Fanfic Koi Suru Bou Kun

Proyecto Challengers!

lunes, 29 de noviembre de 2010

Cap 4: fanfic de The Tyrant Who Fall In Love / Koi suru Boukun (contiene LEMON)

Pronto una traducción y edicion del manga Challengers, del capitulo de nuestro senpai y Morinaga! *-¨






Cap 4:

Senpai no tuvo tiempo para descansar pues sintió los dedos de Morinaga luchando por entrar en su trasero.

- Ah! Qué haces, animal?! Acabo de… ¡ah! – trato de librarse, pero Morinaga no lo dejó escapar, rápidamente metió los dedos de su otra mano en su propia boca para humedecerlos y probó otra vez, éstos sí lograron entrar del todo, con dos dentro, Morinaga comenzó a moverlos mientras con la otra mano volvía a masturbar al senpai.

- no! espera! Ah!... dios no! espera! – extrañamente senpai se abrazo al cuello de morinaga, y temblando se hundió en su cabello “por qué…? Por qué me abrazo a él… si es él que me provoca esto…? esto… tan desagradable, tan humillante…!”.


Los dedos se hundieron más aun, y Morinaga una vez más empezó a chupar sus pezones, mordisquearlos y lamer su pecho que ya estaba adolorido. Los dientes de senpai comenzaron a sonar fuertemente en su temblor, mientras que el resto del cuerpo sufría de leves espasmos cada pocos segundos.

Su pene otra vez estaba erecto, y el de Morinaga aun más, ya húmedo por completo por su liquido preseminal (que próximamente serviría de lubricante).

Pero de pronto, para sorpresa de senpai, el cuerpo de Morinaga cayo en seco una vez más a la cama, pesadamente, sus dedos dejaron su pene y su trasero, sus labios se despegaron de sus tetillas, y tras un gran suspiro terminó su cabeza contra la almohada, mirándole agotado, sonrojado, con gotas de sudor cayéndole vivamente por la frente, y saliva corriendo por sus labios y mentón.

- ah…ah… - respiraba agitado, estar inclinado, doblar su cuerpo así todo ese rato fue demasiado para él (que si hubiera estado bien no sería nada).

- ah. – senpai atónico lo quedo mirando, no se lo esperaba, él mismo estaba demasiado sumido en lo que… hacian.

- Perdona… tendrás que seguir tu… - respondió ante su reacción, como un susurro, Morinaga.

- …. eh… - era obvio lo que seguiría, lo que tenia que hacer, lo que sus cuerpos querían, pero aun así, a esas alturas, para senpai era difícil continuar.

Senpai sentía ese cosquilleo en su ano (deseo de contacto), la humedad….y el pene latiendo de Morinaga debajo del suyo, presionando el suyo…

- e-está bien… - susurró senpai mirando hacia otro lado - estaba completamente rojo, y el sudor de su frente ya había llegado a su mentón; a pesar de la vergüenza y casi humillación que sentía, el deseo era demasiado fuerte para detenerse.

- ….. – Morinaga sonrió entre suspiros de excitación, honestamente, senpai lo estaba haciendo esperar demasiado, por lo que puso sus manos en sus muslos con ánimo de apresurarlo, éste brinco y lo miró algo asustado.

- pronto, senpai… - suplicó Morinaga – la sonrisa ya parecía ser forzada tratando de cubrir su excitación.

Senpai se movió como en un transe, no pensaba en nada mientras su cuerpo actuaba casi por si solo. Bajó nuevamente la mirada, y poniendo sus manos en el vientre de Mori se apoyo para levantarse y “bajar”. El meterlo al principio era lo más difícil, sabía que a lo demás poco a poco… se acostumbraría.

Su mirada perdida se fijó solo al sentir la penetración.

- nnn!...nn… - primero la punta, justamente el glande era más grande por lo que el inicio seria lo difícil – ah… - gimió sin querer. “¿qué estoy haciendo? ¿qué estoy haciendo?” repetía una y otra vez en su mente, mientras miraba al techo sin verlo, y sentía que alguna gota de sudor de su cara caía en su pecho, enfriándolo.

- ah… - gimió por su parte sin vergüenza Morinaga – espera… - cogió su pene para ayudar.

Siguió bajando, ya estaba la cabeza dentro, ahora debía prácticamente “deslizarse”…

- nn…mm! – senpai con los parpados apretados y mordiéndose los labios, sintió una nueva gota de sudor caer por su mentón junto con un escalofrió que lo recorrió por completo, que no sabía si era agradable o desagradable - ah… q-quema… - su mente estaba más vacía que nunca, como si estuviera hipnotizado, hacía todo casi sin tomar conciencia, por más que se preguntaba qué hacía, no podía contestarse, no quería ni tenia fuerzas para hacerlo.

- …. – con respiración agitada, Morinaga echó algo de saliva en los dedos de su otra mano y humedeció más su pene, mientras que la otra mano lo sostenía para que la penetración fuera más efectiva.

La saliva ayudó, pero senpai no lo reconocería y aunque se dio cuenta de lo que había echo morinaga, fue fácil ignorarlo con su mente en pleno transe.

Tras lubricar su pene, esa mano se posó en uno de los muslos del senpai, que riendo motivar el movimiento hacia abajo que tanto deseaba del trasero de senpai, hasta que sus dedos quedaban marcados en su muslo, en su cuidando de que senpai no se detuviera del todo para no volverlo loco; y mientras éste bajaba, él deslizaba sus dedos de su pene hacia abajo hasta finalmente soltarlo, no había entrado todo, pero era suficiente para que no se saliera con el movimiento, ya entraría más tarde lo demás.

- ah! Ah…! – Gimió profundamente (sin darse cuenta) senpai, apretando los parpados y con la cabeza algo para atrás, aun no se movía, pero ya se sentía en la nubes (o en el infierno), un horrible dolor quemante lo embriagaba, mientras su próstata suplicaba un contacto más profundo, y su pene más todavía, ya que había sido ignorado por completo hace un rato.

Morinaga clavó sus ojos cansados y excitados en senpai, absorbiendo la escena, senpai se veía tan hermoso, sumido en su propio placer, como si volará sobre él…

- ya… muévete… por dios muévete! – dijo Morinaga casi sin pensar, arrastrando la voz, desesperado y lleno de impotencia, ¡como desearía aniquilar a senpai con sus caderas ahora mismo!.

- Nn! Nnn… - senpai aun no podía abrir los ojos, era como si el hecho de estar penetrado lo imposibilitara a hacerlo, al menos ahora que no se movía.

Pero extrañamente, al oír la petición de Morianga, obedientemente comenzó su intento de moverse mientras echaba su cabeza hacia delante casi pegando su mentón a su pecho, subió los hombros tensando todo su cuerpo; parecía como si quisiera encogerse.

Se movió primero un poco, aun teniendo su pene dentro de él, solo removerlo.

- ahh! – ya fue demasiado para él, suficiente para que apretara su trasero que había relajado con esfuerzo antes para penetrarse.

- Ah! No… no aprietes… no tanto… - pidió Morinaga, pero senpai no lo oía.


Ahora un poco más fuerte, de arriba hacia abajo, pero muy poco.

- nnn!! – curiosamente el movimiento fue constante, senpai estaba embriagándose de la sensación, ese vaivén era adictivo, pero le costaba acelerarlo, pues esa sensación lo paralizaba sin poder continuar, claro, estaba acostumbrado que Morinaga le hiciera todo mientras él estaba inmerso en aquello.

Y era extraño, porque él deseaba moverse (aun si no era siquiera capaz de verbalizarlo en su mente) lo que creaba una extraña nueva tortura, además del mismo placer que ya era tortuoso, el desear más, y por el mismo placer no poder tenerlo, lo estaba volviendo loco.

- ah! Ah! – senpai comenzó a gemir con casi completa soltura, a pesar del movimiento aun leve que causaba con sus caderas. Sus cejar se movían como si fijarán el grado de sensaciones que sentía, pero el dolor y el placer se confundían tan fácilmente, que el desorden en su rostro era difícil de descifrar.

- dios senpai! Más rápido… me… me volveré loco! – gritó Morinaga, tratando de acelerar sus caderas con la ayuda de sus manos, y echando la cabeza hacia atrás en golpes contra la almohada, cuidando a la vez no perder de vista a su senpai.

Senpai entonces se dio cuenta de “todo” (el grito de Morinaga fue suficiente), abrió los ojos al fin y se vio a sí mismo sobre Morinaga, en esa vergonzosa posición, y además saltando! gimiendo!

Ambos compartieron una mirada confundida entonces, de inmediato, sumándose a la de senpai una pequeña dosis de terror; y paró el movimiento en seco, para dolor de Morinaga que además de la perturbación por la acción repentina de senpai lo seguía mirando con ojos ansiosos, excitados y cansados, con su rostro sonrojado y sudando, con respiración agitada (que reflejaba ese gran pecho debajo de él, que se movía mientras minúsculas gotas de sudor le resbalaban)… todo eso vio como un flash senpai, lo que fue peor.

- no… no… - susurró éste último.

- Eh? – Morinaga por un momento pensó que senpai se iría corriendo aterrado.

- NO MIRES! No ahora! no! – y le tapó los ojos con una mano casi como un golpe, inclinándose un tanto sobre él y por tanto, penetrándose un poco más, lo que provocó un estremecimiento en ambos pero por la “circunstancia” del momento la ignoraron (cosa que antes hubiera parecido imposible).


- ah – Morinaga como reacción natural por la sorpresa la tomó.

- NO! -gritó senpai – cogiendo ésta, y sosteniéndola de la muñeca, la clavó en la cama, al lado de la cabeza de Mori.

(Está de más señalar que todas estas acciones del senpai eran completamente irracionales).

- Pero senpai… quiero verte – suplicó Morinaga, su voz excitada sonaba extrañamente sumisa.

- No! no quiero que me veas así! – una mueca de horrible vergüenza (pero no culpa) tenía el rostro de senpai.

- Entonces… te tocaré – sentenció de pronto con voz seria Morinaga, tomando el pene de senpai con su mano libre.


- Ah! No toques! – senpai aun alterado trato de removerse para librarse.

- No huyas - Morinaga apretó el pene con su mano provocando algo que senpai no logró distinguir como dolor o placer, su pene estaba tan sensible y deseoso de atención que cualquier estimulo por parte de Morinaga lo sentiría fuertísimo. No pudo echarse para atrás, no pudo huir, con el pene de Mori aun adentro de él y su pene siendo tomado por éste, estaba completamente atrapado.

Era una escena extraña, no se podría decir quien apresaba a quien, tal vez… en realidad no había un verdugo y un torturador, talvez ambos, eran cada uno a la vez.

Morinaga con fuerzas que creía ya inexistentes hasta ese momento (milagros del sexo) comenzó a mover lo que más podía sus caderas, logrando crear un ritmo más o menos acelerado, y con esto entrar más en senpai (su próstata ya estaba a mil).

- ah! No! ahh! – senpai de inmediato se sumió en la sensación doble: su pene siendo masturbado y ser penetrado a la vez, ambos era demasiado. Pero a pesar de esto su cuerpo colaboró sin que él se diera cuenta, siguiendo el ritmo de las caderas de Morinaga, mientras su mano derecha apretaba más su muñeca y la otra presionaba más contra sus ojos, acción que curiosamente le resultaba estimulante a Morinaga.

La vergüenza y el terror de senpai se perdieron en ese vaivén, en ese sube y baja cada vez más acelerado; sus pensamientos volvían a nublarse, mientras su cuerpo se retorcía por más sensaciones, desagradables o agradables, parecía que ambas contenían el placer tan anhelado.

- Ah! Espera! No… no puedo tanto! – gemía senpai en suplicas incoherentes e inconscientes.

- Salta más! Por favor! – suplicaba igualmente por su parte Morinaga.

Pero a pesar de esta aparente falta de comunicación, sus cuerpos se comunicaban y complementaban de maravilla.


Llegaron al punto en que los dedos de senpai estaban marcándose en la muñeca de Morinaga mientras éste luchaba por mover más fuerte sus caderas a la vez que apretaba y movía más rápidamente el pene de senpai.

- Ah!! NN!! – senpai estaba ebrio en ese vaivén, había comenzado a dañarse el labio inferior por mordérselo.


Pero los gemidos de Morinaga lo despertaron de este transe, abrió los ojos y lo vio: estaba debajo de él, su gran pecho se movía acelerado mientras sus labios rojos por el rápido ritmo cardiaco arrojaban suspiros y gemidos bajos. Sus mejillas rojas se veían aun si se tapaban un poco por la mano de senpai en sus ojos.

Entre gemidos lo miró con detenimiento por primera vez durante el sexo, se sintió libre de hacerlo porque Morinaga no podía ver lo que hacía, y entre medio de ese placer embriagante, lo que quedaba de “estar haciendo un acto vergonzoso” se perdió en la visión de este Morinaga cansado, excitado y sumido por su parte en un placer profundo; pero no llegó a más, Morinaga se estremeció de pronto, sus dientes se apretaron y sus caderas se movieron como nunca, alcanzando por completo la próstata de senpai haciéndolo dar un profundo gemido (por 25% de dolor) que lo hizo cerrar sus ojos a la vez, pero volvió a abrirlos de inmediato, no quería perder la imagen de Morinaga (aunque no lo sabía). Morinaga aceleró su respiración y sus caderas, mientras apretaba más el pene de senpai, y lo movía más rápido.



- ahhh!!! Aaayyy! – ese placer doloroso que sentía senpai era inequívoco, pronto llegarían, era inevitable, le dolería, le humillaría pero no podía pararlo, y entre más lo aguantaba peor sería, aumentaría su fuerza, lo aniquilaría.

- M-me vengo! Senpai! – lo llamaba Morinaga, tratando de soltarse de los agarres de senpai, pero éste (ya sea planeado, o por el placer tortuoso) lo sostenía demasiado fuete como para dejarlo ir.



La mano atrapada de Morinaga se abría y se cerraba como si así pudiera alcanzar el cuerpo de senpai que tanto deseaba estrechar, y su boca se lleno de agua queriendo saborearle, pero la única mano libre que tenia no podía separarse del duro pene de senpai, como un imán lo tenia apresado tan fuertemente como las manos de senpai lo tenían apresado a él.

Y mente en blanco.


Senpai no pudo aguantar más, como una clavada, como un rayo atravesó ese orgasmo todo su cuerpo, quemándole el vientre atravesando su pene dolorosamente, sus testículos se comprimieron en un sobreesfuerzo de eyacular contra la presión fuertísima que la mano de Morinaga provocaba, mientras su trasero era quemado y tiritaba como una parte separada de su cuerpo apretando el pene de Mori causando que se retorciera debajo de él, y por último, su próstata estaba completamente en contacto, tanto era doloroso.

Todas estas sensaciones fueron suficientes como para que senpai no se diera cuenta que su mano, la que sostenía la muñeca de Mori, se había deslizado a su mano, los dedos se entrelazaron y se tomaron con fuerza, dedo a dedo, apretaron tanto esa unión que los huesos dolieron al presionarse con los del contrario, pero no se dieron cuenta, ese era uno de los muchísimos estímulos y sensaciones que sentían en ese orgasmo, que se podría decir, fue más largo de lo normal.


Cuando éste acababa, senpai se inclino hacia delante, casi cayendo, topándose con los labios de Morinaga y besándole, esta acción fue la más curiosa de esa velada, pues esta caída fue tan sincronizada que termino en ese suave y profundo beso, ¿cómo sabían donde estaban los labios del otro? ¿Cómo cuidaron el no chocar bruscamente en este movimiento aventurado? Sus cuerpos, en ese momento cuando la mente no existe y solo están los instintos, busca al otro cuerpo y de manera milagrosa siempre lo encuentra.


Se besaron lo que pareció largamente, aun sufriendo el orgasmo, y las secuelas de éste, el dolor de sus zonas genitales por la fuerza sobreexigida, y la presión que ambos se provocaron (sea por la mano de Mori, sea por el trasero de senpai); los labios se masajearon mutuamente, como queriéndose hundir en el otro, como si se comieran con deseo pero a la vez con agotamiento físico, los labios del senpai luchaban por desbocar toda la pasión que tenían y que solo podían expresar en ese momento en los labios de Morinaga, como un último acto de vida, de pronto parecía como si nunca fuera a dejar esos labios, como si se fuera a quedar ahí para siempre, con la mente semi en blanco, sumido en ese estado embriagante y doloroso post-orgasmo, en que todavía se tiene pasión y deseo, y contradictoriamente ganas de sumirse en el cuerpo del otro, perderse en el otro, como una forma pasiva de descanso placentero.


En esas exquisitas sensaciones estaba nuestro senpai, cuando de pronto se dio cuenta de que Morinaga no movía sus labios (su mente semi en blanco parecía ser capaz de sí razonar cosas como “esas” en “estos” momentos).


Senpai se echo hacia atrás torpemente, con las cejas arqueadas pero ojos relajados, con sonrojo y sudor aun palpables en su cuerpo (sin contar la respiración levemente acelerada). Miró a Mori.


Con los mentones aun rozándose, senpai vio que Morinaga se había quedado dormido en medio del beso.

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Perdón la demora! Ya saben, comentarios y ánimos a:




n_n/ gracias por todos sus correos!!!

lunes, 15 de noviembre de 2010

Cap 3: fanfic de The Tyrant Who Fall In Love / Koi suru Boukun

Perdon la demora, estoy e último mes de clases, pero tengo buenas noticias! tengo el fetoshop al fin, y aunque gasto mucho tiempo limpiando Challengers, definitivamente traudciré su parte del senpai y lo editaré para mi blog n_n/
Cap 3: Comienza lo pervert.
“¿Qué estoy haciendo?”
Aunque la mente de senpai estaba bastante nublada por aquel beso, aun así pudo preguntarse eso. Todavía conservaba un mínimo de conciencia, más bien, de orgullo que le permitía resistir su mente sobre lo que su cuerpo hacia. Pero extrañamente, aun así… sus manos seguían quitando la camiseta de Morinaga.
¡Ojala pudiera perder del todo su conciencia! Saber lo que está haciendo, tener conciencia de la realidad… era muy duro para él; esta vez no era como las otras pasadas, su cuerpo y su mente no estaban siendo arrastrados como de costumbre por Morinaga, esta vez senpai tenia que estar consiente, porque debía hacer lo que estaba acostumbrado a que Mori hiciera solo.
Al internalizar del todo esta última idea, el temblor que de sus dedos que se había ido volvió tomando incluso el resto de su cuerpo; esa fue la explicación que él dio, cuando en realidad, volvía a tiritar por el tacto de sus dedos contra la piel de morinaga.
Cuado la polera llegó a la altura del pecho, ambos abrieron los ojos, el impedimento que los brazos de morinaga provocaban hizo despertar a ambos. Aun con las narices una al lado de la otra, separaron un tanto sus labios y se miraron. Senpai extrañamente no se avergonzó, estaba demasiado ensimismado como para hacerlo, y por parte de morinaga, este siempre estaba ensimismado en esos momentos.
Morinaga fue el primero en reaccionar, tragó saliva y echándose para atrás se quito del todo la camiseta. Senpai al verlo hacer esto también reacciono por su cuenta y, tragando saliva como morinaga, sólo lo quedó mirando, honestamente, no tenia idea de que hacer (talvez su mente había quedado en blanco otra vez, o verdaderamente no tenia idea que hacer a continuación).
Moringa volvió a verlo tras arrogar la camiseta a cualquier lado, senpai estaba otra vez tenso, sin saber que hacer, y comos siempre, esto a morinaga le pareció lindo.
Sonrio finamente, y cogió la mano de senpai, el cual lo miro de forma automática (notar por supuesto, que ya no brinca), y entonces, se recostó, jalando de paso un poco a senpai, que termino inclinado sobre él, pero no recostado (aun).
- sube senpai… - dijo con suavidad morinaga (no se podría decir que fue suave por cansancio u “otra cosa”) – sabes que estoy cansado…
Senpai se quedó en silencio, contorneo los ojos por el suelo comos si buscara un “algo”, la acción que debía hacer a continuación, o talvez lo que debía pensar de aquello. Su mirada de pronto se topo con su propia mano en al mano de Mori, éste la tomaba con suavidad, y él sin darse cuenta, también había tomado la suya “en que momento esto se volvió normal?”, senpai sabía que tenia esa mueca estática en su rostro, y le preocupó – cosa que nunca antes había ocurrido – de hacer pensar a morinaga que él estaba molesto y/o incomodo con la situación, claro, después de todo había querido hacer esto porque vio que Morinaga estaba triste, por lo que no quería que terminara igual, o peor.
- hai… - susurro por lo bajo, sin mirar a Morinaga se subió sobre este, muy lentamente, no por parecer sensual (esperable a la situación) sino porque simplemente le costaba.
Los dientes de senpai comenzaron a tiritar, estaba sobre Morinaga aunque no reposando su cuerpo sobre este, más bien, Morinaga estaba entre las piernas abiertas de senpai y sus brazos apoyándose en el colchón a los costados del tronco de mori. Ambos pechos se separaban del otro no por más de 10 centímetros.
- está bien senpai – dijo morinaga poniendo una mano en su mejilla, suavemente pero obligándolo a mirarlo – está bien porque soy especial para ti…
Senpai lo miro atónito, evidentemente, es ovbio que si hacían esas cosas era porque morinaga era especial para él, pero aun así, él no quería oírlo, no quería tomar el peso de la realidad, menos en ese momento donde la realidad era tan evidente.
Senpai volvió un poco su cara, desviando otra vez la mirada mientras su cuerpo comenzó a tiritar lo que se creía lo que no podía aumentar. Se mordió el labio inferior. Una pequeña gota de sudor comenzó a caer por su frente…
- cállate… - soltó de pronto, mirándolo con una mirada demasiado emocional como para creer que esa palabra pudiera tener algo de autoridad, más bien, sonaba a suplica – no quiero oír eso ahora.
- jejeje – morinaga sonrió, y aun con esa sonrisa dijo: senpai, no sabes cuando te amo – atrayéndolo con brusquedad y besándolo con la locura característica de él.
La poca fuerza que tenia morinaga y el estar él debajo pudo haber significado que la defensa de senpai hubiera sido efectiva para variar, pero este no se defendió (aunque sí se tensó – inevitablemente -) seguro que por las palabras dichas anteriormente por morinaga, aunque claro, esto siquiera pudo pensarlo.
- senpai… - susurro morinaga aun en sus labios – abre la boca.
Senpai se paralizo por la petición descarada de morianga que comenzó una lucha con su lengua para abrir su boca, que ante esto se rindió fácilmente, cerro los ojos con fuerza abriéndolos al momento un poco, ya tenia esa mirada de victima suplicante, pero cambio de inmediato a una de miedoso asombro al notar una presión contra su entre pierna, y oh! Sorpresa, esto le hizo notar su propia erección.
- ah! – no sabia si ese ruido era provocado por la sorpresa o por excitación al rose.
Ese último gemido había echo que se separaran las bocas, pero de inmediato morinaga volvió a jalarlo por más a lo que senpai ya no podía resistirse abriendo su boca todo lo que quería morinaga que comenzaba a hacer movimiento de caderas provocando roses y presiones que hacían gemir a senpai, y en ese abrir de boca para gemir morinaga aprovechaba para jugar más con su lengua.
- dios senpai… quítate ya la ropa, me volverás loco! – suplico morinaga con cada mano en cada mejilla de senpai el cual estaba demasiado aturdido para comprender. Estaba ya con una respiración agitada y un hilo de saliva le caía por la comisura de los labios.
Morinaga estaba ya enterado de que senpai suele paralizarse en esos momentos y que él tenia que hacerlo todo, así que comenzó a desabrochar su camisa con dedos nerviosos por su ansiedad. Senpai cayó recién en ello cuando iba en el tercer botón y lo paró con una de sus mano por inercia. Morinaga no lucho, estaba cansado y además, no quería forzar a senpai, sólo lo miro suplicante, una vez más.
Senpai tenía una mueca de brusquedad, su reflejo había herido otra vez a morinaga, al darse cuanta de esto último soltó la mano de éste.
- está bien – dijo bajando la mirada desviándola de la de mori – yo lo haré.
Sus dedos tiritaron más que los de Morinaga, pero no por ansiedad como él, sino por honestos nervios, botón a botón su mente en blanco solo oía su propia respiración acelerada, acabó de desabrocharlo y de inmediato la mano de mori acaricio su pecho, senpai volvió en sí y miro a mori algo exaltado, éste estaba viendo su propia mano en el pecho de senpai pero al sentir la mirada de éste lo vio a los ojos, ambos estaban agitados y extrañamente confundidos.
- no olvides… sacarte tus gafas, senpai… - lo miraba con ternura y ansiedad.
- Ah – senpai reaccionó – es cierto – se levantó un poco, sentándose en las caderas de Morinaga (sin pensarlo) y al sentir su erección contra su trasero recién se dio cuenta de la horrible postura en la que estaban “Dios mió” fue lo unido que pensó mientras se quitaba los lentes y el amarre de su cabello, dejándolos en el velador, su cara que al fin se estaba librando de tensiones habían vuelto a lo mismo.
La mirada de senpai quedo clavado en sus gafas, no pensaba en nada, sintió las manos de morinaga tratando de sacarle su camiseta, lo miro algo asustado pero se dejó hacer. Cuando la camiseta estaba en el suelo perdida en algún lugar que sabrían a la mañana siguiente, senpai cerró los ojos, su cuerpo acostumbrado a dejarse llevar por las manos de morinaga había comenzado su pasividad, ahora podía oír la respiración agitada de morinaga, mientras desabrochaba sus pantalones y los suyos, con dedos apurones que terminaban siendo torpes.
- inclínate – dijo Mori de forma demasiada seca.
Senpai abrió los ojos y lo miro, estaba sonrojadísimo y alguna gota de sudor comenzaba ya a caer por su frente.
Se inclino de forma extrañamente obediente, ¿qué más podía hacer? no tenia idea de cómo actuar…
Morinaga ataco a su cuello, aun cuando no tenia energías para inclinarse hacia delante, sobreexigía a su cuello para alcanzar el de senpai y darle chupones y besos con una desesperación que recuerda al hambre. Senpai gemía “no… no puedo… esto…” palabra como esas sin ningún orden ni coherencia estaban esparcidas en su mente, mientras que sus manos estrujaban las sabanas.
Las manos de morinaga al fin llegaron a sus tetillas, senpai gimió fuertísimo, y escondió su rostro en el hombro de morinaga para no ser visto.
- no es justo… quiero verte…
- no, cállate! – dijo como un reflejo natural.
- Jeje… sube
- eh?
- Sube – lo cogió de la cintura y lo impulsó hacia delante. Senpai tuvo un peligroso riesgo de golpearse contra la marquesa de la cama pero lo esquivo a tiempo, pero tontamente al momento, de igual forma se golpeo la cabeza contra ésta por la impresión que le provocó morinaga al lamerle las tetillas.
- Auch!
- Ah, estás bien?
- N-no, no sé –respondió tontamente.
Morinaga solo sonrió, y volvió a atacar sus tetillas, una con una mano, pellízcanosla y removiéndola, y la otra con su boca, mordiéndola, chupándola y lamiéndola.
Senpai ya estaba gimiendo vivamente, sus manos ahora estaban sosteniéndose de la marquesa haciendo tiritar a sus brazos por la posición incomoda en la que estaban.
- ay… me está doliendo, morinaga…
- un poco más…
- nnnnnn…..ah…ah….
Cambió de tetillas y empezó a chupar la que antes era masajeada, y a masajear la que antes era chupada.
- Ah! Ay!
La otra mano de morianga, que hasta ese momento estaba en la espalda de senpai cuidando que no se echara hacia atrás y distanciara su pecho de su boca, bajó, llegando a sus pantalones, senpai creyó que los bajaría, pero en realidad se fue a la parte delantera, y entonces soichiro se enteró de que estaba tan erecto que la punta de su pene sobresalía la parte de arriba de los pantalones estando ya debajo de su ombligo, miró hacia abajo de la impresión, y vio que la mano de morinaga ya sostenía su cabeza, apretándolo, exprimiendo unas cuantas gotas de humedad que salían de su orificio y caían... "oh diablos!" sobre el vientre de morinaga, al cual, parecía no importarle.
- no… espera! – bajó un poco, librando a sus tetillas de la adictiva tortura, pero no pudo bajar demasiado, morinaga apretó fuertemente su glande, casi a modo de castigo – ah! – y no pudo bajar más – ay! Que haces?! Loco!
- No, no te alejes – comenzó a masturbarlo del todo, apretando su pene lo suficientemente fuerte para que senpai no pudiera librarse de su mano, y lo suficientemente suelto para moverlo a lo largo.
- Ah… ah… espera! No! ay!
- Ah… - un suave gemido escapó de los labios de morinaga, solo provocado por su accionar contra senpai – ya, quítatelos - dijo con ansiedad algo violenta.
- Eh?
- Los pantalones, quítatelos ya – y sus ojos casi literalmente, arrojaban fuego.
Los gemidos de senpai se detuvieron súbitamente “¿qué? ¿Cómo…?”, su respiración se aceleró por una suave angustia, pero no sabía de que, podía ser, de no saber qué hacer, cómo hacerlo, o lo que estaba haciendo o iba hacer concretamente, en fin, muchas posibilidades.
- está bien… sólo sube –dijo mori algo arrepentido de su brusquedad.
Morinaga lo cogio de sus muslos y lo levantó un tanto, haciendo que subiera. Senpai se dejo llevar como siempre, pero forcejeo al notar que su pene erecto estaba demasiado cerca de la visión de morinaga y se avergonzó. Morinaga no notó esto, y bajó sus pantalones rápidamente. El pene de senpai libre de sus pantalones y bóxer al mismo tiempo se estiró libremente y golpeó sobre el vientre de morinaga (nueva posición), ese golpeteo en su glande, fue suficiente para que senpai blincará y diera un pequeño gemido.
- está bien, está bien – lo calmaba morinaga.
- no… espera… - suplicaba senpai, aunque no sabía exactamente el que.
Sus manos seguían en al marquesa, pero sus brazos ya no tiritaban pues al estar más arriba pudo sostenerse más cómodamente, estaba sudando, y…
pensó que un poco más y se correría…
Mori bajó los pantalones de senpai hasta sobre sus rodillas, y entonces lo tomó de las nalgas, una mano en cada nalga y lo levantó lo levantó lo más que podía.
- waw!
Y metió el pene de senpai en su boca.
- no! espera! ¿qué haces? !n-no tienes que…! Ah! Ay! Ah!
Morinaga había levantado su torso y se había doblado de una forma que no parecía que pudiera ser posible (en el sexo muchos son capases de lo imposible había oído).
- no! para! Para! Para!
Senpai se echó para adelante, cogió a morinaga de los cabellos, lo jaló un tanto pero era inútil tratar de “despegarlo” (palabra no exagerada). Solo le quedó encorvarse, casi como si su cuerpo se encogería, gemir y gemir, apretar más los cabellos de morinaga, y tras varios espasmos y convulsiones se corrió.
Morinaga lo bebió todo y siguió masajeando con su lengua el glande dentro de su boca.
- ah… ah! Ya déjalo! Ya… ya me corrí… no sigas! – suplicaba senpai débilmente encogiéndose más mientras tiritaba en brincos.
- No… aun queda… - susurro con el pene de senpai en la punta de sus labios. Volvió a meterlo en su boca, hasta el fondo, el bello pubico de senpai le provocó cosquillas en la punta de la nariz, y morinaga chupo fuertemente mientras lo sacaba otra vez de su boca.
- Ah…ahhhh!! – dolió, pues su pene estaba sensible, quedo latiendo, hinchado y rojo en el mentón de morinaga, éste había sacado lo poco que había quedado en su pene de esa corrida.
A senpai no le dio tiempo para descansar, pues sintió los dedos de morinaga luchando por entrar en su trasero.
CONTINUARA…
Ya saben, cartas de muerte , apoyo emocional, o ambos a: