Nota Mafer: Esta va dedicada al amor d emi vida, pro al eprsona que luicho todos los dias, a la que le debo todo loq eu soy, la que me da razones par aocntinuar y animo para hacerlo, por las que despierto todas las mañanas solo apra verle al despertar... me la dedico a mi (jojo):
Yo te quiero regalar palabras
ser tu red para cuando caigas
cogerte de la mano al andar
y decirte cosas al oído
ser tu manta cuando tengas frío
y ser tu hombro para llorar
Por ti mi vida empeño
por un momento de verte sonreir
por ti mi alma vendo
a cambio del tiempoque necesites para ser feliz
Dejo todo por un beso tuyo
quiero ser tu espada y tu escudo
decirte que te quiero una vez más
Quiero ser tus alas y tu cielo
quiero ser el mar y tu velero
el cielo y tus pies para caminar
Por ti mi vida empeño
por un momentode verte sonreir
por ti mi alma vendo
a cambio del tiempoque necesites para ser feliz
Por ti mi vida empeño...
Por ti mi vida empeño, por un momento de verte sonreir
por ti mi alma vendo
a cambio del tiempo que necesites para ser feliz
miércoles, 30 de julio de 2008
Canción: Amar en el Campo de Teleradio Donoso
No quiero vestirme, me quiero quedar,
y me estoy cansando, de la humanidad.
Si pescamos un auto, y nos vamos bien lejos,
cuantos kilometros deben bastar,
para amar...en el campo,
como antes, a tu lado,
me conoces, soy de piedra.
Sacas fotos de paisajes, mientras piensas que debes decir.
No quiero quedarme, me quiero vestir,
"porque niña, de que se trata todo esto, si no de vernos a los ojos"
Si pescamos un auto, y nos vamos bien lejos,
cuantos rios habra que cruzar,
para amar...en el campo,
como antes, a tu lado,
me conoces, soy de piedra.
Sacas fotos de paisajes, mientras piensas que debes decir.
En el campo, como antes, a tu lado,
me conoces, soy de piedra.
Sacas fotos de paisajes, mientras piensas que debes decir.
Si pescamos un auto, y nos vamos bien lejos...
Nota Mafer: Esta cancion em fasina jojo, sond e esas ganas de "luiberarse" del mundo.
y me estoy cansando, de la humanidad.
Si pescamos un auto, y nos vamos bien lejos,
cuantos kilometros deben bastar,
para amar...en el campo,
como antes, a tu lado,
me conoces, soy de piedra.
Sacas fotos de paisajes, mientras piensas que debes decir.
No quiero quedarme, me quiero vestir,
"porque niña, de que se trata todo esto, si no de vernos a los ojos"
Si pescamos un auto, y nos vamos bien lejos,
cuantos rios habra que cruzar,
para amar...en el campo,
como antes, a tu lado,
me conoces, soy de piedra.
Sacas fotos de paisajes, mientras piensas que debes decir.
En el campo, como antes, a tu lado,
me conoces, soy de piedra.
Sacas fotos de paisajes, mientras piensas que debes decir.
Si pescamos un auto, y nos vamos bien lejos...
Nota Mafer: Esta cancion em fasina jojo, sond e esas ganas de "luiberarse" del mundo.
domingo, 27 de julio de 2008
El Príncipe Feliz de Oscar Wilde
Bien, a mi esta historia me hizo llorar tod ala mañana y estar deprimida todo el dia, epro en fin, es una hisotira muy bonit,a un clasico, de coraon, con todo ese sentir artistico... por eso llaga al corazon.
La verdad, yo me lei otyra edicion, pero no tnego itmepo de buscarla y estra al parecer era la unica que aparecia en internet, espeor que lean, es preosiosa, esta es la original, proque la apra niños, no es igual, exst aes mas.-.. emotiva:
En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz.
Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada.
Por todo lo cual era muy admirada.
-Es tan hermoso como una veleta -observó uno de los miembros del Concejo que deseaba granjearse una reputación de conocedor en el arte-. Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo que le tomaran por un hombre poco práctico.
Y realmente no lo era.
-¿Por qué no eres como el Príncipe Feliz? -preguntaba una madre cariñosa a su hijito, que pedía la luna-. El Príncipe Feliz no hubiera pensado nunca en pedir nada a voz en grito.
-Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es completamente feliz -murmuraba un hombre fracasado, contemplando la estatua maravillosa.
-Verdaderamente parece un ángel -decían los niños hospicianos al salir de la catedral, vestidos con sus soberbias capas escarlatas y sus bonitas chaquetas blancas.
-¿En qué lo conocéis -replicaba el profesor de matemáticas- si no habéis visto uno nunca?
-¡Oh! Los hemos visto en sueños -respondieron los niños.
Y el profesor de matemáticas fruncía las cejas, adoptando un severo aspecto, porque no podía aprobar que unos niños se permitiesen soñar.
Una noche voló una golondrinita sin descanso hacia la ciudad.
Seis semanas antes habían partido sus amigas para Egipto; pero ella se quedó atrás.
Estaba enamorada del más hermoso de los juncos. Lo encontró al comienzo de la primavera, cuando volaba sobre el río persiguiendo a una gran mariposa amarilla, y su talle esbelto la atrajo de tal modo, que se detuvo para hablarle.
-¿Quieres que te ame? -dijo la Golondrina, que no se andaba nunca con rodeos.
Y el Junco le hizo un profundo saludo.
Entonces la Golondrina revoloteó a su alrededor rozando el agua con sus alas y trazando estelas de plata.
Era su manera de hacer la corte. Y así transcurrió todo el verano.
-Es un enamoramiento ridículo -gorjeaban las otras golondrinas-. Ese Junco es un pobretón y tiene realmente demasiada familia.
Y en efecto, el río estaba todo cubierto de juncos.
Cuando llegó el otoño, todas las golondrinas emprendieron el vuelo.
Una vez que se fueron sus amigas, sintióse muy sola y empezó a cansarse de su amante.
-No sabe hablar -decía ella-. Y además temo que sea inconstante porque coquetea sin cesar con la brisa.
Y realmente, cuantas veces soplaba la brisa, el Junco multiplicaba sus más graciosas reverencias.
-Veo que es muy casero -murmuraba la Golondrina-. A mí me gustan los viajes. Por lo tanto, al que me ame, le debe gustar viajar conmigo.
-¿Quieres seguirme? -preguntó por último la Golondrina al Junco.
Pero el Junco movió la cabeza. Estaba demasiado atado a su hogar.
-¡Te has burlado de mí! -le gritó la Golondrina-. Me marcho a las Pirámides. ¡Adiós!
Y la Golondrina se fue.
Voló durante todo el día y al caer la noche llegó a la ciudad.
-¿Dónde buscaré un abrigo? -se dijo-. Supongo que la ciudad habrá hecho preparativos para recibirme.
Entonces divisó la estatua sobre la columnita.
-Voy a cobijarme allí -gritó- El sitio es bonito. Hay mucho aire fresco.
Y se dejó caer precisamente entre los pies del Príncipe Feliz.
-Tengo una habitación dorada -se dijo quedamente, después de mirar en torno suyo.
Y se dispuso a dormir.
Pero al ir a colocar su cabeza bajo el ala, he aquí que le cayó encima una pesada gota de agua.
-¡Qué curioso! -exclamó-. No hay una sola nube en el cielo, las estrellas están claras y brillantes, ¡y sin embargo llueve! El clima del norte de Europa es verdaderamente extraño. Al Junco le gustaba la lluvia; pero en él era puro egoísmo.
Entonces cayó una nueva gota.
-¿Para qué sirve una estatua si no resguarda de la lluvia? -dijo la Golondrina-. Voy a buscar un buen copete de chimenea.
Y se dispuso a volar más lejos. Pero antes de que abriese las alas, cayó una tercera gota.
La Golondrina miró hacia arriba y vio... ¡Ah, lo que vio!
Los ojos del Príncipe Feliz estaban arrasados de lágrimas, que corrían sobre sus mejillas de oro.
Su faz era tan bella a la luz de la luna, que la Golondrinita sintióse llena de piedad.
-¿Quién sois? -dijo.
-Soy el Príncipe Feliz.
-Entonces, ¿por qué lloriqueáis de ese modo? -preguntó la Golondrina-. Me habéis empapado casi.
-Cuando estaba yo vivo y tenía un corazón de hombre -repitió la estatua-, no sabía lo que eran las lágrimas porque vivía en el Palacio de la Despreocupación, en el que no se permite la entrada al dolor. Durante el día jugaba con mis compañeros en el jardín y por la noche bailaba en el gran salón. Alrededor del jardín se alzaba una muralla altísima, pero nunca me preocupó lo que había detrás de ella, pues todo cuanto me rodeaba era hermosísimo. Mis cortesanos me llamaban el Príncipe Feliz y, realmente, era yo feliz, si es que el placer es la felicidad. Así viví y así morí y ahora que estoy muerto me han elevado tanto, que puedo ver todas las fealdades y todas las miserias de mi ciudad, y aunque mi corazón sea de plomo, no me queda más recurso que llorar.
«¡Cómo! ¿No es de oro de buena ley?», pensó la Golondrina para sus adentros, pues estaba demasiado bien educada para hacer ninguna observación en voz alta sobre las personas.
-Allí abajo -continuó la estatua con su voz baja y musical-, allí abajo, en una callejuela, hay una pobre vivienda. Una de sus ventanas está abierta y por ella puedo ver a una mujer sentada ante una mesa. Su rostro está enflaquecido y ajado. Tiene las manos hinchadas y enrojecidas, llenas de pinchazos de la aguja, porque es costurera. Borda pasionarias sobre un vestido de raso que debe lucir, en el próximo baile de corte, la más bella de las damas de honor de la Reina. Sobre un lecho, en el rincón del cuarto, yace su hijito enfermo. Tiene fiebre y pide naranjas. Su madre no puede darle más que agua del río. Por eso llora. Golondrina, Golondrinita, ¿no quieres llevarle el rubí del puño de mi espada? Mis pies están sujetos al pedestal, y no me puedo mover.
-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mis amigas revolotean de aquí para allá sobre el Nilo y charlan con los grandes lotos. Pronto irán a dormir al sepulcro del Gran Rey. El mismo Rey está allí en su caja de madera, envuelto en una tela amarilla y embalsamado con sustancias aromáticas. Tiene una cadena de jade verde pálido alrededor del cuello y sus manos son como unas hojas secas.
-Golondrina, Golondrina, Golondrinita - dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás conmigo una noche y serás mi mensajera? ¡Tiene tanta sed el niño y tanta tristeza la madre!
-No creo que me agraden los niños -contestó la Golondrina-. El invierno último, cuando vivía yo a orillas del río, dos muchachos mal educados, los hijos del molinero, no paraban un momento en tirarme piedras. Claro es que no me alcanzaban. Nosotras las golondrinas volamos demasiado bien para eso y además yo pertenezco a una familia célebre por su agilidad; mas, a pesar de todo, era una falta de respeto.
Pero la mirada del Príncipe Feliz era tan triste que la Golondrinita se quedó apenada.
-Mucho frío hace aquí -le dijo-; pero me quedaré una noche con vos y seré vuestra mensajera.
-Gracias, Golondrinita -respondió el Príncipe.
Entonces la Golondrinita arrancó el gran rubí de la espada del Príncipe y, llevándolo en el pico, voló sobre los tejados de la ciudad.
Pasó sobre la torre de la catedral, donde había unos ángeles esculpidos en mármol blanco.
Pasó sobre el palacio real y oyó la música de baile.
Una bella muchacha apareció en el balcón con su novio.
-¡Qué hermosas son las estrellas -la dijo- y qué poderosa es la fuerza del amor!
-Querría que mi vestido estuviese acabado para el baile oficial -respondió ella-. He mandado bordar en él unas pasionarias ¡pero son tan perezosas las costureras!
Pasó sobre el río y vio los fanales colgados en los mástiles de los barcos. Pasó sobre el gueto y vio a los judíos viejos negociando entre ellos y pesando monedas en balanzas de cobre.
Al fin llegó a la pobre vivienda y echó un vistazo dentro. El niño se agitaba febrilmente en su camita y su madre habíase quedado dormida de cansancio.
La Golondrina saltó a la habitación y puso el gran rubí en la mesa, sobre el dedal de la costurera. Luego revoloteó suavemente alrededor del lecho, abanicando con sus alas la cara del niño.
-¡Qué fresco más dulce siento! -murmuró el niño-. Debo estar mejor.
Y cayó en un delicioso sueño.
Entonces la Golondrina se dirigió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz y le contó lo que había hecho.
-Es curioso -observa ella-, pero ahora casi siento calor, y sin embargo, hace mucho frío.
Y la Golondrinita empezó a reflexionar y entonces se durmió. Cuantas veces reflexionaba se dormía.
Al despuntar el alba voló hacia el río y tomó un baño.
-¡Notable fenómeno! -exclamó el profesor de ornitología que pasaba por el puente-. ¡Una golondrina en invierno!
Y escribió sobre aquel tema una larga carta a un periódico local.
Todo el mundo la citó. ¡Estaba plagada de palabras que no se podían comprender!...
-Esta noche parto para Egipto -se decía la Golondrina.
Y sólo de pensarlo se ponía muy alegre.
Visitó todos los monumentos públicos y descansó un gran rato sobre la punta del campanario de la iglesia.
Por todas parte adonde iba piaban los gorriones, diciéndose unos a otros:
-¡Qué extranjera más distinguida!
Y esto la llenaba de gozo. Al salir la luna volvió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz.
-¿Tenéis algún encargo para Egipto? -le gritó-. Voy a emprender la marcha.
-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás otra noche conmigo?
-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mañana mis amigas volarán hacia la segunda catarata. Allí el hipopótamo se acuesta entre los juncos y el dios Memnón se alza sobre un gran trono de granito. Acecha a las estrellas durante la noche y cuando brilla Venus, lanza un grito de alegría y luego calla. A mediodía, los rojizos leones bajan a beber a la orilla del río. Sus ojos son verdes aguamarinas y sus rugidos más atronadores que los rugidos de la catarata.
-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, allá abajo, al otro lado de la ciudad, veo a un joven en una buhardilla. Está inclinado sobre una mesa cubierta de papeles y en un vaso a su lado hay un ramo de violetas marchitas. Su pelo es negro y rizoso y sus labios rojos como granos de granada. Tiene unos grandes ojos soñadores. Se esfuerza en terminar una obra para el director del teatro, pero siente demasiado frío para escribir más. No hay fuego ninguno en el aposento y el hambre le ha rendido.
-Me quedaré otra noche con vos -dijo la Golondrina, que tenía realmente buen corazón-. ¿Debo llevarle otro rubí?
-¡Ay! No tengo más rubíes -dijo el Príncipe-. Mis ojos es lo único que me queda. Son unos zafiros extraordinarios traídos de la India hace un millar de años. Arranca uno de ellos y llévaselo. Lo venderá a un joyero, se comprará alimento y combustible y concluirá su obra.
-Amado Príncipe -dijo la Golondrina-, no puedo hacer eso.
Y se puso a llorar.
-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te pido.
Entonces la Golondrina arrancó el ojo del Príncipe y voló hacia la buhardilla del estudiante. Era fácil penetrar en ella porque había un agujero en el techo. La Golondrina entró por él como una flecha y se encontró en la habitación.
El joven tenía la cabeza hundida en las manos. No oyó el aleteo del pájaro y cuando levantó la cabeza, vio el hermoso zafiro colocado sobre las violetas marchitas.
-Empiezo a ser estimado -exclamó-. Esto proviene de algún rico admirador. Ahora ya puedo terminar la obra.
Y parecía completamente feliz.
Al día siguiente la Golondrina voló hacia el puerto.
Descansó sobre el mástil de un gran navío y contempló a los marineros que sacaban enormes cajas de la cala tirando de unos cabos.
-¡Ah, iza! -gritaban a cada caja que llegaba al puente.
-¡Me voy a Egipto! -les gritó la Golondrina.
Pero nadie le hizo caso, y al salir la luna, volvió hacia el Príncipe Feliz.
-He venido para deciros adiós -le dijo.
-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -exclamó el Príncipe-. ¿No te quedarás conmigo una noche más?
-Es invierno -replicó la Golondrina- y pronto estará aquí la nieve glacial. En Egipto calienta el sol sobre las palmeras verdes. Los cocodrilos, acostados en el barro, miran perezosamente a los árboles, a orillas del río. Mis compañeras construyen nidos en el templo de Baalbeck. Las palomas rosadas y blancas las siguen con los ojos y se arrullan. Amado Príncipe, tengo que dejaros, pero no os olvidaré nunca y la primavera próxima os traeré de allá dos bellas piedras preciosas con que sustituir las que disteis. El rubí será más rojo que una rosa roja y el zafiro será tan azul como el océano.
-Allá abajo, en la plazoleta -contestó el Príncipe Feliz-, tiene su puesto una niña vendedora de cerillas. Se le han caído las cerillas al arroyo, estropeándose todas. Su padre le pegará si no lleva algún dinero a casa, y está llorando. No tiene ni medias ni zapatos y lleva la cabecita al descubierto. Arráncame el otro ojo, dáselo y su padre no le pegará.
-Pasaré otra noche con vos -dijo la Golondrina-, pero no puedo arrancaros el ojo porque entonces os quedaríais ciego del todo.
-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te mando.
Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe y emprendió el vuelo llevándoselo.
Se posó sobre el hombro de la vendedorcita de cerillas y deslizó la joya en la palma de su mano.
-¡Qué bonito pedazo de cristal! -exclamó la niña, y corrió a su casa muy alegre.
Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe.
- Ahora estáis ciego. Por eso me quedaré con vos para siempre.
-No, Golondrinita -dijo el pobre Príncipe-. Tienes que ir a Egipto.
-Me quedaré con vos para siempre -dijo la Golondrina.
Y se durmió entre los pies del Príncipe. Al día siguiente se colocó sobre el hombro del Príncipe y le refirió lo que habla visto en países extraños.
Le habló de los ibis rojos que se sitúan en largas filas a orillas del Nilo y pescan a picotazos peces de oro; de la esfinge, que es tan vieja como el mundo, vive en el desierto y lo sabe todo; de los mercaderes que caminan lentamente junto a sus camellos, pasando las cuentas de unos rosarios de ámbar en sus manos; del rey de las montañas de la Luna, que es negro como el ébano y que adora un gran bloque de cristal; de la gran serpiente verde que duerme en una palmera y a la cual están encargados de alimentar con pastelitos de miel veinte sacerdotes; y de los pigmeos que navegan por un gran lago sobre anchas hojas aplastadas y están siempre en guerra con las mariposas.
-Querida Golondrinita -dijo el Príncipe-, me cuentas cosas maravillosas, pero más maravilloso aún es lo que soportan los hombres y las mujeres. No hay misterio más grande que la miseria. Vuela por mi ciudad, Golondrinita, y dime lo que veas.
Entonces la Golondrinita voló por la gran ciudad y vio a los ricos que se festejaban en sus magníficos palacios, mientras los mendigos estaban sentados a sus puertas.
Voló por los barrios sombríos y vio las pálidas caras de los niños que se morían de hambre, mirando con apatía las calles negras.
Bajo los arcos de un puente estaban acostados dos niñitos abrazados uno a otro para calentarse.
-¡Qué hambre tenemos! -decían.
-¡No se puede estar tumbado aquí! -les gritó un guardia.
Y se alejaron bajo la lluvia.
Entonces la Golondrina reanudó su vuelo y fue a contar al Príncipe lo que había visto.
-Estoy cubierto de oro fino -dijo el Príncipe-; despréndelo hoja por hoja y dáselo a mis pobres. Los hombres creen siempre que el oro puede hacerlos felices.
Hoja por hoja arrancó la Golondrina el oro fino hasta que el Príncipe Feliz se quedó sin brillo ni belleza.
Hoja por hoja lo distribuyó entre los pobres, y las caritas de los niños se tornaron nuevamente sonrosadas y rieron y jugaron por la calle.
-¡Ya tenemos pan! -gritaban.
Entonces llegó la nieve y después de la nieve el hielo.
Las calles parecían empedradas de plata por lo que brillaban y relucían.
Largos carámbanos, semejantes a puñales de cristal, pendían de los tejados de las casas. Todo el mundo se cubría de pieles y los niños llevaban gorritos rojos y patinaban sobre el hielo.
La pobre Golondrina tenía frío, cada vez más frío, pero no quería abandonar al Príncipe: le amaba demasiado para hacerlo.
Picoteaba las migas a la puerta del panadero cuando éste no la veía, e intentaba calentarse batiendo las alas.
Pero, al fin, sintió que iba a morir. No tuvo fuerzas más que para volar una vez más sobre el hombro del Príncipe.
-¡Adiós, amado Príncipe! -murmuró-. Permitid que os bese la mano.
-Me da mucha alegría que partas por fin para Egipto, Golondrina -dijo el Príncipe-. Has permanecido aquí demasiado tiempo. Pero tienes que besarme en los labios porque te amo.
-No es a Egipto adonde voy a ir -dijo la Golondrina-. Voy a ir a la morada de la Muerte. La Muerte es hermana del Sueño, ¿verdad?
Y besando al Príncipe Feliz en los labios, cayó muerta a sus pies.
En el mismo instante sonó un extraño crujido en el interior de la estatua, como si se hubiera roto algo.
El hecho es que la coraza de plomo se habla partido en dos. Realmente hacia un frío terrible.
A la mañana siguiente, muy temprano, el alcalde se paseaba por la plazoleta con dos concejales de la ciudad.
Al pasar junto al pedestal, levantó sus ojos hacia la estatua.
-¡Dios mío! -exclamó-. ¡Qué andrajoso parece el Príncipe Feliz!
-¡Sí, está verdaderamente andrajoso! -dijeron los concejales de la ciudad, que eran siempre de la opinión del alcalde.
Y levantaron ellos mismos la cabeza para mirar la estatua.
-El rubí de su espada se ha caído y ya no tiene ojos, ni es dorado -dijo el alcalde- En resumidas cuentas, que está lo mismo que un pordiosero.
-¡Lo mismo que un pordiosero! -repitieron a coro los concejales.
-Y tiene a sus pies un pájaro muerto -prosiguió el alcalde-. Realmente habrá que promulgar un bando prohibiendo a los pájaros que mueran aquí.
Y el secretario del Ayuntamiento tomó nota para aquella idea.
Entonces fue derribada la estatua del Príncipe Feliz.
-¡Al no ser ya bello, de nada sirve! -dijo el profesor de estética de la Universidad.
Entonces fundieron la estatua en un horno y el alcalde reunió al Concejo en sesión para decidir lo que debía hacerse con el metal.
-Podríamos -propuso- hacer otra estatua. La mía, por ejemplo.
-O la mía -dijo cada uno de los concejales.
Y acabaron disputando.
-¡Qué cosa más rara! -dijo el oficial primero de la fundición-. Este corazón de plomo no quiere fundirse en el horno; habrá que tirarlo como desecho.
Los fundidores lo arrojaron al montón de basura en que yacía la golondrina muerta.
-Tráeme las dos cosas más preciosas de la ciudad -dijo Dios a uno de sus ángeles.
Y el ángel se llevó el corazón de plomo y el pájaro muerto.
-Has elegido bien -dijo Dios-. En mi jardín del Paraíso este pajarillo cantará eternamente, y en mi ciudad de oro el Príncipe Feliz repetirá mis alabanzas.
La verdad, yo me lei otyra edicion, pero no tnego itmepo de buscarla y estra al parecer era la unica que aparecia en internet, espeor que lean, es preosiosa, esta es la original, proque la apra niños, no es igual, exst aes mas.-.. emotiva:
En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz.
Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada.
Por todo lo cual era muy admirada.
-Es tan hermoso como una veleta -observó uno de los miembros del Concejo que deseaba granjearse una reputación de conocedor en el arte-. Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo que le tomaran por un hombre poco práctico.
Y realmente no lo era.
-¿Por qué no eres como el Príncipe Feliz? -preguntaba una madre cariñosa a su hijito, que pedía la luna-. El Príncipe Feliz no hubiera pensado nunca en pedir nada a voz en grito.
-Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es completamente feliz -murmuraba un hombre fracasado, contemplando la estatua maravillosa.
-Verdaderamente parece un ángel -decían los niños hospicianos al salir de la catedral, vestidos con sus soberbias capas escarlatas y sus bonitas chaquetas blancas.
-¿En qué lo conocéis -replicaba el profesor de matemáticas- si no habéis visto uno nunca?
-¡Oh! Los hemos visto en sueños -respondieron los niños.
Y el profesor de matemáticas fruncía las cejas, adoptando un severo aspecto, porque no podía aprobar que unos niños se permitiesen soñar.
Una noche voló una golondrinita sin descanso hacia la ciudad.
Seis semanas antes habían partido sus amigas para Egipto; pero ella se quedó atrás.
Estaba enamorada del más hermoso de los juncos. Lo encontró al comienzo de la primavera, cuando volaba sobre el río persiguiendo a una gran mariposa amarilla, y su talle esbelto la atrajo de tal modo, que se detuvo para hablarle.
-¿Quieres que te ame? -dijo la Golondrina, que no se andaba nunca con rodeos.
Y el Junco le hizo un profundo saludo.
Entonces la Golondrina revoloteó a su alrededor rozando el agua con sus alas y trazando estelas de plata.
Era su manera de hacer la corte. Y así transcurrió todo el verano.
-Es un enamoramiento ridículo -gorjeaban las otras golondrinas-. Ese Junco es un pobretón y tiene realmente demasiada familia.
Y en efecto, el río estaba todo cubierto de juncos.
Cuando llegó el otoño, todas las golondrinas emprendieron el vuelo.
Una vez que se fueron sus amigas, sintióse muy sola y empezó a cansarse de su amante.
-No sabe hablar -decía ella-. Y además temo que sea inconstante porque coquetea sin cesar con la brisa.
Y realmente, cuantas veces soplaba la brisa, el Junco multiplicaba sus más graciosas reverencias.
-Veo que es muy casero -murmuraba la Golondrina-. A mí me gustan los viajes. Por lo tanto, al que me ame, le debe gustar viajar conmigo.
-¿Quieres seguirme? -preguntó por último la Golondrina al Junco.
Pero el Junco movió la cabeza. Estaba demasiado atado a su hogar.
-¡Te has burlado de mí! -le gritó la Golondrina-. Me marcho a las Pirámides. ¡Adiós!
Y la Golondrina se fue.
Voló durante todo el día y al caer la noche llegó a la ciudad.
-¿Dónde buscaré un abrigo? -se dijo-. Supongo que la ciudad habrá hecho preparativos para recibirme.
Entonces divisó la estatua sobre la columnita.
-Voy a cobijarme allí -gritó- El sitio es bonito. Hay mucho aire fresco.
Y se dejó caer precisamente entre los pies del Príncipe Feliz.
-Tengo una habitación dorada -se dijo quedamente, después de mirar en torno suyo.
Y se dispuso a dormir.
Pero al ir a colocar su cabeza bajo el ala, he aquí que le cayó encima una pesada gota de agua.
-¡Qué curioso! -exclamó-. No hay una sola nube en el cielo, las estrellas están claras y brillantes, ¡y sin embargo llueve! El clima del norte de Europa es verdaderamente extraño. Al Junco le gustaba la lluvia; pero en él era puro egoísmo.
Entonces cayó una nueva gota.
-¿Para qué sirve una estatua si no resguarda de la lluvia? -dijo la Golondrina-. Voy a buscar un buen copete de chimenea.
Y se dispuso a volar más lejos. Pero antes de que abriese las alas, cayó una tercera gota.
La Golondrina miró hacia arriba y vio... ¡Ah, lo que vio!
Los ojos del Príncipe Feliz estaban arrasados de lágrimas, que corrían sobre sus mejillas de oro.
Su faz era tan bella a la luz de la luna, que la Golondrinita sintióse llena de piedad.
-¿Quién sois? -dijo.
-Soy el Príncipe Feliz.
-Entonces, ¿por qué lloriqueáis de ese modo? -preguntó la Golondrina-. Me habéis empapado casi.
-Cuando estaba yo vivo y tenía un corazón de hombre -repitió la estatua-, no sabía lo que eran las lágrimas porque vivía en el Palacio de la Despreocupación, en el que no se permite la entrada al dolor. Durante el día jugaba con mis compañeros en el jardín y por la noche bailaba en el gran salón. Alrededor del jardín se alzaba una muralla altísima, pero nunca me preocupó lo que había detrás de ella, pues todo cuanto me rodeaba era hermosísimo. Mis cortesanos me llamaban el Príncipe Feliz y, realmente, era yo feliz, si es que el placer es la felicidad. Así viví y así morí y ahora que estoy muerto me han elevado tanto, que puedo ver todas las fealdades y todas las miserias de mi ciudad, y aunque mi corazón sea de plomo, no me queda más recurso que llorar.
«¡Cómo! ¿No es de oro de buena ley?», pensó la Golondrina para sus adentros, pues estaba demasiado bien educada para hacer ninguna observación en voz alta sobre las personas.
-Allí abajo -continuó la estatua con su voz baja y musical-, allí abajo, en una callejuela, hay una pobre vivienda. Una de sus ventanas está abierta y por ella puedo ver a una mujer sentada ante una mesa. Su rostro está enflaquecido y ajado. Tiene las manos hinchadas y enrojecidas, llenas de pinchazos de la aguja, porque es costurera. Borda pasionarias sobre un vestido de raso que debe lucir, en el próximo baile de corte, la más bella de las damas de honor de la Reina. Sobre un lecho, en el rincón del cuarto, yace su hijito enfermo. Tiene fiebre y pide naranjas. Su madre no puede darle más que agua del río. Por eso llora. Golondrina, Golondrinita, ¿no quieres llevarle el rubí del puño de mi espada? Mis pies están sujetos al pedestal, y no me puedo mover.
-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mis amigas revolotean de aquí para allá sobre el Nilo y charlan con los grandes lotos. Pronto irán a dormir al sepulcro del Gran Rey. El mismo Rey está allí en su caja de madera, envuelto en una tela amarilla y embalsamado con sustancias aromáticas. Tiene una cadena de jade verde pálido alrededor del cuello y sus manos son como unas hojas secas.
-Golondrina, Golondrina, Golondrinita - dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás conmigo una noche y serás mi mensajera? ¡Tiene tanta sed el niño y tanta tristeza la madre!
-No creo que me agraden los niños -contestó la Golondrina-. El invierno último, cuando vivía yo a orillas del río, dos muchachos mal educados, los hijos del molinero, no paraban un momento en tirarme piedras. Claro es que no me alcanzaban. Nosotras las golondrinas volamos demasiado bien para eso y además yo pertenezco a una familia célebre por su agilidad; mas, a pesar de todo, era una falta de respeto.
Pero la mirada del Príncipe Feliz era tan triste que la Golondrinita se quedó apenada.
-Mucho frío hace aquí -le dijo-; pero me quedaré una noche con vos y seré vuestra mensajera.
-Gracias, Golondrinita -respondió el Príncipe.
Entonces la Golondrinita arrancó el gran rubí de la espada del Príncipe y, llevándolo en el pico, voló sobre los tejados de la ciudad.
Pasó sobre la torre de la catedral, donde había unos ángeles esculpidos en mármol blanco.
Pasó sobre el palacio real y oyó la música de baile.
Una bella muchacha apareció en el balcón con su novio.
-¡Qué hermosas son las estrellas -la dijo- y qué poderosa es la fuerza del amor!
-Querría que mi vestido estuviese acabado para el baile oficial -respondió ella-. He mandado bordar en él unas pasionarias ¡pero son tan perezosas las costureras!
Pasó sobre el río y vio los fanales colgados en los mástiles de los barcos. Pasó sobre el gueto y vio a los judíos viejos negociando entre ellos y pesando monedas en balanzas de cobre.
Al fin llegó a la pobre vivienda y echó un vistazo dentro. El niño se agitaba febrilmente en su camita y su madre habíase quedado dormida de cansancio.
La Golondrina saltó a la habitación y puso el gran rubí en la mesa, sobre el dedal de la costurera. Luego revoloteó suavemente alrededor del lecho, abanicando con sus alas la cara del niño.
-¡Qué fresco más dulce siento! -murmuró el niño-. Debo estar mejor.
Y cayó en un delicioso sueño.
Entonces la Golondrina se dirigió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz y le contó lo que había hecho.
-Es curioso -observa ella-, pero ahora casi siento calor, y sin embargo, hace mucho frío.
Y la Golondrinita empezó a reflexionar y entonces se durmió. Cuantas veces reflexionaba se dormía.
Al despuntar el alba voló hacia el río y tomó un baño.
-¡Notable fenómeno! -exclamó el profesor de ornitología que pasaba por el puente-. ¡Una golondrina en invierno!
Y escribió sobre aquel tema una larga carta a un periódico local.
Todo el mundo la citó. ¡Estaba plagada de palabras que no se podían comprender!...
-Esta noche parto para Egipto -se decía la Golondrina.
Y sólo de pensarlo se ponía muy alegre.
Visitó todos los monumentos públicos y descansó un gran rato sobre la punta del campanario de la iglesia.
Por todas parte adonde iba piaban los gorriones, diciéndose unos a otros:
-¡Qué extranjera más distinguida!
Y esto la llenaba de gozo. Al salir la luna volvió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz.
-¿Tenéis algún encargo para Egipto? -le gritó-. Voy a emprender la marcha.
-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás otra noche conmigo?
-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mañana mis amigas volarán hacia la segunda catarata. Allí el hipopótamo se acuesta entre los juncos y el dios Memnón se alza sobre un gran trono de granito. Acecha a las estrellas durante la noche y cuando brilla Venus, lanza un grito de alegría y luego calla. A mediodía, los rojizos leones bajan a beber a la orilla del río. Sus ojos son verdes aguamarinas y sus rugidos más atronadores que los rugidos de la catarata.
-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, allá abajo, al otro lado de la ciudad, veo a un joven en una buhardilla. Está inclinado sobre una mesa cubierta de papeles y en un vaso a su lado hay un ramo de violetas marchitas. Su pelo es negro y rizoso y sus labios rojos como granos de granada. Tiene unos grandes ojos soñadores. Se esfuerza en terminar una obra para el director del teatro, pero siente demasiado frío para escribir más. No hay fuego ninguno en el aposento y el hambre le ha rendido.
-Me quedaré otra noche con vos -dijo la Golondrina, que tenía realmente buen corazón-. ¿Debo llevarle otro rubí?
-¡Ay! No tengo más rubíes -dijo el Príncipe-. Mis ojos es lo único que me queda. Son unos zafiros extraordinarios traídos de la India hace un millar de años. Arranca uno de ellos y llévaselo. Lo venderá a un joyero, se comprará alimento y combustible y concluirá su obra.
-Amado Príncipe -dijo la Golondrina-, no puedo hacer eso.
Y se puso a llorar.
-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te pido.
Entonces la Golondrina arrancó el ojo del Príncipe y voló hacia la buhardilla del estudiante. Era fácil penetrar en ella porque había un agujero en el techo. La Golondrina entró por él como una flecha y se encontró en la habitación.
El joven tenía la cabeza hundida en las manos. No oyó el aleteo del pájaro y cuando levantó la cabeza, vio el hermoso zafiro colocado sobre las violetas marchitas.
-Empiezo a ser estimado -exclamó-. Esto proviene de algún rico admirador. Ahora ya puedo terminar la obra.
Y parecía completamente feliz.
Al día siguiente la Golondrina voló hacia el puerto.
Descansó sobre el mástil de un gran navío y contempló a los marineros que sacaban enormes cajas de la cala tirando de unos cabos.
-¡Ah, iza! -gritaban a cada caja que llegaba al puente.
-¡Me voy a Egipto! -les gritó la Golondrina.
Pero nadie le hizo caso, y al salir la luna, volvió hacia el Príncipe Feliz.
-He venido para deciros adiós -le dijo.
-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -exclamó el Príncipe-. ¿No te quedarás conmigo una noche más?
-Es invierno -replicó la Golondrina- y pronto estará aquí la nieve glacial. En Egipto calienta el sol sobre las palmeras verdes. Los cocodrilos, acostados en el barro, miran perezosamente a los árboles, a orillas del río. Mis compañeras construyen nidos en el templo de Baalbeck. Las palomas rosadas y blancas las siguen con los ojos y se arrullan. Amado Príncipe, tengo que dejaros, pero no os olvidaré nunca y la primavera próxima os traeré de allá dos bellas piedras preciosas con que sustituir las que disteis. El rubí será más rojo que una rosa roja y el zafiro será tan azul como el océano.
-Allá abajo, en la plazoleta -contestó el Príncipe Feliz-, tiene su puesto una niña vendedora de cerillas. Se le han caído las cerillas al arroyo, estropeándose todas. Su padre le pegará si no lleva algún dinero a casa, y está llorando. No tiene ni medias ni zapatos y lleva la cabecita al descubierto. Arráncame el otro ojo, dáselo y su padre no le pegará.
-Pasaré otra noche con vos -dijo la Golondrina-, pero no puedo arrancaros el ojo porque entonces os quedaríais ciego del todo.
-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te mando.
Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe y emprendió el vuelo llevándoselo.
Se posó sobre el hombro de la vendedorcita de cerillas y deslizó la joya en la palma de su mano.
-¡Qué bonito pedazo de cristal! -exclamó la niña, y corrió a su casa muy alegre.
Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe.
- Ahora estáis ciego. Por eso me quedaré con vos para siempre.
-No, Golondrinita -dijo el pobre Príncipe-. Tienes que ir a Egipto.
-Me quedaré con vos para siempre -dijo la Golondrina.
Y se durmió entre los pies del Príncipe. Al día siguiente se colocó sobre el hombro del Príncipe y le refirió lo que habla visto en países extraños.
Le habló de los ibis rojos que se sitúan en largas filas a orillas del Nilo y pescan a picotazos peces de oro; de la esfinge, que es tan vieja como el mundo, vive en el desierto y lo sabe todo; de los mercaderes que caminan lentamente junto a sus camellos, pasando las cuentas de unos rosarios de ámbar en sus manos; del rey de las montañas de la Luna, que es negro como el ébano y que adora un gran bloque de cristal; de la gran serpiente verde que duerme en una palmera y a la cual están encargados de alimentar con pastelitos de miel veinte sacerdotes; y de los pigmeos que navegan por un gran lago sobre anchas hojas aplastadas y están siempre en guerra con las mariposas.
-Querida Golondrinita -dijo el Príncipe-, me cuentas cosas maravillosas, pero más maravilloso aún es lo que soportan los hombres y las mujeres. No hay misterio más grande que la miseria. Vuela por mi ciudad, Golondrinita, y dime lo que veas.
Entonces la Golondrinita voló por la gran ciudad y vio a los ricos que se festejaban en sus magníficos palacios, mientras los mendigos estaban sentados a sus puertas.
Voló por los barrios sombríos y vio las pálidas caras de los niños que se morían de hambre, mirando con apatía las calles negras.
Bajo los arcos de un puente estaban acostados dos niñitos abrazados uno a otro para calentarse.
-¡Qué hambre tenemos! -decían.
-¡No se puede estar tumbado aquí! -les gritó un guardia.
Y se alejaron bajo la lluvia.
Entonces la Golondrina reanudó su vuelo y fue a contar al Príncipe lo que había visto.
-Estoy cubierto de oro fino -dijo el Príncipe-; despréndelo hoja por hoja y dáselo a mis pobres. Los hombres creen siempre que el oro puede hacerlos felices.
Hoja por hoja arrancó la Golondrina el oro fino hasta que el Príncipe Feliz se quedó sin brillo ni belleza.
Hoja por hoja lo distribuyó entre los pobres, y las caritas de los niños se tornaron nuevamente sonrosadas y rieron y jugaron por la calle.
-¡Ya tenemos pan! -gritaban.
Entonces llegó la nieve y después de la nieve el hielo.
Las calles parecían empedradas de plata por lo que brillaban y relucían.
Largos carámbanos, semejantes a puñales de cristal, pendían de los tejados de las casas. Todo el mundo se cubría de pieles y los niños llevaban gorritos rojos y patinaban sobre el hielo.
La pobre Golondrina tenía frío, cada vez más frío, pero no quería abandonar al Príncipe: le amaba demasiado para hacerlo.
Picoteaba las migas a la puerta del panadero cuando éste no la veía, e intentaba calentarse batiendo las alas.
Pero, al fin, sintió que iba a morir. No tuvo fuerzas más que para volar una vez más sobre el hombro del Príncipe.
-¡Adiós, amado Príncipe! -murmuró-. Permitid que os bese la mano.
-Me da mucha alegría que partas por fin para Egipto, Golondrina -dijo el Príncipe-. Has permanecido aquí demasiado tiempo. Pero tienes que besarme en los labios porque te amo.
-No es a Egipto adonde voy a ir -dijo la Golondrina-. Voy a ir a la morada de la Muerte. La Muerte es hermana del Sueño, ¿verdad?
Y besando al Príncipe Feliz en los labios, cayó muerta a sus pies.
En el mismo instante sonó un extraño crujido en el interior de la estatua, como si se hubiera roto algo.
El hecho es que la coraza de plomo se habla partido en dos. Realmente hacia un frío terrible.
A la mañana siguiente, muy temprano, el alcalde se paseaba por la plazoleta con dos concejales de la ciudad.
Al pasar junto al pedestal, levantó sus ojos hacia la estatua.
-¡Dios mío! -exclamó-. ¡Qué andrajoso parece el Príncipe Feliz!
-¡Sí, está verdaderamente andrajoso! -dijeron los concejales de la ciudad, que eran siempre de la opinión del alcalde.
Y levantaron ellos mismos la cabeza para mirar la estatua.
-El rubí de su espada se ha caído y ya no tiene ojos, ni es dorado -dijo el alcalde- En resumidas cuentas, que está lo mismo que un pordiosero.
-¡Lo mismo que un pordiosero! -repitieron a coro los concejales.
-Y tiene a sus pies un pájaro muerto -prosiguió el alcalde-. Realmente habrá que promulgar un bando prohibiendo a los pájaros que mueran aquí.
Y el secretario del Ayuntamiento tomó nota para aquella idea.
Entonces fue derribada la estatua del Príncipe Feliz.
-¡Al no ser ya bello, de nada sirve! -dijo el profesor de estética de la Universidad.
Entonces fundieron la estatua en un horno y el alcalde reunió al Concejo en sesión para decidir lo que debía hacerse con el metal.
-Podríamos -propuso- hacer otra estatua. La mía, por ejemplo.
-O la mía -dijo cada uno de los concejales.
Y acabaron disputando.
-¡Qué cosa más rara! -dijo el oficial primero de la fundición-. Este corazón de plomo no quiere fundirse en el horno; habrá que tirarlo como desecho.
Los fundidores lo arrojaron al montón de basura en que yacía la golondrina muerta.
-Tráeme las dos cosas más preciosas de la ciudad -dijo Dios a uno de sus ángeles.
Y el ángel se llevó el corazón de plomo y el pájaro muerto.
-Has elegido bien -dijo Dios-. En mi jardín del Paraíso este pajarillo cantará eternamente, y en mi ciudad de oro el Príncipe Feliz repetirá mis alabanzas.
miércoles, 23 de julio de 2008
Así hablo Zaratustra - El niños del espejo
Bien, este es el texto favorito de este libro, es de Friedrich Nietzsche
, ya les yhablare d eel, peor ahroa queiro que lean este texto, e smuy linto y t elelna de energia, pongan atencion desde "loca es mi felizidad..." hasta el final, en verda,d es genial! epseor que els guste! Oh! acabe Dracula, queiro mostrarles una part eque me encanto, epro no le encutnro en el libro dle pc, asiq eu al transcribire, en fin, s eme han jsutado cosas apra transcribir jeje.
El niño del espejo139
Zaratustra volvió a continuación a las montañas y a la soledad de su caverna y se apartó de los hombres: aguardando como un sembrador que ha lanzado su semilla140. Mas su alma se llenó de impaciencia y de deseos de aquellos a quienes amaba: pues aún tenía muchas cosas que darles. Esto es, en efecto, lo más difícil, el cerrar por amor la mano abierta y el conservar el pudor al hacer regalos141.
Así transcurrieron para el solitario meses y años; mas su sabiduría crecía y le causaba dolores por su abundancia.
Una mañana se despertó antes de la aurora, estuvo meditando largo tiempo en su lecho y dijo por fin a su corazón:
«¿De qué me he asustado tanto en mis sueños, que me he despertado? ¿No se acercó a mí un niño que llevaba un espejo?
“Oh Zaratustra - me dijo el niño -, ¡mírate en el espejo!”
Y al mirar yo al espejo lancé un grito, y mi corazón quedó aterrado: pues no era a mí a quien veía en él, sino la mueca y la risa burlona de un demonio.
En verdad, demasiado bien comprendo el signo y la advertencia del sueño: ¡mi doctrina está en peligro, la cizaña quiere llamarse trigo!142
Mis enemigos se han vuelto poderosos y han deformado la imagen de mi doctrina, de modo que los más queridos por mí tuvieron que avergonzarse de los dones que yo les había entregado.
¡He perdido a mis amigos; me ha llegado la hora de buscar a los que he perdido! »143 -
Al decir estas palabras Zaratustra se levantó de un salto, pero no como un angustiado que busca aire, sino más bien como un vidente y cantor de quien se apodera el espíritu. Extrañados miraron hacia él su águila y su serpiente: pues, semejante a la aurora, sobre su rostro yacía una felicidad cercana.
¿Qué me ha sucedido, pues, animales míos? - dijo Zaratustra. ¿No estoy transformado? ¿No vino a mí la bienaventuranza como un viento tempestuoso?
Loca es mi felicidad, y cosas locas dirá: es demasiado joven todavía - ¡tened, pues, paciencia con ella!
Herido estoy por mi felicidad144: ¡todos los que sufren deben ser médicos para mí!
¡De nuevo me es lícito bajar a mis amigos y también a mis enemigos! ¡De nuevo le es lícito a Zaratustra hablar y hacer regalos y dar lo mejor a los amados!
Mi impaciente amor se desborda en ríos que bajan hacia levante y hacia poniente145. ¡Desde silenciosas montañas y tempestades de dolor desciende mi alma con estruendo a los valles!
Demasiado tiempo he estado anhelando y mirando a lo lejos. Demasiado tiempo he pertenecido a la soledad: así he olvidado el callar.
Me he convertido todo yo en una boca, y en estruendo de arroyo que cae de elevados peñascos: quiero despeñar mis palabras a los valles.
¡Y lo haré aunque el río de mi amor se precipite en lo infranqueable! ¡Cómo no va a acabar encontrando tal río el camino hacia el mar!
Sin duda hay en mí un lago, un lago eremítico, que se basta a sí mismo; mas el río de mi amor lo arrastra hacia abajo consigo - ¡al mar!
Nuevos caminos recorro, un nuevo modo de hablar llega a mí; me he cansado, como todos los creadores, de las viejas lenguas. Mi espíritu no quiere ya caminar sobre sandalias usadas.
Con demasiada lentitud corre para mí todo hablar: - ¡a tu carro salto, tempestad! ¡E incluso a ti quiero arrearte con el látigo de mi maldad!
Como un grito y una exclamación jubilosa quiero correr sobre anchos mares, hasta encontrar las islas afortunadas146 donde moran mis amigos: -
¡Y mis enemigos entre ellos! ¡Cómo amo ahora a todo aquel a quien me sea lícito hablarle! También mis enemigos forman parte de mi bienaventuranza.
Y si quiero montar en mi caballo salvaje, lo que mejor me ayuda siempre a subir es mi lanza: ella es el servidor constantemente dispuesto de mi pie: -
¡La lanza que arrojo contra mis enemigos! ¡Cómo les agradezco a mis enemigos el que por fin se me permita arrojarla!
Demasiado grande era la tensión de mi nube: entre carcajadas de rayos quiero lanzar granizadas a la profundidad.
Poderoso se hinchará entonces mi pecho, poderoso exhalará su tempestad por encima de los montes: así quedará aliviado.
¡En verdad, semejantes a una tempestad llegan mi felicidad y mi libertad! Pero mis enemigos deben creer que es el Maligno147 el que se enfurece sobre sus cabezas.
Sí, también os asustaréis vosotros, amigos míos, a causa de mi sabiduría salvaje148; y tal vez huyáis de ella juntamente con mis enemigos.
¡Ay, si yo supiese atraeros con flautas pastoriles a volver atrás! ¡Ay, si mi leona Sabiduría aprendiese a rugir con dulzura! ¡Y muchas cosas hemos ya aprendido juntos!
Mi sabiduría salvaje quedó preñada en montañas solitarias; sobre ásperos peñascos parió su nueva, última cría. Ahora corre enloquecida por el duro desierto y busca y busca blando césped - ¡mi vieja sabiduría salvaje!
¡Sobre el blando césped de vuestros corazones, amigos míos! - ¡sobre vuestro amor le gustaría acostar lo más querido para ella!
Así habló Zaratustra.
139 En los borradores Nietzsche había previsto para este capítulo el título de La segunda aurora.
140 «El sembrador» es imagen evangélica. Véase Evangelio de Mateo, 13, 3 ss.
141 Nietzsche desarrolla con detalle esta idea en esta misma segunda parte, La canción de la noche.
142 Sobre la cizaña y el trigo véase el Evangelio de mateo, 13, 24 y ss. (parábola de la cizaña). También aquí son los «enemigos» del sembrador los que plantan cizaña entre el trigo.
143 La imagen de «salir en busca de los perdidos» es asimismo reminiscencia evangélica. Véase Evangelio de Lucas, 15,4 y ss. (parábola de la oveja perdida).
144 Esta frase es, incluso por su estructura verbal (verwundet bin ich von meinem Glücke), reminiscencia de las muy conocidas, entre wagnerianos, palabras de Brunilda en el tercer acto del Sigfrido:
«Herido me ha quien me despertó» (verwundet hat mich der mich erweckt). Nietzsche cuenta que, cuando fue a visitar por vez primera a Wagner en Tribschen, estuvo «largo tiempo en silencio ante la casa y escuchaba un acorde doloroso, continuamente repetido». Ese acorde correspondía al tema del «despertar de Brunilda».
145 Expresión bíblica. Véase el Salmo 50, 1: «Desde el poniente hasta el levante...»
146 Anticipación del título del apartado siguiente. Véase la nota 149.
147 Expresión bíblica para designar al demonio.
148 El tema de la «sabiduría salvaje» tiene gran importancia como caracterización del saber propio de Zaratustra. Véase, en el párrafo siguiente, «leona Sabiduría». Véase también, en esta misma se gunda parte, De los sabios famosos, donde Zaratustra contrapone esta sabiduría suya al saber de los «sabios famosos» que aparecen como «animales de carga». Véase asimismo, en la tercer parte, De tablas viejas y nuevas, 2.
, ya les yhablare d eel, peor ahroa queiro que lean este texto, e smuy linto y t elelna de energia, pongan atencion desde "loca es mi felizidad..." hasta el final, en verda,d es genial! epseor que els guste! Oh! acabe Dracula, queiro mostrarles una part eque me encanto, epro no le encutnro en el libro dle pc, asiq eu al transcribire, en fin, s eme han jsutado cosas apra transcribir jeje.
El niño del espejo139
Zaratustra volvió a continuación a las montañas y a la soledad de su caverna y se apartó de los hombres: aguardando como un sembrador que ha lanzado su semilla140. Mas su alma se llenó de impaciencia y de deseos de aquellos a quienes amaba: pues aún tenía muchas cosas que darles. Esto es, en efecto, lo más difícil, el cerrar por amor la mano abierta y el conservar el pudor al hacer regalos141.
Así transcurrieron para el solitario meses y años; mas su sabiduría crecía y le causaba dolores por su abundancia.
Una mañana se despertó antes de la aurora, estuvo meditando largo tiempo en su lecho y dijo por fin a su corazón:
«¿De qué me he asustado tanto en mis sueños, que me he despertado? ¿No se acercó a mí un niño que llevaba un espejo?
“Oh Zaratustra - me dijo el niño -, ¡mírate en el espejo!”
Y al mirar yo al espejo lancé un grito, y mi corazón quedó aterrado: pues no era a mí a quien veía en él, sino la mueca y la risa burlona de un demonio.
En verdad, demasiado bien comprendo el signo y la advertencia del sueño: ¡mi doctrina está en peligro, la cizaña quiere llamarse trigo!142
Mis enemigos se han vuelto poderosos y han deformado la imagen de mi doctrina, de modo que los más queridos por mí tuvieron que avergonzarse de los dones que yo les había entregado.
¡He perdido a mis amigos; me ha llegado la hora de buscar a los que he perdido! »143 -
Al decir estas palabras Zaratustra se levantó de un salto, pero no como un angustiado que busca aire, sino más bien como un vidente y cantor de quien se apodera el espíritu. Extrañados miraron hacia él su águila y su serpiente: pues, semejante a la aurora, sobre su rostro yacía una felicidad cercana.
¿Qué me ha sucedido, pues, animales míos? - dijo Zaratustra. ¿No estoy transformado? ¿No vino a mí la bienaventuranza como un viento tempestuoso?
Loca es mi felicidad, y cosas locas dirá: es demasiado joven todavía - ¡tened, pues, paciencia con ella!
Herido estoy por mi felicidad144: ¡todos los que sufren deben ser médicos para mí!
¡De nuevo me es lícito bajar a mis amigos y también a mis enemigos! ¡De nuevo le es lícito a Zaratustra hablar y hacer regalos y dar lo mejor a los amados!
Mi impaciente amor se desborda en ríos que bajan hacia levante y hacia poniente145. ¡Desde silenciosas montañas y tempestades de dolor desciende mi alma con estruendo a los valles!
Demasiado tiempo he estado anhelando y mirando a lo lejos. Demasiado tiempo he pertenecido a la soledad: así he olvidado el callar.
Me he convertido todo yo en una boca, y en estruendo de arroyo que cae de elevados peñascos: quiero despeñar mis palabras a los valles.
¡Y lo haré aunque el río de mi amor se precipite en lo infranqueable! ¡Cómo no va a acabar encontrando tal río el camino hacia el mar!
Sin duda hay en mí un lago, un lago eremítico, que se basta a sí mismo; mas el río de mi amor lo arrastra hacia abajo consigo - ¡al mar!
Nuevos caminos recorro, un nuevo modo de hablar llega a mí; me he cansado, como todos los creadores, de las viejas lenguas. Mi espíritu no quiere ya caminar sobre sandalias usadas.
Con demasiada lentitud corre para mí todo hablar: - ¡a tu carro salto, tempestad! ¡E incluso a ti quiero arrearte con el látigo de mi maldad!
Como un grito y una exclamación jubilosa quiero correr sobre anchos mares, hasta encontrar las islas afortunadas146 donde moran mis amigos: -
¡Y mis enemigos entre ellos! ¡Cómo amo ahora a todo aquel a quien me sea lícito hablarle! También mis enemigos forman parte de mi bienaventuranza.
Y si quiero montar en mi caballo salvaje, lo que mejor me ayuda siempre a subir es mi lanza: ella es el servidor constantemente dispuesto de mi pie: -
¡La lanza que arrojo contra mis enemigos! ¡Cómo les agradezco a mis enemigos el que por fin se me permita arrojarla!
Demasiado grande era la tensión de mi nube: entre carcajadas de rayos quiero lanzar granizadas a la profundidad.
Poderoso se hinchará entonces mi pecho, poderoso exhalará su tempestad por encima de los montes: así quedará aliviado.
¡En verdad, semejantes a una tempestad llegan mi felicidad y mi libertad! Pero mis enemigos deben creer que es el Maligno147 el que se enfurece sobre sus cabezas.
Sí, también os asustaréis vosotros, amigos míos, a causa de mi sabiduría salvaje148; y tal vez huyáis de ella juntamente con mis enemigos.
¡Ay, si yo supiese atraeros con flautas pastoriles a volver atrás! ¡Ay, si mi leona Sabiduría aprendiese a rugir con dulzura! ¡Y muchas cosas hemos ya aprendido juntos!
Mi sabiduría salvaje quedó preñada en montañas solitarias; sobre ásperos peñascos parió su nueva, última cría. Ahora corre enloquecida por el duro desierto y busca y busca blando césped - ¡mi vieja sabiduría salvaje!
¡Sobre el blando césped de vuestros corazones, amigos míos! - ¡sobre vuestro amor le gustaría acostar lo más querido para ella!
Así habló Zaratustra.
139 En los borradores Nietzsche había previsto para este capítulo el título de La segunda aurora.
140 «El sembrador» es imagen evangélica. Véase Evangelio de Mateo, 13, 3 ss.
141 Nietzsche desarrolla con detalle esta idea en esta misma segunda parte, La canción de la noche.
142 Sobre la cizaña y el trigo véase el Evangelio de mateo, 13, 24 y ss. (parábola de la cizaña). También aquí son los «enemigos» del sembrador los que plantan cizaña entre el trigo.
143 La imagen de «salir en busca de los perdidos» es asimismo reminiscencia evangélica. Véase Evangelio de Lucas, 15,4 y ss. (parábola de la oveja perdida).
144 Esta frase es, incluso por su estructura verbal (verwundet bin ich von meinem Glücke), reminiscencia de las muy conocidas, entre wagnerianos, palabras de Brunilda en el tercer acto del Sigfrido:
«Herido me ha quien me despertó» (verwundet hat mich der mich erweckt). Nietzsche cuenta que, cuando fue a visitar por vez primera a Wagner en Tribschen, estuvo «largo tiempo en silencio ante la casa y escuchaba un acorde doloroso, continuamente repetido». Ese acorde correspondía al tema del «despertar de Brunilda».
145 Expresión bíblica. Véase el Salmo 50, 1: «Desde el poniente hasta el levante...»
146 Anticipación del título del apartado siguiente. Véase la nota 149.
147 Expresión bíblica para designar al demonio.
148 El tema de la «sabiduría salvaje» tiene gran importancia como caracterización del saber propio de Zaratustra. Véase, en el párrafo siguiente, «leona Sabiduría». Véase también, en esta misma se gunda parte, De los sabios famosos, donde Zaratustra contrapone esta sabiduría suya al saber de los «sabios famosos» que aparecen como «animales de carga». Véase asimismo, en la tercer parte, De tablas viejas y nuevas, 2.
lunes, 21 de julio de 2008
Viva el YAOI DEATH NOE!
Viva el yaoi, death note, a lammos de Mafer!
Fanfc Death Note Shonen Ai Cap.3
Wo, despues d emeses y mese... en fin, aki va la tercera parte: Oh, si, pronto ser ayaoi esto!
L: Deaht... note...
Light esta de vuelta en su habitacion. Esta en su escitorio, aunque ya es tarde, como mañana es viernes ultimo dia de la semana, se da el gusto de desvelarse un rato, en especial despues de aver enconerado cosa mas rara.
Light: Ara... ay inrtrucciones? ja ja, mira que el que hico esta broma trabajo mucho en ella ja ja...
mm y en ingles... sera extrangero?
"Aquella persona que su nombre sea escrito en esta death note morira. Si no se expecifica su muerte morira en 40 segundos de un ataque al corazon, si se especifica tendra..."
Light: ja aj aja ja ja Ryuuga se reira de esto! AAA *bosteso* bueno, que tal si lo probamos mañana?, ahora me voy a a dormir, que igual, sera ultimo dia y todo, pero quiero estar bien despuierto para pasar un buen rato con Ryuuga en la mañana...
* A la mañana siguiente...*
L: Buenos dias Ryuuga! Llegas temprano... (dijo Light acercandose corriendo a Ryuuga, avia llegado media hora antes)
R: tu tambien llegas temprano Light... (dijo volteando hacia el, con una sonrisa al verle llegar)
L: si bueno... (contorneo los ojos buscando una explicacion en ese metro basio...)
R: ja ja, yo tambien vine mas temprano para verte n_n
L: ja ja... y ni siquiera lo disimulamos ya... dijo Light mirandolo con la cabeza algo baja pero mirandolo a los ojos... estaba algo avergonzado. En cambio Ryuuga se sentia mas osado... tenia que aprobechar su tiempo).
R: ey... Lgiht... queda media hora para tomar el metro... no quieres dar una vuelta?
L: a.. bueno, pero esta todo serrado.. y hace frio O.O estas seguro?
R: no quieres? (dijo con una sonrisa algo juguetona, savia la respuesta de antemano y su ego se elebabaa un pcoo)
L: C-claro que quiero! (Light se avia asustado)
R: Bien vamas (Ryuuga voltea con una sonrisa que Light sospecha pero que no pudo asegurar, pero que igual compartio con la suya "ya veras" penso jugueteando a escondidas en sus pensamientos...).
Se fueron a una plaza sercana, era otoño y el frio de la mañana dolia un poco, se sentaorn en una banca, Ryuuga primero
R: auch! (apreto los diente y los ojos).
L: ah, que pasa? (pregunto alerta Light mirandole a su lado aun de pie).
R: jeje, mira (Agarro de un braso al Light y lo sento a su lado)
L: auch! (Light hico la misma reaccion de Ryuuga hace unos instantes, apreto y estremesio su cuerpo).
R: Frio verdad?
L: jaja, desgraciado... (puso sus manso en sus bolsillos y le dio un empujon con todo su cuerpo a Ryuuga, si no tuviera sus manos congeladas le ubiera dado una palmada algo brusca en la cabeza).
R: fiuuu (Ryuuga sopla su aliento y ve ese humo salir por el frio...)
Light se acerca mas, se apega mucho a Ryuuga que lo empujo un poco, Ryuuga se lo devuelve como un juego, con una sonrisa con algo de complisidad...
Light le mira sonriente, luego voltea al frente
L: Fuuuu (sopla igual que Ryuuga).
Los dos estan sumamente felizes, en ese silencio, con esas sonrisas que no pueden sacar de sus caras. Ahi en esa tranquilidad vivirian asi...
L: ey... Ryuuga... (dice light con la sonrisa mirando al suelo) ...
R: mm? (Ryuuga con la cara apuntando al piso y con su propia sonrisa, le mira de reojo).
L: mmmmm
R: mmm? que? (ahora voltea a verle)
L: mmm nada... solo.... que no se.... ja ja (light aun sin mirarle se pone a reir).
R: ...ja... ja ja... que raro eres (le da otro empujon).
L: saves? (ahora le mira, cuando se miran asi, se dan cuenta que estan algo serca) me gusta saver... no, tener la seguridad, de que cuando pronuncie tu nombre me contestaras... Ryuuga...
R: ... (ryuuga vulve a mirar el piso...) ... Ligh... (ahora mira el cielo) Si nieva en invierno... podriamos pasear aunque aga frio, eh?
L: (light lo mira algo sorprendido no se esperaba eso) ... claro... (y le sonrie) claro que si n_n.
Pasa esa media hora demasiado rapido, light y ryuuga se soprprenden al ver colegiales camainando por ahi, miran la hora y estaban 5 minutos pasados, pero llegan al metro... aps demasiado lleno.. deben ir a pie...
L: Rayos...se lleno...
R: mmm
L: perdona ryuuga, se que odias estar de pie...
R: na, esta bien
El metro para en otra estacion, ryuuga es empujado a light por esa parada poco esperada! light le sostiene con su mano libre
L: estas bien?
Ryuuga se separa de el con una sonrisa leve y con una de sus manso en el pecho de Light
R: si... bien (esta mirando su mano en el pecho de light).
L: (light se fija) Ryuuga?
R: ..... (ahora ryuuga puso una cara de tristesa).
L: ryuuga? (y ahroa light puso una de preocupacion extrema).
R: (ryuuga se fija) na... es solo... (mira a light con un poco de desesperacion en tu ojos) Light... puedes... (baja la mirada) quedarte a dormir conmigo hoy?
L: O...O
R: ah! O///O! - Que dije? - O///Ó queiro decir... es viernes y... la otra vez... em... en casa.. creo que...
L: O...O ... o//o me encantaria...
R: enserio? (ryuuga esta algo mareado)
L: ...si n//n, de veras...
R: (ryuuga le sonrie muy emosionado).
Mientras todos los de ese bagon los miraban con cara rara... aunque ellos ni se dieron cuenta.
* ya en la universidad *
Misa: Liiiiiiiiight! (misa aparece por detras saltando encima de light el cual pone cara de pocos amigos de inmediato).
L: -_-#
R: je (sonrisa lastimosa).
M: oh, buenos dias ryuuga n_n (dice desde arriba).
R: ah...buenos dias .. misa.
M: n_n
R: n_nU
M: n_n
R: n_n
L: -_-# ..... misa piensas quedarte ahi todo el dia?
M: me dejarias *-*?
L: ni loco! (light se mueve bruscamente haciendo que misa caiga en sus pies (cosa que no deseaba en verdad light).
M: jo... que aburrido eres!
L: vamos ryuuga (toma de una manga a Ryuuga y se lo lleba casi volando).
Misa pone una cara de tristesa, pero vuelve a sonreir al momento y a llenarse de animo, toma uno de los brasos de ryuuga
M: si vamos a clases *-*
Ryuuga mira a Light (no save ni porque) y solo puede ver los ojos de fuego de light que empiesa a caminar mas rapido, y mas rapido. y terminan los tres caminando muy raro hasta la sala...
Pasado esa orrible mañana de clases.... paso ese almuerso forsoso e incomodo, donde light gritoneava a misa, esta no el hacia caso, y ryuuga se sentia a mil kilometros de linght. Este lo trataba de alcanzar, con miradas, con un "ryuu.." peor misa interumpia...
Ryuuga por mientras tenia muy mala cara... se sentia debastado pero pensaba para subirse el animo "bueno... estara conmigo de noche... eso suena raro -//-U"...
Pero se volvia a deprimir viendo a misa tan apegada a Light, ella... era linda, alegre, con gran estilo y hasta famosa... claro sin serebro y eso, pero acaso no es asi como le gustan a los chicos? -_- si... Ryuuga estaba un pelin negativo... nesesitaba refrescarse o tiraria garabatos...
R: permiso (dijo poniendose de pie) Voy al lababo.
Light lo miro irse mientras misa lo tenia tomado del cuello, "ryuuga" penso con carita de pena, y ni le molesto misa en su cuello (y eso que pesa la chica...)
L: a, espera misa, tambien debo ir al baño...
M: que? a... algo malo en al comida?
L: -_- na... solo tengo calor, ya vuelvo...
M: - mm calor, lo estare convenciendo? jiji- okey n_n
Light camino al baño esperando ver a ryuuga...
N.A: si se, esto es poco sexy, pero misa no los deja tranquilos no tenia otro sitio n_nU.
Por mientras Ryuuga estaba lavandose la cara, varias veses con violencia
"vamos despierta" se decia "calma calma...." y se miraba al espejo...
Ryuuga: Yo.... no puedo competir con ella....
L: con quien? (Decia light desde la puerta serrada, estaba apoyado con medio cuerpo, brasos crusados y una extraña sonrisa de "ja, te tengo en la mira").
R: O///Ó!!!! Ah!... na... eto.... @///@
L: te sientes bien ryuuga? (dijo asercandose a este....)
R: no te vi entrar... (ryuuga sero la llave, avia estado corriendo todo el rato, la miraba mientras la cerraba, una buena forma de noverle a la cara a light).
L: (light ve como sierra la llabe) Estabas muy undido en el agua para fijarte... (mira a ryuuga de reojo).
R: .,..ya veo... (ryuuuga pone cara de triste).
L: ryuuga... (pone una de sus manos en su cabello, sacandole esas gotas que caen (si imagen del cap 15 aki) Ryuuga, lo siento...
R: el que? (pregunta esto con mirada mas despierta volteandose y mirandolo a los ojos).
L: pues... (light pasea su mirada por los costados, se siente culpable) lo de misa...
R: na, si ya hablamos eso... (ryuuga toma papel para secarse y comiensa a hacerlo, light baja su mano).
L: Ryuuga... (pone cara de preocupacion extrema (ay que seve lindo asi!).
R: vamos... a que biene esa cara? (dice Ryuuga con una sonrisa poniendo el papel humedo tomado de los extremos en la cabeza de light).
Pero light no cambiaba la mirada...
R: Light... (ryuuga ahora comparte la misma que el).
L: ryuuga (light toma con las manos la cara de ryuuga....
El papel sostenido por ryuuga se desliza al cuello de light por detras (Si, estan en ESA pose).
Ryuuga tiene cara de sorprendido, mientras que light de preocupado.
L: ryuuga...
Finalmente Light habraza a Ryuuga y se acurruca en su cuello,. A ryuuga su corazon le late a mil...
R: L-light.... si alguien entrara... light....
L: ya quiero que sea la noche...
R: O////o!!!!
TOC TOC
TOC TOC
Desde afuera misa: Ey light! estas Bien?!
Ryuuga y light: -///-
Ryuuga: u//uU vamos.
Light: -////-# si...
ryuuga se separa de light, iva abrir la puerta pero entonces..
Light lo toma pro detras con sus manos en su estomago, y le da un beso en la mejilla...
R: O///o! light!
L: jiji n_n
Misa desde afuera: que pasa? O.o
L: que ya vamos -_´-# (que cambio de actitud).
Tras eso no comieron mas y se fueron de ahi... la gente los miraba raro, ya no por estar los dos juntos, sino por los gritos de misa -_- ... (claro la gente abra pensado en un dolor de estomago severo...).
Pasaron las clases de la tarde, ahora light se consentra menos...
Silenciosamente toca la pierna de Ryuuga por debajo, (no esque sea pervertido, pero la unica zona "disponible" y que no se veia).
Pone su mano sin dar carisias en el muslo de ryuuga.
R: O///o! *susurro* L-light...
L: (este le regala una sonrisa juguetona).
R: u///úU -Ay con este tio...-
Terminaron las clases, y misa aparece dispuesta a acompañar a Light denuevo
Light: lo siento misa, no puedes acompañarme n_n (por dentro -_´-###### ahora save manejarla mejor).
M: poke? O.O
L: porque ya me acompañaste ayer, muchos dias seguidos no esta bien
M: poke? O.O
L: porque de vez en cuando me gusta ir solo
M: poke? O.O
Ryuuga miraba desde lejitos tal esena, sentia como el fuego de furia de light se propágaba, decidio intervenir...
R: em misa, porque no me acompañas tu a mi esta vez n_nU?
M: aa? O.O
L: (light miro con cara de terror a ryuuga) -que haces?!-
R: claro.. asi light... (mira a light) va a casa... y hace sus cosas... y... para luego... ir a ser lo que quiera.. no?...
M: O.o? ah?
L: OoO a.... - capto - claro claro... n_n
M: misa no entiende O.o?
R: bueno misa, en el paseo te cuento cosas que solo yo se de light n_nU si?
M: $_$ o yeah
L: ryuuga! O_O!
R: je n_nU – lo que sea por... lo de después no?
L: - creo que si- X-X
Ojo, aki fue como telepatia creo jojo.
Light les vio marchar con un nudo en el estomago, aparte de dejar a ryuuga sufrir una molestia tan mala (recordemos que el odia cuando el esta incomodo) no pudo soportar verlo con una chica... y de eso solo se dio cuenta cuando los vio juntos.. solo... caminando -//´-U.. bueno en fin, que tenia que apurarse, buscar sus cosas e ir a la casa de ryuuga... y claro pedir permiso, peor ovbio que se lo darian :D.
y claro eso paso jojo, saca de su mochila los cuadernos y se dispuso a poner ropa ahora dentro, paro ante los cuadernos antes de guardarles ... "mmm" penso "croe que me llebo los cuadernos... no tengo apuntes gracias a misa -_-".. se demoro menos de 10 minutos, 2 mudas de ropa, sepillo, iyama y ay esta, mas cositas peke como desodorante etc...
antes de irse vio ese cuaderno que estaba en el escritorio...
"mmm... na, no vale la pena ni llebar una broma como esa a ryuuga" y se fue dando brincos por las escaleras.
L: bien, ya me voy.
Sayu: hermanito luego podrias traerlo a el a dormir aki *-* me gustaria conoserlo
L: que?! ni loco, se ve que se te estan rebolusionando las hormonas...
S: mo! u_ú!
L: ja ja, ven aki (y le da un abraso con una mano a sayu y le da un beso en al mejilla).,
S: O//O onichan!
L: ves que las tienen revolusionadas!
S: @.@
Mama: ya te vas hijo?
L: sep n_n
M: bien, portate bien y mandales saludos a tu amigo.. seria bueno que lo trageras a senar alguna vez...
S: *-*
L: emm... lo pensare
S: -_-
L: bien, saluda a papa cuando llegue n_n dile que me llame, si?
M:ok.
S: nos vemos hermanito n_n
L: chu chu (y se va)
Un taxi lo espera en la puerta avia llamado apenas llegar, se sube, el viaje se le hiso eterno...
L: Deaht... note...
Light esta de vuelta en su habitacion. Esta en su escitorio, aunque ya es tarde, como mañana es viernes ultimo dia de la semana, se da el gusto de desvelarse un rato, en especial despues de aver enconerado cosa mas rara.
Light: Ara... ay inrtrucciones? ja ja, mira que el que hico esta broma trabajo mucho en ella ja ja...
mm y en ingles... sera extrangero?
"Aquella persona que su nombre sea escrito en esta death note morira. Si no se expecifica su muerte morira en 40 segundos de un ataque al corazon, si se especifica tendra..."
Light: ja aj aja ja ja Ryuuga se reira de esto! AAA *bosteso* bueno, que tal si lo probamos mañana?, ahora me voy a a dormir, que igual, sera ultimo dia y todo, pero quiero estar bien despuierto para pasar un buen rato con Ryuuga en la mañana...
* A la mañana siguiente...*
L: Buenos dias Ryuuga! Llegas temprano... (dijo Light acercandose corriendo a Ryuuga, avia llegado media hora antes)
R: tu tambien llegas temprano Light... (dijo volteando hacia el, con una sonrisa al verle llegar)
L: si bueno... (contorneo los ojos buscando una explicacion en ese metro basio...)
R: ja ja, yo tambien vine mas temprano para verte n_n
L: ja ja... y ni siquiera lo disimulamos ya... dijo Light mirandolo con la cabeza algo baja pero mirandolo a los ojos... estaba algo avergonzado. En cambio Ryuuga se sentia mas osado... tenia que aprobechar su tiempo).
R: ey... Lgiht... queda media hora para tomar el metro... no quieres dar una vuelta?
L: a.. bueno, pero esta todo serrado.. y hace frio O.O estas seguro?
R: no quieres? (dijo con una sonrisa algo juguetona, savia la respuesta de antemano y su ego se elebabaa un pcoo)
L: C-claro que quiero! (Light se avia asustado)
R: Bien vamas (Ryuuga voltea con una sonrisa que Light sospecha pero que no pudo asegurar, pero que igual compartio con la suya "ya veras" penso jugueteando a escondidas en sus pensamientos...).
Se fueron a una plaza sercana, era otoño y el frio de la mañana dolia un poco, se sentaorn en una banca, Ryuuga primero
R: auch! (apreto los diente y los ojos).
L: ah, que pasa? (pregunto alerta Light mirandole a su lado aun de pie).
R: jeje, mira (Agarro de un braso al Light y lo sento a su lado)
L: auch! (Light hico la misma reaccion de Ryuuga hace unos instantes, apreto y estremesio su cuerpo).
R: Frio verdad?
L: jaja, desgraciado... (puso sus manso en sus bolsillos y le dio un empujon con todo su cuerpo a Ryuuga, si no tuviera sus manos congeladas le ubiera dado una palmada algo brusca en la cabeza).
R: fiuuu (Ryuuga sopla su aliento y ve ese humo salir por el frio...)
Light se acerca mas, se apega mucho a Ryuuga que lo empujo un poco, Ryuuga se lo devuelve como un juego, con una sonrisa con algo de complisidad...
Light le mira sonriente, luego voltea al frente
L: Fuuuu (sopla igual que Ryuuga).
Los dos estan sumamente felizes, en ese silencio, con esas sonrisas que no pueden sacar de sus caras. Ahi en esa tranquilidad vivirian asi...
L: ey... Ryuuga... (dice light con la sonrisa mirando al suelo) ...
R: mm? (Ryuuga con la cara apuntando al piso y con su propia sonrisa, le mira de reojo).
L: mmmmm
R: mmm? que? (ahora voltea a verle)
L: mmm nada... solo.... que no se.... ja ja (light aun sin mirarle se pone a reir).
R: ...ja... ja ja... que raro eres (le da otro empujon).
L: saves? (ahora le mira, cuando se miran asi, se dan cuenta que estan algo serca) me gusta saver... no, tener la seguridad, de que cuando pronuncie tu nombre me contestaras... Ryuuga...
R: ... (ryuuga vulve a mirar el piso...) ... Ligh... (ahora mira el cielo) Si nieva en invierno... podriamos pasear aunque aga frio, eh?
L: (light lo mira algo sorprendido no se esperaba eso) ... claro... (y le sonrie) claro que si n_n.
Pasa esa media hora demasiado rapido, light y ryuuga se soprprenden al ver colegiales camainando por ahi, miran la hora y estaban 5 minutos pasados, pero llegan al metro... aps demasiado lleno.. deben ir a pie...
L: Rayos...se lleno...
R: mmm
L: perdona ryuuga, se que odias estar de pie...
R: na, esta bien
El metro para en otra estacion, ryuuga es empujado a light por esa parada poco esperada! light le sostiene con su mano libre
L: estas bien?
Ryuuga se separa de el con una sonrisa leve y con una de sus manso en el pecho de Light
R: si... bien (esta mirando su mano en el pecho de light).
L: (light se fija) Ryuuga?
R: ..... (ahora ryuuga puso una cara de tristesa).
L: ryuuga? (y ahroa light puso una de preocupacion extrema).
R: (ryuuga se fija) na... es solo... (mira a light con un poco de desesperacion en tu ojos) Light... puedes... (baja la mirada) quedarte a dormir conmigo hoy?
L: O...O
R: ah! O///O! - Que dije? - O///Ó queiro decir... es viernes y... la otra vez... em... en casa.. creo que...
L: O...O ... o//o me encantaria...
R: enserio? (ryuuga esta algo mareado)
L: ...si n//n, de veras...
R: (ryuuga le sonrie muy emosionado).
Mientras todos los de ese bagon los miraban con cara rara... aunque ellos ni se dieron cuenta.
* ya en la universidad *
Misa: Liiiiiiiiight! (misa aparece por detras saltando encima de light el cual pone cara de pocos amigos de inmediato).
L: -_-#
R: je (sonrisa lastimosa).
M: oh, buenos dias ryuuga n_n (dice desde arriba).
R: ah...buenos dias .. misa.
M: n_n
R: n_nU
M: n_n
R: n_n
L: -_-# ..... misa piensas quedarte ahi todo el dia?
M: me dejarias *-*?
L: ni loco! (light se mueve bruscamente haciendo que misa caiga en sus pies (cosa que no deseaba en verdad light).
M: jo... que aburrido eres!
L: vamos ryuuga (toma de una manga a Ryuuga y se lo lleba casi volando).
Misa pone una cara de tristesa, pero vuelve a sonreir al momento y a llenarse de animo, toma uno de los brasos de ryuuga
M: si vamos a clases *-*
Ryuuga mira a Light (no save ni porque) y solo puede ver los ojos de fuego de light que empiesa a caminar mas rapido, y mas rapido. y terminan los tres caminando muy raro hasta la sala...
Pasado esa orrible mañana de clases.... paso ese almuerso forsoso e incomodo, donde light gritoneava a misa, esta no el hacia caso, y ryuuga se sentia a mil kilometros de linght. Este lo trataba de alcanzar, con miradas, con un "ryuu.." peor misa interumpia...
Ryuuga por mientras tenia muy mala cara... se sentia debastado pero pensaba para subirse el animo "bueno... estara conmigo de noche... eso suena raro -//-U"...
Pero se volvia a deprimir viendo a misa tan apegada a Light, ella... era linda, alegre, con gran estilo y hasta famosa... claro sin serebro y eso, pero acaso no es asi como le gustan a los chicos? -_- si... Ryuuga estaba un pelin negativo... nesesitaba refrescarse o tiraria garabatos...
R: permiso (dijo poniendose de pie) Voy al lababo.
Light lo miro irse mientras misa lo tenia tomado del cuello, "ryuuga" penso con carita de pena, y ni le molesto misa en su cuello (y eso que pesa la chica...)
L: a, espera misa, tambien debo ir al baño...
M: que? a... algo malo en al comida?
L: -_- na... solo tengo calor, ya vuelvo...
M: - mm calor, lo estare convenciendo? jiji- okey n_n
Light camino al baño esperando ver a ryuuga...
N.A: si se, esto es poco sexy, pero misa no los deja tranquilos no tenia otro sitio n_nU.
Por mientras Ryuuga estaba lavandose la cara, varias veses con violencia
"vamos despierta" se decia "calma calma...." y se miraba al espejo...
Ryuuga: Yo.... no puedo competir con ella....
L: con quien? (Decia light desde la puerta serrada, estaba apoyado con medio cuerpo, brasos crusados y una extraña sonrisa de "ja, te tengo en la mira").
R: O///Ó!!!! Ah!... na... eto.... @///@
L: te sientes bien ryuuga? (dijo asercandose a este....)
R: no te vi entrar... (ryuuga sero la llave, avia estado corriendo todo el rato, la miraba mientras la cerraba, una buena forma de noverle a la cara a light).
L: (light ve como sierra la llabe) Estabas muy undido en el agua para fijarte... (mira a ryuuga de reojo).
R: .,..ya veo... (ryuuuga pone cara de triste).
L: ryuuga... (pone una de sus manos en su cabello, sacandole esas gotas que caen (si imagen del cap 15 aki) Ryuuga, lo siento...
R: el que? (pregunta esto con mirada mas despierta volteandose y mirandolo a los ojos).
L: pues... (light pasea su mirada por los costados, se siente culpable) lo de misa...
R: na, si ya hablamos eso... (ryuuga toma papel para secarse y comiensa a hacerlo, light baja su mano).
L: Ryuuga... (pone cara de preocupacion extrema (ay que seve lindo asi!).
R: vamos... a que biene esa cara? (dice Ryuuga con una sonrisa poniendo el papel humedo tomado de los extremos en la cabeza de light).
Pero light no cambiaba la mirada...
R: Light... (ryuuga ahora comparte la misma que el).
L: ryuuga (light toma con las manos la cara de ryuuga....
El papel sostenido por ryuuga se desliza al cuello de light por detras (Si, estan en ESA pose).
Ryuuga tiene cara de sorprendido, mientras que light de preocupado.
L: ryuuga...
Finalmente Light habraza a Ryuuga y se acurruca en su cuello,. A ryuuga su corazon le late a mil...
R: L-light.... si alguien entrara... light....
L: ya quiero que sea la noche...
R: O////o!!!!
TOC TOC
TOC TOC
Desde afuera misa: Ey light! estas Bien?!
Ryuuga y light: -///-
Ryuuga: u//uU vamos.
Light: -////-# si...
ryuuga se separa de light, iva abrir la puerta pero entonces..
Light lo toma pro detras con sus manos en su estomago, y le da un beso en la mejilla...
R: O///o! light!
L: jiji n_n
Misa desde afuera: que pasa? O.o
L: que ya vamos -_´-# (que cambio de actitud).
Tras eso no comieron mas y se fueron de ahi... la gente los miraba raro, ya no por estar los dos juntos, sino por los gritos de misa -_- ... (claro la gente abra pensado en un dolor de estomago severo...).
Pasaron las clases de la tarde, ahora light se consentra menos...
Silenciosamente toca la pierna de Ryuuga por debajo, (no esque sea pervertido, pero la unica zona "disponible" y que no se veia).
Pone su mano sin dar carisias en el muslo de ryuuga.
R: O///o! *susurro* L-light...
L: (este le regala una sonrisa juguetona).
R: u///úU -Ay con este tio...-
Terminaron las clases, y misa aparece dispuesta a acompañar a Light denuevo
Light: lo siento misa, no puedes acompañarme n_n (por dentro -_´-###### ahora save manejarla mejor).
M: poke? O.O
L: porque ya me acompañaste ayer, muchos dias seguidos no esta bien
M: poke? O.O
L: porque de vez en cuando me gusta ir solo
M: poke? O.O
Ryuuga miraba desde lejitos tal esena, sentia como el fuego de furia de light se propágaba, decidio intervenir...
R: em misa, porque no me acompañas tu a mi esta vez n_nU?
M: aa? O.O
L: (light miro con cara de terror a ryuuga) -que haces?!-
R: claro.. asi light... (mira a light) va a casa... y hace sus cosas... y... para luego... ir a ser lo que quiera.. no?...
M: O.o? ah?
L: OoO a.... - capto - claro claro... n_n
M: misa no entiende O.o?
R: bueno misa, en el paseo te cuento cosas que solo yo se de light n_nU si?
M: $_$ o yeah
L: ryuuga! O_O!
R: je n_nU – lo que sea por... lo de después no?
L: - creo que si- X-X
Ojo, aki fue como telepatia creo jojo.
Light les vio marchar con un nudo en el estomago, aparte de dejar a ryuuga sufrir una molestia tan mala (recordemos que el odia cuando el esta incomodo) no pudo soportar verlo con una chica... y de eso solo se dio cuenta cuando los vio juntos.. solo... caminando -//´-U.. bueno en fin, que tenia que apurarse, buscar sus cosas e ir a la casa de ryuuga... y claro pedir permiso, peor ovbio que se lo darian :D.
y claro eso paso jojo, saca de su mochila los cuadernos y se dispuso a poner ropa ahora dentro, paro ante los cuadernos antes de guardarles ... "mmm" penso "croe que me llebo los cuadernos... no tengo apuntes gracias a misa -_-".. se demoro menos de 10 minutos, 2 mudas de ropa, sepillo, iyama y ay esta, mas cositas peke como desodorante etc...
antes de irse vio ese cuaderno que estaba en el escritorio...
"mmm... na, no vale la pena ni llebar una broma como esa a ryuuga" y se fue dando brincos por las escaleras.
L: bien, ya me voy.
Sayu: hermanito luego podrias traerlo a el a dormir aki *-* me gustaria conoserlo
L: que?! ni loco, se ve que se te estan rebolusionando las hormonas...
S: mo! u_ú!
L: ja ja, ven aki (y le da un abraso con una mano a sayu y le da un beso en al mejilla).,
S: O//O onichan!
L: ves que las tienen revolusionadas!
S: @.@
Mama: ya te vas hijo?
L: sep n_n
M: bien, portate bien y mandales saludos a tu amigo.. seria bueno que lo trageras a senar alguna vez...
S: *-*
L: emm... lo pensare
S: -_-
L: bien, saluda a papa cuando llegue n_n dile que me llame, si?
M:ok.
S: nos vemos hermanito n_n
L: chu chu (y se va)
Un taxi lo espera en la puerta avia llamado apenas llegar, se sube, el viaje se le hiso eterno...
viernes, 11 de julio de 2008
CLAVES: Comunicación con Otros 2
Otro texto transcrito, esta vez, deneuvo sobre el control, y uan repasada a las exijencias que peuden ser ilogicas, y como puedne controlarnos cone xigencias tan oscruras, como en una parte dice "No seas terco" queire decir "cede, dejame contionuar siendo terco" en verdad!
Pero esta vez, se profundisa -de una forma fantastica - el cosneptod e EL DARSE CUENTA, ah! y claro, el expresarse -tras esto - como una VIVENCIA mas que un reploceh, vbbueno, ya lov eran a continuacion:
Comunicación con Otros:
Siempre que haya gente junta, sus acciones o no acciones afectarán a cada uno, y en este sentido siempre existe control en una relación. Con todo, hay una gran diferencia entre dos personas que se responden mutuamente y dos personas que se manejan una a otra; es la diferencia que hay entre una danza y una lucha. Cuando yo le respondo a usted, estoy en contacto con usted y permitiendo que yo mismo fluya y acontezca sin pensar. Cuando yo lo manejo, estoy pensando acerca del futuro y esforzándome en planear y controlar mis acciones a fin de producir la respuesta que quiero de usted. Para controlarlo a usted tengo que controlarme a mí. Yo soy la primera victima en mi lucha por controlarlo a usted. Siempre que me oculto estoy interfiriendo mi propio funcionamiento: manejándome a fin de manejarlo. Cuando más hago esto, más molesto y falso es mi funcionamiento natural.
Cuando intento controlarlo a usted, me vuelvo controlado de otra manera: tan pronto como quiero controlarlo, usted puede valerse de eso para controlarme. Puede tratar de conseguir lo que quiere de mí, ocultándome lo que yo quiero de usted, y puede decepcionarme, frustrarme y castigarme si yo no se lo concedo. Y quedo completamente atrapado y controlado en mi lucha por controlarlo a usted.
Algunas exigencias plantean una paradoja contradictoria en sí misma que nos atrapa a ambos. Si le digo, "No sea tan obediente" no hay modo de que pueda satisfacerme. Si usted obedece la exigencia, está siendo obediente y si al ignora, continúa comportándose del modo que me disgusta. Todo mensaje de este tupo, que nos coloca en una situación imposible, es llamado doble vínculo. Otro ejemplo es "Quiero que me dominen". Si trato de obedecer su pedido, su requerimiento me domina a mí. Las situaciones donde surgen con mayor frecuencia los doble vínculos son aquellas donde se nos exige un comportamiento que por naturaleza es espontáneo, como "Debes respetarme", "Sé espontáneo" y "Debes amarme".
Algunas exigencias son completamente unilaterales y toman la forma de "Lo que es bueno para mí es malo para ti". "No seas egoísta" realmente significa "Permíteme ser egoísta; hazlo del modo que yo quiero". "No seas tan terco" significa "Cede, de modo que yo pueda seguir siendo terco".
La única salida de esta lucha destructiva por el control es mediante el darse cuenta. Puedo darme cuenta de todos los detalles de la lucha en sí y de mi parte en esta locura controlada. Puedo darme cuenta de lo que quiero de usted y de cómo me pongo rígido y me refreno, prestando mucha atención a mí darme cuenta de mis reacciones físicas. Un malestar físico es frecuentemente un síntoma de deshonestidad, la señal de que no me estoy expresando completamente. Prestando atención a mi malestar, puedo descubrir cómo me manejo y me falseo a fin de controlarlo a usted.
Mejor será que preste atención a mí mismo, si interrumpo el contacto con mi vivencia, permanezca un rato conmigo y descubra algo más, y luego lo exprese como mi vivencia y no como una acusación o alguna otra exigencia velada. Por ejemplo, podría descubrir que estoy tensando mis hombres y brazos y apretando los dientes, y mientras fijo mi atención sobre eso, podría darme cuenta de que siento rabia. Si digo “Usted es un carajo”, lo acuso, lo culpo y le exijo que cambie para que me haga sentir mejor. Puedo asumir mayor responsabilidad por mi sentimiento si simplemente lo expreso como mi vivencia “Estoy enojado por lo que usted hizo”.
Si permanezco con ese sentimiento de enojo puedo descubrir más detalles al respecto. Puedo descubrir que mi enojo en este momento tiene características sólidas e inflexibles, como si expresara “No acepto su proceder”. O puedo descubrir que mi enojo en este momento tiene características de desamparo y lamentaciones como si pidiera “Por favor, ayúdame; por favor no vuelva hacerlo”. Si continúo vivenciando lo mismo, puedo notar que mis hombros se alzan como defendiéndose de un golpe, y puedo darme cuenta que estoy temiendo sus represalias. O puede que capte una fuerte imagen de alguna situación anterior en mi vida y me dé cuenta de que por lo menos parte de mi enojo es en respuesta a esa situación no resuelta más que a la situación presente. Permaneciendo con mi conciencia de lo que estoy vivenciando, puedo ir aclarando gradualmente lo que está sucediendo en esta situación.
---
Um saludo para Kory, ojala te guste este texto tambien!
Pero esta vez, se profundisa -de una forma fantastica - el cosneptod e EL DARSE CUENTA, ah! y claro, el expresarse -tras esto - como una VIVENCIA mas que un reploceh, vbbueno, ya lov eran a continuacion:
Comunicación con Otros:
Siempre que haya gente junta, sus acciones o no acciones afectarán a cada uno, y en este sentido siempre existe control en una relación. Con todo, hay una gran diferencia entre dos personas que se responden mutuamente y dos personas que se manejan una a otra; es la diferencia que hay entre una danza y una lucha. Cuando yo le respondo a usted, estoy en contacto con usted y permitiendo que yo mismo fluya y acontezca sin pensar. Cuando yo lo manejo, estoy pensando acerca del futuro y esforzándome en planear y controlar mis acciones a fin de producir la respuesta que quiero de usted. Para controlarlo a usted tengo que controlarme a mí. Yo soy la primera victima en mi lucha por controlarlo a usted. Siempre que me oculto estoy interfiriendo mi propio funcionamiento: manejándome a fin de manejarlo. Cuando más hago esto, más molesto y falso es mi funcionamiento natural.
Cuando intento controlarlo a usted, me vuelvo controlado de otra manera: tan pronto como quiero controlarlo, usted puede valerse de eso para controlarme. Puede tratar de conseguir lo que quiere de mí, ocultándome lo que yo quiero de usted, y puede decepcionarme, frustrarme y castigarme si yo no se lo concedo. Y quedo completamente atrapado y controlado en mi lucha por controlarlo a usted.
Algunas exigencias plantean una paradoja contradictoria en sí misma que nos atrapa a ambos. Si le digo, "No sea tan obediente" no hay modo de que pueda satisfacerme. Si usted obedece la exigencia, está siendo obediente y si al ignora, continúa comportándose del modo que me disgusta. Todo mensaje de este tupo, que nos coloca en una situación imposible, es llamado doble vínculo. Otro ejemplo es "Quiero que me dominen". Si trato de obedecer su pedido, su requerimiento me domina a mí. Las situaciones donde surgen con mayor frecuencia los doble vínculos son aquellas donde se nos exige un comportamiento que por naturaleza es espontáneo, como "Debes respetarme", "Sé espontáneo" y "Debes amarme".
Algunas exigencias son completamente unilaterales y toman la forma de "Lo que es bueno para mí es malo para ti". "No seas egoísta" realmente significa "Permíteme ser egoísta; hazlo del modo que yo quiero". "No seas tan terco" significa "Cede, de modo que yo pueda seguir siendo terco".
La única salida de esta lucha destructiva por el control es mediante el darse cuenta. Puedo darme cuenta de todos los detalles de la lucha en sí y de mi parte en esta locura controlada. Puedo darme cuenta de lo que quiero de usted y de cómo me pongo rígido y me refreno, prestando mucha atención a mí darme cuenta de mis reacciones físicas. Un malestar físico es frecuentemente un síntoma de deshonestidad, la señal de que no me estoy expresando completamente. Prestando atención a mi malestar, puedo descubrir cómo me manejo y me falseo a fin de controlarlo a usted.
Mejor será que preste atención a mí mismo, si interrumpo el contacto con mi vivencia, permanezca un rato conmigo y descubra algo más, y luego lo exprese como mi vivencia y no como una acusación o alguna otra exigencia velada. Por ejemplo, podría descubrir que estoy tensando mis hombres y brazos y apretando los dientes, y mientras fijo mi atención sobre eso, podría darme cuenta de que siento rabia. Si digo “Usted es un carajo”, lo acuso, lo culpo y le exijo que cambie para que me haga sentir mejor. Puedo asumir mayor responsabilidad por mi sentimiento si simplemente lo expreso como mi vivencia “Estoy enojado por lo que usted hizo”.
Si permanezco con ese sentimiento de enojo puedo descubrir más detalles al respecto. Puedo descubrir que mi enojo en este momento tiene características sólidas e inflexibles, como si expresara “No acepto su proceder”. O puedo descubrir que mi enojo en este momento tiene características de desamparo y lamentaciones como si pidiera “Por favor, ayúdame; por favor no vuelva hacerlo”. Si continúo vivenciando lo mismo, puedo notar que mis hombros se alzan como defendiéndose de un golpe, y puedo darme cuenta que estoy temiendo sus represalias. O puede que capte una fuerte imagen de alguna situación anterior en mi vida y me dé cuenta de que por lo menos parte de mi enojo es en respuesta a esa situación no resuelta más que a la situación presente. Permaneciendo con mi conciencia de lo que estoy vivenciando, puedo ir aclarando gradualmente lo que está sucediendo en esta situación.
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Um saludo para Kory, ojala te guste este texto tambien!
sábado, 5 de julio de 2008
CLAVES: Comunicación con Otros
Bien, esta es una aprte de un libro qeu estoy leyendo, llamdo Clavez, algo asi, para una nueva humanidad, loq eu seria ideal, env erdad,d ese su puitno d evista.
me costo encotnrar su autor, pero encotnre que al coleccion - osn varios tomos- esta dirijido por Gustavo Frías-.
Lo transribi rapidament,e epro cuide ya regle la orotgrafia,e stoy rpaida en el teclado gracia sal msn -culpen a mi chico especial- jeje.
La escuela em tiene ocuapda, la psu en especial, epor no pdoia evitar darles esto,a quein sea que lelgue a eerlo, espeor que le guste, ya subire otro, que tmabine me gusto.
Trnascribirlo vale la pena!
Comunicación con Otros:
Mucho se ha escrito sobre la confianza y el amor, sobre que si uno puede construir una relación amorosa, basada en la confianza, entonces la gente puede ser honesta entre sí. Yo creo que esta idea es exactamente al revez. Es muy lindo si tengo confianza y amo a alguien, pero si no siento así ¿qué puedo hacer? Confianza y amor son mis respuestas emotivas hacia otra persona, y esas respuestas no pueden inventarse. O siento amor o no lo siento. Todo el énfasis puesto sobre la confianza y el amor, resulta para mucha gente un fingir que se siente confianza y amor "porque es saludable, y proporcionará intimidad, honestidad, etc.", creando un nuevo terreno a la falsedad y deshonestidad de su comportamiento.
La honradez, sin embargo, es un comportamiento y es algo que puedo elegir o no. No puedo decidir amar o confiar, pero puedo decidir ser personalmente honesto o no. Y cuando elijo ser realmente honesto y digo lo que vivencio y lo que siento, estoy demostrando que puede confiarse en mi. Para poder hacer esto, primero tengo que ser honesto conmigo mismo, tomar contacto con mi vivencia y hacerme responsable de ella, comunicándola. Ese es el único tipo de comportamiento que puede motivar confianza. Confianza es mi respuesta a una persona que conozco y a la que sé que puedo creerla. Aunque me disguste una persona, puedo creerle si es honesta conmigo, y puedo respetar su deseo de ser honestamente como es. Cuando me respeto y tengo suficiente confianza en mí como para ser honestamente yo mismo, los otros responden con confianza y respeto.
Asimismo, la honradez no siempre obtiene amor en respuesta, pero es absolutamente esencial para el amor. Cuando soy honestamente yo mismo, y tú reaccionas cálidamente y con interés, entonces existe amor. Si calculo y me comporto falsamente a fin de complacerte, puede que tú ames mi comportamiento pero no puedes amarme a mí porque oculto mi existencia real detrás de ese comportamiento artificial. Aun si amaras mi comportamiento ficticio, no podría recibir realmente tu amor: estaría enviciado por la certidumbre de que ese amor es para la imagen que he creado y no para mi. Además, tendría que estar continuamente en guardia para asegurar la conservación de tal imagen y, de ese modo, impedir que desaparezca tu amor. Y puesto que me aislé de tu amor de tal manera, me sentiré mas solo y sin amor, e intentaré manipularte y manipularme más desesperadamente todavía para conseguir ese amor. Esa es la trágica falacia de todo comportamiento basado en la fantasía y las imágenes, basado en la intención y el manejo. Siempre que me maneje para obtener una cierta respuesta o reacción de parte tuya, sé que tu respuesta no esta dirigida a mí, de ese modo que es muy poca la satisfacción que me brinda. ¡Tanto esfuerzo para lograr una respuesta que nunca puedo disfrutar realmente! Por el contrario, cuando honestamente soy yo mismo y tu reaccionas ante mí tal como soy en ese momento, puedo recibirlo completamente y saber de la satisfacción de estar relacionado realmente contigo. Este modo de relacionarse honestamente no siempre es agradable o feliz -a veces, es triste, otras, enojoso, etc.-, pero es siempre consistente y real, vitalmente, vivo.
La comunicación es muy simple en términos del darse cuenta. Tengo que darme cuenta de mi propia existencia, estar dispuesto y ser capaz de hacerlo a usted darse cuenta de mi experiencia: tengo que enviar mensaje claros sobre mi darse cuenta, mis experiencias, sentimientos, necesidades, etc. Y tengo que estar alerta, también, de los mensajes que usted trasmite, abriéndome para recibir su expresión de su darse cuenta. Una buena comunicación es necesaria porque con frecuencia necesito de otra gente para satisfacer mis deseos y necesidades. Frecuentemente, otra gente es la fuente de mis mayores alegrías y buenas experiencias, tanto de necesidades cotidianas y básicas, tales como comida, techo, etc. cuando tú y yo estamos realmente en contacto con nuestro vivenciar y ambos lo expresamos directamente, no hay problemas de comunicarse. Los problemas surgen cuando nuestras palabras son utilizadas para otros propósitos que no sean una clara comunicación del darnos cuenta. Las palabras pueden emplearse para castigar, tranquilizar, manejar, confundir, hipnotizar, ocultar, adormecer, dominar, implorar, pedir, rechazar, engañar -la lista no tiene fin.
me costo encotnrar su autor, pero encotnre que al coleccion - osn varios tomos- esta dirijido por Gustavo Frías-.
Lo transribi rapidament,e epro cuide ya regle la orotgrafia,e stoy rpaida en el teclado gracia sal msn -culpen a mi chico especial- jeje.
La escuela em tiene ocuapda, la psu en especial, epor no pdoia evitar darles esto,a quein sea que lelgue a eerlo, espeor que le guste, ya subire otro, que tmabine me gusto.
Trnascribirlo vale la pena!
Comunicación con Otros:
Mucho se ha escrito sobre la confianza y el amor, sobre que si uno puede construir una relación amorosa, basada en la confianza, entonces la gente puede ser honesta entre sí. Yo creo que esta idea es exactamente al revez. Es muy lindo si tengo confianza y amo a alguien, pero si no siento así ¿qué puedo hacer? Confianza y amor son mis respuestas emotivas hacia otra persona, y esas respuestas no pueden inventarse. O siento amor o no lo siento. Todo el énfasis puesto sobre la confianza y el amor, resulta para mucha gente un fingir que se siente confianza y amor "porque es saludable, y proporcionará intimidad, honestidad, etc.", creando un nuevo terreno a la falsedad y deshonestidad de su comportamiento.
La honradez, sin embargo, es un comportamiento y es algo que puedo elegir o no. No puedo decidir amar o confiar, pero puedo decidir ser personalmente honesto o no. Y cuando elijo ser realmente honesto y digo lo que vivencio y lo que siento, estoy demostrando que puede confiarse en mi. Para poder hacer esto, primero tengo que ser honesto conmigo mismo, tomar contacto con mi vivencia y hacerme responsable de ella, comunicándola. Ese es el único tipo de comportamiento que puede motivar confianza. Confianza es mi respuesta a una persona que conozco y a la que sé que puedo creerla. Aunque me disguste una persona, puedo creerle si es honesta conmigo, y puedo respetar su deseo de ser honestamente como es. Cuando me respeto y tengo suficiente confianza en mí como para ser honestamente yo mismo, los otros responden con confianza y respeto.
Asimismo, la honradez no siempre obtiene amor en respuesta, pero es absolutamente esencial para el amor. Cuando soy honestamente yo mismo, y tú reaccionas cálidamente y con interés, entonces existe amor. Si calculo y me comporto falsamente a fin de complacerte, puede que tú ames mi comportamiento pero no puedes amarme a mí porque oculto mi existencia real detrás de ese comportamiento artificial. Aun si amaras mi comportamiento ficticio, no podría recibir realmente tu amor: estaría enviciado por la certidumbre de que ese amor es para la imagen que he creado y no para mi. Además, tendría que estar continuamente en guardia para asegurar la conservación de tal imagen y, de ese modo, impedir que desaparezca tu amor. Y puesto que me aislé de tu amor de tal manera, me sentiré mas solo y sin amor, e intentaré manipularte y manipularme más desesperadamente todavía para conseguir ese amor. Esa es la trágica falacia de todo comportamiento basado en la fantasía y las imágenes, basado en la intención y el manejo. Siempre que me maneje para obtener una cierta respuesta o reacción de parte tuya, sé que tu respuesta no esta dirigida a mí, de ese modo que es muy poca la satisfacción que me brinda. ¡Tanto esfuerzo para lograr una respuesta que nunca puedo disfrutar realmente! Por el contrario, cuando honestamente soy yo mismo y tu reaccionas ante mí tal como soy en ese momento, puedo recibirlo completamente y saber de la satisfacción de estar relacionado realmente contigo. Este modo de relacionarse honestamente no siempre es agradable o feliz -a veces, es triste, otras, enojoso, etc.-, pero es siempre consistente y real, vitalmente, vivo.
La comunicación es muy simple en términos del darse cuenta. Tengo que darme cuenta de mi propia existencia, estar dispuesto y ser capaz de hacerlo a usted darse cuenta de mi experiencia: tengo que enviar mensaje claros sobre mi darse cuenta, mis experiencias, sentimientos, necesidades, etc. Y tengo que estar alerta, también, de los mensajes que usted trasmite, abriéndome para recibir su expresión de su darse cuenta. Una buena comunicación es necesaria porque con frecuencia necesito de otra gente para satisfacer mis deseos y necesidades. Frecuentemente, otra gente es la fuente de mis mayores alegrías y buenas experiencias, tanto de necesidades cotidianas y básicas, tales como comida, techo, etc. cuando tú y yo estamos realmente en contacto con nuestro vivenciar y ambos lo expresamos directamente, no hay problemas de comunicarse. Los problemas surgen cuando nuestras palabras son utilizadas para otros propósitos que no sean una clara comunicación del darnos cuenta. Las palabras pueden emplearse para castigar, tranquilizar, manejar, confundir, hipnotizar, ocultar, adormecer, dominar, implorar, pedir, rechazar, engañar -la lista no tiene fin.
miércoles, 2 de julio de 2008
Doujinshi Feather Erare 2° Edicion shonen Ai
Doujinshi Feather Erare 1° Edicion shonen Ai
Por fin! un nuevo doujinshi! no esta tan cuidado como lsod emas... no e tenido timepo, la psu se me acerca y debo estudiar muhco kia kia, pero aki tengo algo par austede,s como se explica, no es original, la traduccion es solo uan ivnencion fanatic amia jojo... espeor que andie se enoje por eso,e sta echo con msi emjroes intenciones proque me aprece preosioso este doujinshi, tenia que compartirlo coneuestedes...
ah...q eude abajo, e lelgado a perder la palctica!
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