Cap 2: “No soporto verte llorar!”
Morinaga tardó un poco en llegar, no sabía si era por el cansancio, o porque quería disfrutar del “lindo paisaje”: un senpai avergonzado yendo a SU habitación (algo no muy común), por lo que una fina sonrisa se dibujó en su rostro mientras miraba como senpai se perdía en el pasillo.
Al entrar a su habitación se encontró con un senpai de pie, con el cuerpo tenso y la respiración agitada, adivinó que estaba sonrojado aun sin verlo de frente (estaba de espaldas a él) “seguro debe tener esa cara tan espantada…”. Y no se equivoco, senpai frente a la cama, la miraba como si fuera el propio demonio, sabia lo que significaba, y su cerebro no podría procesar como iba a llegar de donde estaba… a la cama en si.
Tan ensimismado en la nada (pues en nada pensaba por el impacto) que no advirtió que Morinaga había entrado ya a la habitación. Este se dio cuenta de ello, y sonriendo más aun (honestamente, todo de senpai le parece “lindo”) lo cogió por la cintura y le beso el hombro. Senpai dio un brinco que casi golpea el mentón de Morinaga.
- E-ey! – senpai se echo hacia atrás casi como un reflejo, aun cuando sabía que era muy tonto ser tan esquivo cuando se estaba apunto de…
Se dio cuenta de ello enseguida, desvió la mirada más avergonzado, y volvió a bloquearse (era difícil cambiar sus costumbres).
Morinaga al frente de él, le miro con paciencia (el cansancio hace que no sea tan impulsivo como de costumbre), le sonrió otra vez, y le dijo, acercándole la mano “ven, senpai”.
Senpai permanentemente sonrojado, con la meuca tensa que Morinaga adivino. Lo miró, luego miro su mano, otra vez a Mori, y finalmente, su brazo temblando se estiró, y una mano demasiado tensa tomo la de Mori.
Senpai seguía sin mirarlo, y Morinaga seguía mirándolo con paciencia, pero ahora un leve sonrojo cubrió sus mejillas.
Morinaga lentamente jaló de esa mano, sabia que no era bueno hacer movimientos bruscos con un senpai al borde de un ataque; Morianga normalmente no puede hacer caso a su mente cuando le dice esto, pero ahora por su cansancio pudo hacerlo, tratando mas delicadamente a senpai, el cual, inconscientemente se lo agradeció.
Cuando quedó al frente de Morinaga aun no lo miraba a los ojos, tenía la cabeza baja, sonrojado y su mueca de tensión se había endurecido mucho más.
El sonrojo de Morinaga había aumentado en ese momento pero se mantenía su fina sonrisa; parecía que el cansancio le hacia tener la mente más clara y por tanto comprendía mejor lo difícil que era esto para senpai.
Pero otra vez un ligero impulso nublo su mente (uno de los muchos impulsos que lo nublaría a lo largo de esa noche) y su mano libre se movió casi inconscientemente a tomar la mejilla de senpai y obligándolo a mirarlo.
Senpai, en su bloqueo, se dejo hacer y de forma automática miró a Morinaga. Al encontrarse tan directamente con sus ojos (que tenían ya “ese” brillo) lo trajo rápidamente –y bruscamente- a la realidad.
Senpai se contrajo completamente, soltándose del agarre de Morinaga, y echándose hacia atrás. Un sudor frío acompañó la tensión de su cuerpo, pero al menos ese asombro había despertado más su conciencia y entonces al fin pudo reaccionar.
- Y-ya! Si vas a hacerlo, empieza de una maldita vez! – dijo levantando los hombros, apretando los ojos cerrados, en un grito.
Morinaga (que estaba un poco sorprendid) volvió a parecerle linda la actitud de Senpai y rió un poco por lo bajo.
- Je je je, pero senpai…te dije antes que estaba cansado, verdad?
- Eh?- senpai aún no estaba en condiciones de procesar mucha información
- Sí, senpai…- Morinaga empezó a caminar lentamente hacia Senpai a medida que le hablaba- recuerda que estoy tan agotado que no puedo moverme tanto como quisiera… - tomó su cintura otra vez, Senpai se tensó paralizándose, y Morinaga acercó su rostro al suyo, justo frente a su boca y susurró – tendrás que ayudarme…
Senpai abrió enormemente los ojos, su boca apretó los dientes y sus labios se contrajeron, el sonrojo por un segundo se fue y cambió drásticamente a palidez, pero tras comprender a lo que Morinaga se refería ( 5 segundos de procesamiento) se volvió más rojo aún, pero ya no tenía tensión en el rostro, ahora simplemente tiritaba un poco.
- Qué… quieres decir?- senpai, acostumbrado a encarar las respuestas, lo miró a los ojos aún si en realidad no quería saber lo que preguntaba.
Morinaga conservaba un poco su rostro de “tierno enamorado”, pero de forma dramática estaba cambiando a “seme activo”.
- Sí… no seas malo senpai – la punta de su lengua relamió los labios aun tiritones de senpai – tienes que ayudarme…
Senpai cerró fuertemente los ojos, su rostro ahora tiritaba y se tensaba a la vez. Miró después a Morinaga, y ahora, sin pensar absolutamente en nada – ahora por decisión propia prefería eso –volvió a cerrar los ojos fuertemente otra vez mientras abría su boca, y juntó su lengua con la de él.
Morinaga siquiera se sorprendió por esto, no porque estuviera acostumbrado a eso (claro que no! seria imposible) sino más bien, porque se ensimismó tan rápidamente en la boca de senpai, que también se nublo su mente.
De la cintura de senpai pasó a su espalda, encerrándolo en un abraso; senpai por costumbre ya echa reflejo puso sus manos en los brazos de este, como si lo detuviera, pero esa acción para ambos es el “abraso” de senpai.
La lengua de senpai estaba paralizada dentro de su boca dejándose llevar y frotar por la de Morinaga, el cual no cuidaba en absoluto el choque de dientes o alguna fricción demasiada brusca de sus labios.
- Ah…
Senpai ya estaba en “actitud victima”, de la cual no sabe si es consiente (para escapar de su propio deseo) u honestamente inconsciente. Tal vez ambos.
La respiración de ambos se agitaba a medida que Morinaga comenzaba a besarlo con más intensidad, un fino hilo de saliva caía por la comisura sus labios, sin oportunidad de que hubiera otro entre estos, pues estaban demasiado juntos e inseparables para eso.
Morinaga se separo al fin se este, y el hilo apareció, cortándose rápidamente apenas senpai pudo exhalar la respiración que no había podido desahogar del todo por el beso.
- Vamos, senpia… yo no podré hacerlo todo… - Morinaga lo miraba con los ojos brillantes y entreabiertos, sonrojado, y aún con la respiración agitada, pero no tanto como senpai…
Senpai, en el abrazo de Morinaga, chocando su nariz aun con la de el, comprendió del todo a lo que se refería, es cierto, él siempre es el que lo hace todo… pero eso no lo verbalizó en su mente, eso sería demasiado.
Morinaga se separó lentamente de senpai, que tenia ahora el cuerpo más relajado (los besos crean ese efecto en él) y la mirada baja otra vez. Al separarse Mori le tomo de las manos pero las soltó al separarse más. Se sentó en la cama, y lo miro.
- Ven – volvió a llamarlo con tranquilidad como hace un rato, pero esta vez, algo de ansiedad se sentía en su voz.
Senpai lo miró, el tum tum que había sentido todo ese rato ahora fue algo diferente. El ver a Morinaga, ahí, con el cuerpo algo inclinado hacia atrás y ver como su pecho estaba agitado… lo hizo sentir extraño.
- No se… - senpai ante ese sentimiento volvió a esquivar su mirada, y su sonrojo al fin llegó a sus orejas – que hacer…
Morinaga sonrió con ternura una vez más.
- Empieza… - bajo su mirada, luego miró a senpai con algo de extraña timidez – sacándome la ropa.
- Ah – senpai lo miró sorprendido, inconscientemente esperando haber oído mal, cuando en realidad el haber oído eso era algo esperable de la “situación” a la que se enfrentaba.
Pestañó varias veces, como si eso le ayudara a comprender mejor lo que había oído. Miro a otro lado, cuando obviamente no miraba en realidad nada, y su mente, que ya se había acostumbrado a esos golpes e impresiones, pudo continuar pensando un tanto claramente lo que debía hacer.
Tragó saliva, miró otra vez a Morinaga pero no de frente su cabeza aun apuntaba a la nada.
Morinaga también miraba, con unos ojos algo sumisos, senpai comprendió que si el se negaba Morianga no se quejaría, seguro lo respetaría “no solo quiero tu cuerpo, también quiero tu corazon” recordó que una vez se lo había dicho. Suspiró un tanto y pensó “precisamente eso es lo que hace que pueda hacer… estas cosas”.
Senpai, camino algo tiritón a donde estaba Morinaga, que lo miraba con cierto grado de miedo ante su futura acción. Senpai tontamente trató de actuar con orgullo ante lo que iba a hacer (que en realidad, no estaba seguro que era) y se sentó al lado de Morinaga, con el rostro tenso, como si estuviera serio (su boca luchaba por torcerse en una mueca nerviosa, y senpai lo evitaba apretando los dientes).
Después de sentarse, respiro profundo, y volteo a mirar a Morinaga decidido, con una mueca de disgusto, pero en realidad Mori pudo percibir su nerviosismo (inclinando al pánico).
- N-no… no quiero que me comentes de esto… en el futuro, de acuerdo?!
- … - Morinaga lo miró algo sorprendido, pero después reconoció que era una actitud esperable de parte de senpai, sonrió un tanto – esta bien, senpai, entiendo.
Senpai miro al frente otra vez “diablos… - tragó saliva – ojala me hubiera discutido un poco más”.
Se tensó al sentir la mano de Morinaga en la suya – ya no brincaba, inconscientemente se estaba acostumbrando a la situación – y volteo instantáneamente con algo de miedo, ya esperaba a un Morinaga sobre él aun cuando este le dijo que no tenía energías, ya está algo traumatizado de ese accionar de parte de él.
Pero fue diferente está vez, aun cuando no pudo ver que mirada tenia, sabia que no era como las otras veces. Ahora Morinaga apretaba su mano no con ternura, si no más bien con desesperación.
Se quedaron en silencio, senpai no aparto sus manos.
Finalmente la voz lenta y cansada de Morinaga rompió ese silencio tan tenso.
- Está bien… si no quieres senpai…
Senpai lo miró, de frente, buscando sus ojos (por primera vez concientemente en esa velada) y al notar como Morianga lo evitaba, recordó esa solitaria lagrima que caía por su mejilla hace un rato…
- Está bien… yo… sí quiero…
Morinaga lo miró al fin, en verdad tenia los ojos un tanto llorosos. Seguramente se sentía más sensible que de costumbre debido a la debilidad, si senpai le hubiera dicho que no quería hacerlo el no lo obligaría y sólo se iría a dormir teniendo por seguro que despertaría con lo ojos hinchados a la mañana siguiente.
Pero tras haber oído eso, por fin fue la mente de Morinaga la que se bloqueo y no la de senpai, se quedo quieto, mirándolo, sintiendo como sus ojos se enfriaban por las lágrimas contenidas.
- Está bien… - senpai puso una mano en su hombro, fue un signo de ternura disfrazada de amistad varonil debido a su orgullo – yo… quiero hacer esto.
Y beso a Morinaga, mientras sus labios tiritaban.
Los ojos de Morinaga se cerraron de forma automática, y al hacerlo la lagrima contenida en sus parpados cayeron en dos pequeñas gotas que rodaron por sus mejillas llegando a las de senpai, el cual al sentirlas abrió los ojos, que estaban hasta ese momento fuertemente apretado por los nervios. Aun con sus labios unidos, senpai pudo ver esas lagrimas, y el rostro sufriente, y agradecido a la vez, de Morinaga.
Senpai entrecerró los ojos, mirando ese rostro tan unido al de el, mientras sus bocas se abrían y se movían en una sincronía natural que ninguno de los dos notó.
Entonces senpai volvió a cerrar los ojos mientras se sonrojaba del todo, y comenzó a levantar la polera de Morinaga, decidido a no abrir los ojos en lo mas mínimo para no ver la, seguramente, nueva expresión del rostro de Morinaga, quizás felicidad, talvez algo de sorpresa con vergüenza, tal vez simple excitación, la que fuera de todas formas, avergonzaría a senpai; pero a la vez no podría odiar esos rostros, ya que le provocaban alivio, alivio de que no fueran como aquel rostro sufriente que detesta en Mori.
Y decidido a borrar ese rostro, sus manos dejaron de tiritar.
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ya saben, comentarios y cartas de muerte a: shicakane@hotmail.com
Perdonen si hay mala ortografía por ahí, trabajaré en eso!!! n_n/