la momia del cerro El
Plomo, descubierta en 1954, esta vez desde visiones no tan alejadas el uno del
otro, ambos abogando a la magia precolombina, quizá Baradit más histórica como
es su fuerte, y Lemebel ahondando más en lo emotivo, los sentimientos de su
madre y el dolor del sacrificio; se comprende que este caso tenga más literatura
que historia dado que nunca sabremos
realmente cómo fueron los hechos al contrario del caso de Miguel Ángel.
Bueno
¿y la dictadura? En el caso de Lemebel lo cuenta desde el perseguido, la loca
perseguida más bien, desde el miedo y la huida sin dejar atrás la protesta;
mientras que Baradit persigue la (supuesta) verdad histórica con el fin de
develar las raíces de lo sucedido, como lo hace directamente en Historia secreta de Chile 2.
¿Conclusiones?
Soy consciente que no se puede simplificar tanto los tópicos literarios (narrativos
al menos) de una nación, pero tampoco tiene nada de malo haber obviado lo que
disponemos en un país tan joven de 200 años (los demás tienen más de qué
hablar) sin contar con lo anterior que es literatura de la conquista y colonia
como antes referí. Sin embargo quedan algunas temáticas que se me escaparon un
poco, la infantil que suele ser cotidiana/divertida o cotidiana con quiebre fantástico
en la literatura escolar; o la que es para un público joven adulto que tiene
que ver con la cruda vida cotidiana con roces a la criminalidad, y no me
refiero solo a Hijo de ladrón, en fin
que nos falta leer mucho para ser tajantes si es que podemos serlo algún día.
Nota: se dice
que el extraño boom de novela histórica (o el haber retomado lo histórico como
tema) es efecto del bicentenario, pues claro.
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