Fanfic Koi Suru Bou Kun

Proyecto Challengers!

sábado, 18 de diciembre de 2010

Cap 5: fanfic de The Tyrant Who Fall In Love / Koi suru Boukun

(5!!! wow como pasa el tiempo! xD)
Cap 5: ¿Qué carajo se hace “después”?
Morinaga se había quedado dormido en medio del beso.
Senpai aturdido lo miró un momento. Morinaga estaba sonrojado y sudado pero con una expresión muy serena y relajada en su rostro, sus labios húmedos estaban semiabiertos, desde donde se oía aun su respiración agitada.
Senpai pestañó dos veces, aun inclinado sobre él, no sabía por qué estaba sorprendido, claro que era una sorpresa que Morinaga se hubiera dormido de pronto, pero lo que realmente perturbaba a senpai era el estar en la situación de él continuar despierto, cuando estaba acostumbrado a desvanecerse en el orgasmo 3 o 4.
“Realmente estaba cansado” pensó, cayendo en una lógica simple dejando la “circunstancia” a un lado.
Pero ¡Ah! Sorpresa otra vez, ¡¿qué hacía su mano en su mejilla?!
Ahora el sonrojo era de vergüenza y no por efecto post-orgasm, y el relajo de su rostro se fue al carajo. A continuación, por reflejo, de inmediato buscó su otra mano… ¡demasiadas sorpresas para después de un orgasmo! Su mano derecha tomaba no su muñeca ¡sino su mano! ¡con sus dedos trenzados a los suyos!
Lo peor, era que él apretaba la mano de Mori, pues éste tenía los dedos dormidos.
Sus manos fueron de inmediato al colchón, apoyándose un tanto; tragó saliva, se echó un tanto para arriba, su rostro tenía ya una mueca de “intento de orgullo”, solo intento, pues tiritaba.
Pero no alcanzó a hacer más que eso, porque…
- mm?... humedad? – sentía algo húmedo en su pecho – sudor? – pensó (maldita sea su mente científica que le hacía buscar respuestas rápidamente).
Pero no era sudor, era demasiado… espeso para serlo. Bajó la mirada, el vientre de Morinaga y parte de su pecho, estaban manchados de semen, y una pequeña gota debajo de su mentón coronaba esa visión tan vergonzosa para senpai.
- …..!!! – le vino un mareo, eran demasiadas sorpresas, casi se sentía en shock – l-lo primero… sería limpiarlo…- sin querer pensar demasiado, y solo deseando borrar esa visión, pasó su pulgar por el mentón limpiando esa gota de semen, pero de inmediato cayó cuenta de que no podría limpiar todo lo sucio con sus manos (el impulso de limpiar su mentón era resultado de que “eso” era lo más vergonzoso por estar en el rostro de Morinaga) y buscó con ojos nerviosos algo para limpiar sin pensar siquiera si era posible encontrar “algo” para eso. – pañuelos serían perfectos… – pensó un tanto histérico.
Sus dedos tiritaban a pesar de estar apoyándose en el colchón, y nuevo sudor corrió por su frente; aun si había acabado de tener sexo con él, no podía evitar sentir vergüenza por lo que estaba haciendo… era inevitable.
¡Milagro! Habían pañuelos en el velador! Su rostro se iluminó, pero de inmediato se oscureció, pensó que seguro Morinaga tenía ahí esos pañuelos porque, como buen maniaco sexual, se masturbaba continuamente, y por supuesto, pensando en él, su senpai.
(A pesar de que ya se había desesquematizado del sexo, es decir, de su papel de uke como victima, no pudo evitar mantener un poco de “mentalidad sexual” y llegar de inmediato a esa conclusión para los pañuelos - que no me malinterpreten, es correcta - ).
Tontamente, del intento de orgullo se volvió otra vez a la vergüenza, mezclándosele está vez con enfado (pero ganando la vergüenza, claro xD) – otra combinación que solo senpai puede tener-. Obviamente no estaba en condiciones de enfadarse por algo así, pero la mente orgullosa de senpai no vio esto (no le conviene por supuesto, como los traumas de infancia que la mente olvida a propósito).
Se inclina entonces un poco para alcanzarlos, tratando de no pensar en nada en absoluto (que en su estado de histeria, no fue muy difícil), mientras una gota de sudor nervioso le cae por la frente.
- ¡¡….!!! – sensación extraña… ¡sensación asquerosa! – gghhh!! – su cara se contrajo como no se había hecho hasta entonces en esa velada (es decir, no era nada estética). Su cuerpo se paralizó, sus ojos se abrieron del todo, y se quedó inmóvil, en shock por esa horrible sensación.
Qué había pasado? Simple, horriblemente simple: el pene de Morinaga se había ablandado y, evidentemente, a causa de eso se estaba deslizando leeeentamente fuera del trasero de senpai, que había olvidado por completo el detalle de que aun Mori estaba dentro de él (entre tantas sorpresas y conociendo la “irrealidad” del senpai la verdad, no es muy criticable), y para peor, apenas senpai se dio cuenta de este horror, apretó su trasero (relajado hasta entonces) por lo que apuró a que se deslizara más rápido, ayudando con esto a que la sensación fuera peor de lo que era.
- …..!!!
Tras salir del todo (hecho que no tomó más de 4 segundos, pero que le parecieron una eternidad) su cuerpo, paralizado en shock, pasó a tiritar en shock. Cerró los ojos, provocando que una lagrima contenida por el asco se deslizara un poco antes de secarse en su mejilla (pues era pequeña), cogió toda la caja de pañuelos y montones a montones los saco limpiándose (con mandíbula y ojos apretados para no ver nada) toda la “humedad” de “esa zona” que pudo notar con lo recién vivido.
Con una mueca histérica, tras limpiarse de pronto se acordó de Morianga “¡que no despierte!” como un flash cruzó este pensamiento su mente, como una sombra rápida. No, no había despertado, seguía durmiendo profundamente, y senpai ya estaba casi seguro que no despertaría hasta mañana.
Su mueca se relajó un poco, pero todo su cuerpo seguía tiritando, escalofríos le recorrían el cuerpo, y no sabía si era por el frío causado por su sudor enfriado, o por la horrible sensación traumática (xD). Bajó la mirada y tragó saliva, se había olvidado del semen… lo limpió con pañuelos sostenidos por su mano derecha, mientras que la otra mano guardaba los sucios y acumulaba más a medida que la derecha seguía limpiando. La caja estaba a un costado en el colchón, vaciándose de a poco.
Tras limpiarlo todo se sintió más calmado, ya no tiritaba pero seguía el nerviosismo dentro de él, aun si Morinaga no fuera a despertar (lo más seguro) se sentía como si estuviera limpiando una escena de un crimen o algo por el estilo. Su frente al fin se serenó.
- hay que… botar esto – el irracional senpai pobremente trataba de concentrar sus pensamientos en lo racional (que paradoja!).
Lo genial sería botarlo en el baño (lo más lejos posible en realidad!) pensó, pero apenas hizo un intento por levantarse notó que sus piernas estaban extremadamente cansadas, más que todo su cuerpo, y entonces, a tientas mientras acomodaba sus piernas en el colchón esperando hacer la mayor fuerza posible, buscó donde estaba el basurero. Estaba al lado de la puerta, parecía taaan lejos.
Tambaleándose se encamino con pasos como gelatina al basurero, sabiéndose desnudo se sintió horriblemente desprotegido y avergonzado, tirando al basurero pañuelos lleno de semen mezclado con otro semen… “….!” Siquiera podía pensar, siquiera se le tensó la boca en su típica mueca de shock, no, simplemente, estaba cansado y avergonzado, y quería saltarse esa parte de la noche.
- “qué hace Morinaga, después que me duermo…?” – honestamente, no quería saber la respuesta, pero no pudo evitar preguntárselo.
Buscó sus boxer, tras dejar deslizar los pañuelos al basurero, les pareció como si cayeran en cámara lenta, fue extraño, como si se estuvieran burlando de él o algo así (N/A: senpai estás desquiciado xD). Ahí estaban, dentro de sus jeans, lejos, curiosamente lejos de la cama, como si los hubieran arrojado más que dejarlos caer de ella. Los sacó de los jeans, y se los puso, quería irse, tomar un baño, dormir, e ignorar lo sucedido lo más que pudiese. “Mori…” lo vio. Seguía durmiendo, con casi todo el cuerpo descubierto, su pecho se movía lentamente mientras respiraba ya sereno. “Debería, taparlo…”. Tal vez lo hizo por miedo que se resfriara (lo común) o por otra tonta vergüenza de verlo y dejarlo tan vergonzosamente descubierto. Se acercó, sus piernas tiritaban a pesar de haber dado tantos pasos, y cayó recién en que solo con el rose de sus muslos al caminar ya le significaba un estimulo indeseable a su pene aun sensible (ya que al menos el suyo, aun no se ablandaba del todo). Llegó al costado de la cama, vio la piel de gallina de los brazos y muslos (evitó con gran maestría ver “esa zona”), el sudor del cuerpo de Morinaga se había enfriado pero aun así Morinaga no se despertaría siquiera por esa incomodidad fría. Senpai lo tapó, sin verlo, las frazadas estaban revueltas a los pies de la cama, seguro por las pataletas de Morinaga.
Se dio cuenta que era momento de irse, definitivamente no tenía fuerzas para darse un baño, así que iría directo a la cama, seguro de caer dormido de forma tan pesada como Mori apenas se acostará. Pero sin saber porque, le dio una última aventurada mirada al rostro de su ayudante.
Tan sereno, tan tranquilo, sus labios se habían cerrado de a poco y su respiración proveniente solo de su nariz se podía oír como un susurro suave por el silencio de la habitación, casi ni se notaba siquiera el subir y el bajar de su pecho al respirar, por lo delicado que era.
Sus dedos cosquillearon, quería acariciar ese cabello, tal vez incluso, besar esos labios una vez más, pero no se atrevió, estaba demasiado conciente para hacerlo.
- “Estará bien… irme?” – tragó saliva, ya le estaba dando frió – “no creo que sea… apropiado el irme…”.
Ese triste intento de encontrar una razón para dormir al lado de Morinaga era barata y tonta, senpai lo sabía, y deseaba querer engañarse a sí mismo un poco mejor; aunque no es del todo mal argumento decir que después del sexo es “feo” irse sin más, no era suficiente para senpai al menos, ya que se sabía (y se caracterizaba) por ser un desconsiderado y bruto tipo, ¿desde cuando le importa lo apropiado?
- …. Soy un idiota – se dijo, y se metió a la cama.
De pronto el cansancio había crecido desmesuradamente, y, con cuidado de no tener más contacto que el necesario, se acomodó de costado, sin darle la espalda a Mori (que tenía casi toda la cama para él por su posición de boca arriba); no pudo evitar apoyarse un tanto en el costado de Mori, cerró los ojos un momento, tratando de no pensar nada, no fue demasiado difícil por el cansancio, pero si bien logró no pensar, sí pudo (tal vez por efecto de haber acabado de tener sexo) percibir ciertas sensaciones que no esperaba, como la suavidad del cuerpo de Morinaga, y su tibieza a pesar de haber estado frió hace apenas un momento, el sudor seco de sus cuerpos al secarse los dejaban muy suaves como después de una ducha o después de despertarse una mañana de otoño. Entreabrió un poco los ojos, también estaba sintiendo una serena tranquilidad, tal vez por esa suavidad en sus cuerpos más la tibieza de los mismos.
- mmn… - hizo un ruido que no sabía que podía hacer, se movió como un animalito acurrucándose un poco más en el costado de Morinaga, levantando sin darse cuenta una de sus piernas, poniéndose un poco arriba de la pierna derecha de Morinaga, y su mano en su hombro, ahora podía sentía notoriamente la respiración suave de Morinaga y ese sube y baja de su respiración era como un arrulló que lo iba durmiendo.
Así estaba durmiéndose, cuando cayó en cuenta (cuando casi no quedaba en él nada de rasocinio) de otro disfrute más: el olor. Era un olor embriagante, lo único que lo mantenía despierto por ser simplemente delicioso; “¿qué era?” medio dormido, aun con los ojos cerrados y durmiéndose de a poco, trató de pensar…
- “claro… es Morinaga…” – y se durmió. Su agotamiento y el estar medio dormido, hicieron que no se asustara por esto.
Para ser exactos no era el puro olor de Morinaga, o el “simple” olor a él; sino que era el producto del olor a sexo que ambos habían tenido y que senpai solo notó al volver al lado de Mori tras haberse alejado de su cuerpo para ir a botar los pañuelos, lo que hizo que su nariz se desacostumbrara al olor y sentirlo otra vez al volver.
Senpai había olvidado ver el reloj, mucho menos poner la alarma (la de su celular pues no tenia idea como se colocaba la alarma de Mori), mañana iba a ser sábado, pero ambos ya tenían planes mañaneros en esa semana tan ocupada, senpai tenía pensado ir a la universidad (que igual se mueve los sábados) y Morinaga tenia pensado hacer las cosas de la casa para tener la tarde libre en el estudio. Pero todos estos planes habían sido obviamente removidos a estas alturas.
Cap 6: A la mañana siguiente.
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