Es todo muy simple,
como yo empecé a trabajar y dado que el final del manga se orientaba hacia
allá, tomé la decisión egoísta de explorar este nuevo futuro de nuestra amada
pareja.
¿Ya mandaron su foto para celebrar el aniversario de
sensei? Yo ya lo mandé, espero que lo vea, me saqué una foto con mi fic,
espero que se entienda el mensaje en inglés que mandé con mi pizarra de tiza.
Espero sus comentarios!
Cambios
Desde senpai.
Han pasado muchos
meses, sumergido en este extraño ritmo de vida, sigue el tiempo transcurriendo
apaciblemente, es extraño, porque a pesar de lo errático de “esto” el tiempo
pasa a la vez lento y rápido…
Y de pronto Morinaga me lo dijo, le
ofrecieron un puesto de trabajo, puede hacer la práctica ahí un par de semanas
para ver si lo reciben de inmediato después de graduarse, es una buena
oportunidad, pero me sorprendió, no sabía que iba a trabajar tras salir de la
universidad, de alguna manera no sé por qué, pensé que iba a estudiar un
diplomado como yo, que iba a seguir investigando aquí, que iba a… bueno, seguir
siendo mi ayudante… estar conmigo.
- pero senpai, no
tengo dinero para seguir estudiando, tengo que trabajar.
- ah? Ah sí? Oh… -
tema delicado, la verdad nunca lo había pensado, fui un imprudente.
- sí, recuerda que
mis padres me pagan la universidad y me dan algo de dinero, pero apenas me gradúe
pues… no me darán nada más…
- en serio? Así de la
nada?
- bueno… ellos quieren
desligarse de mí, es normal, esto lo hacen ahora por deber pero luego…
Rayos, puso esa cara otra vez,
pregunto sin pensar pero ¿cómo es posible que sus padres sean así? ¿de verdad
los padres pueden llegar a odiar a sus hijos? Me parece extremo, extraño, ¿cómo
puede ser así…?
- Ya veo, bueno
entonces, sí, trabajar es lo mejor…
- sí, aunque te
extrañaré, tal vez tenga que internarme ahí unos días o algo así, por las
capacitaciones, y queda lejos de Nagoya, pero si me contratan podré
trasladarme, espero.
- mmm – se acerca y
me besa, ah, es tan fácil ahora, acercarse y besarme, qué locura el que sea tan
fácil, pero es cierto, ya no lo veré tanto, será raro, no será… bueno.
Desde Morinaga.
Esta es una gran oportunidad, podré
trabajar, tener mi propio dinero, ayudar a senpai y así ser… una familia,
aunque sea de dos. Pero lo extrañaré mucho, a senpai no le duele como a mí,
nuestros sentimiento son… debo reconocer, diferentes de cierta forma, él no
sufrirá como yo por nuestra distancia, casi envidio eso, a mí me afecta
demasiado el no verlo, el no tenerlo, el no estar apegado a él cada día; espero
que no me afecte en el trabajo, así de dependiente soy, eso no es bueno!
Espero que me vaya bien en mi
práctica, será agotador, pero si logro entrar en esta compañía tendré un mejor
futuro, tendremos un mejor futuro.
***
Así comenzó un gran
cambio de vida para ambos, Morinaga dejaría la universidad y comenzaría a
trabajar ¿qué tanto cambiaría su vida por este nuevo ritmo y rutina? Lo primero
fue ayudar a senpai a buscar nuevos ayudantes, Morinaga sufrió mucho por sus
típicas inseguridades, que la chica demasiado linda, que el chico demasiado
seme… hasta que finalmente encontramos a típicos personajes neutrales para
tomar el puesto, tras las insistencias de senpai en implantar su tiranía,
podres víctimas. Mientras, Morinaga comenzaba su primera semana de prácticas, y
sí, los primeros tres días iba y volvía tarde y agotado, casi no veía a senpai,
para finalmente caer en un internado en el mismo trabajo. Fue una semana
difícil para ambos, para Morinaga por no poder ver a senpai, y bueno, senpai
comenzó a darse cuenta de su inutilidad nuevamente, no podía cocinar casi nada,
y terminó gastando más dinero de la cuenta por comer afuera, también rompió un
plato al tratar de lavar los trastos. Lo bueno fue que descubrió la magia de
hacer emparedados, entonces pudo sobrevivir. Pero lo que más extrañaron ambos
fue el hecho de dormir, sí, algo tan simple como eso, no es que el sitio donde
se instaló Morinaga haya sido especialmente incómodo, no, es solo que ambos se
habían acostumbrado a dormir juntos, sentir su calor, su olor, besarse antes de
dormir, y ya no podían, las camas las sentían frías y enormes, sentían la soledad
de no estar con el otro, era algo que los mensajes de texto no podían remediar,
y eso que senpai los contestaba todos aunque fuera con mala gana.
Así al terminar el domingo (había sido una semana tan
malditamente larga sin Mori) senpai pensando que Morinaga ya no volvería
siquiera al ser fin de semana decidió casi sin decidir, dormir en la cama de
Morinaga, no se dio ni cuenta y ya estaba en su habitación, los días anteriores
a veces entraba a mirar como alucinado esa habitación, y ese día simplemente cedió
al impulso, se acostó en su cama sin pensar demasiado, respirando el aroma que
aún quedaba ahí, también estaba cansado, los ayudantes no eran tan eficiente
como Morinaga, o él no sabía tratarlos, ni idea, ¿es que nadie más que Mori puede
aguantar su tiranía?
Pero le costó adentrarse en el sueño, su cuerpo había
reaccionado de inmediato al sentir el aroma de Morinaga de su cama, pero no
quería llegar a eso, es cierto que
sin Morinaga él ya no se “desahogaba” pero no quería reconocerlo, que su cuerpo
se haya transformado así, porque antes senpai no necesitaba… hacerlo tanto, una
vez cada ciertos meses bastaban, y eran deseos que venían por una simple
necesidad biológica como solía pensar antes, pero ahora no, ahora apenas dos
días y ya siente ese extraño vértigo, ese extraño calor en su pene, en su
vientre, las ganas de ser llenado, la hinchazón de sus testículos porque se han
acostumbrado a producir más semen al ser “vaciado” tan seguido por Morinaga.
- Debe ser una broma, yo… yo no lo necesito. – Era tan
extraño, diciendo eso acurrucado en la cama de Morinaga, pero también estaba
cansado, pudo resistir, luchar contra sí mismo y al fin adentrarse al sueño, el
sitio era reconfortarle, después de todo.
Y así cayó en tan profundo y acogedor sueño que no
pudo escuchar cuando, horas más tarde, lentamente se abrió la puerta del
departamento y un cansado Morinaga entraba apenas en estado zombie. ¡Bienvenido
a la vida adulta, Ángel-kun!
Morinaga dejó caer su equipaje y su chaqueta en el
sofá, él no suele ser desordenado, pero esta vez estaba demasiado muerto, se
arrastró a la habitación lentamente, tenía en la mente a senpai, pero era
tarde, pensó que dormía, y bueno, sí, dormía, pero no donde suponía. Vio la
puerta de su habitación abierta, pero no pensó demasiado en eso, sólo quería su
cama, aunque no pudo evitar notar el bulto que vio en ella al prender la luz.
Estaba muy cansado para pensar, ni siquiera contempló
demasiado a ese senpai que dormía, se sentía ya en un sueño ¿tal vez era una
alucinación por el cansancio? Acercó sus manos, luego su pecho, finalmente
entró desordenadamente a la cama, lo abrazó.
Senpai no pudo evitar despertar por esos movimientos
en sí mismo, abrió los ojos pesadamente, primero por la luz encendida que
molestaba sus ojos, luego por el peso en su cuerpo, Morinaga parecía ya dormido
sobre él.
- Morinaga? – no
alcanzó a sentirse descubierto, simplemente se preocupó por Mori, parecía
simplemente desmayado.
- mmm sí… - dejó
escapar pesadamente Morinaga, ya estaba semidormido.
- ….. – senpai lo
observó un momento, había bajado a su cuello, se había acurrucado como un niño
en su pecho. Parecía cansado, tenía notorias ojeras y una respiración pesada -
…. No vas a comer?... o tomar un baño?
Preguntaba casi por
preguntar, tal vez quería hablarle, tal vez estaba feliz de verlo al fin y al
cabo.
- ah… estoy muy
cansado… - Mori siquiera abría los ojos.
- pero… ni siquiera
te has sacado la corbata.
Senpai no pensó demasiado cuando una de sus manos se
estiró y removió con simpleza la corbata de Morinaga, a mitad de esa acción se
dio cuenta de lo invasivo que era pero al notar que Mori no se movía ni un
ápice, sintió el alivio de poder… “disponer”(?) de Morinaga, después de todo,
no puede dejar de ser un tirano.
- ¿no vas a comer
nada?
- mmm…
- bueno… iré a
prepararte algo. – senpai no era de cocinar y menos de cocinar para alguien
más, podía contar con los dedos de una mano las veces que le había preparado un
mísero café a Morinaga, pero en ese mismo instante tenía la extraña necesidad
de cuidarlo, se veía tan cansado y lo había extrañado tanto que…
Se removió con suavidad del abrazo de Morinaga, éste
no se resistió, estaba demasiado dormido para evitar que senpai se fuera aunque
inconcientemente quería evitarlo, no pudo, se durmió apenas senpai se levantó
de la cama.
- ya vuelvo – dijo
senpai con la voz en un hilo, no podía evitar sentir cierta timidez y vergüenza
cada vez que sentía esa embarazosa intimidad con Morinaga, desde dormir en su
cama, a abrazarse y besarse, incluso hacerle un emparedado ya lo tupía un poco.
Así llegó a la cocina, se había vuelto realmente bueno
haciendo emparedados, incluso le había dado por experimentar y mezclar
diferentes ingredientes más que los típicos tradicionales, aunque no era nada
sorprenderse ¡era un puro emparedado! Pero para el poco hacendoso senpai era
todo un logro.
Llevo 4 emparedados en una bandeja más una botella de
té verde fría. Vio que Morinaga no se había movido ni un poco, seguía con la
camisa, los pantalones, siquiera se había sacado la corbata o el cinturón.
- Morinaga, come algo
– dijo ahora con voz forzosamente dura dejando la bandeja en el velador.
- ….. – pero Morinaga
seguía dormido.
- ey…- se acercó
senpai, tocó el hombro de Morinaga, con demasiada suavidad al principio debido
a su orgullosa timidez y luego con la natural tiranía de siempre. – oi!
Despierta! No puedes dormirte así!
- ah… perdón… -
Morinaga entreabrió los ojos suavemente – qué? Senpai? – era como si recién se
diera cuenta que estaba al fin en casa con él.
- idiota, te traje
emparedados, come y cámbiate si vas a dormir. – senpai casi desvía la mirada,
pero como la brusquedad anterior le había permitido parecer enojado como
siempre, pudo seguir mirando a los ojos a Morinaga, a pesar del evidente rubor
en sus mejillas y sus orejas.
- ah… gracias. – Morinaga
apoyó su espalda en la marqueza de la cama, se sobó los ojos con las manos,
tomó un emparedado y comió de forma mecánica con los ojos algo perdidos.
- … estás bien? – senpai
ya lo miraba otra vez preocupado, se sentó a su lado sin darse cuenta, con los
pies en el suelo, claro.
- mucho trabajo… -
dijo aún hipnotizado Morinaga – esto… lo preparaste tú? – al fin lo miró más
despierto pero su rostro no expresaba demasiadas emociones en realidad.
- eh, sí… - volvió el
rubor al rostro de senpai apenas sintió la mirada de Morinaga en él.
- vaya, eres genial,
senpai. – sonrió, sí, había despertado un poco más, pero de cierta forma senpai
también sintió que en ese comentario, que en esa sonrisa había un extraño
reproche, senpai ya comenzaba a sospechar que Morinaga no quería que él se
volviera ni un poco independiente, Morinaga quiere que senpai dependa de él
para todo, piensa que así es más suyo, y senpai ya se estaba dando cuenta de
eso.
- … no es… la gran
cosa – paseó la mirada por la habitación.
- je, no es verdad,
eres… fantástico. – Morinaga abrazó a senpai, éste se tensó, las acciones de
Mori parecían en parte zombie y en parte intencionadas, y no sabía qué quería.
- ey! Termina tu
comida!
- mmm sí… - Morinaga
estiró su mano, aún abrazando a senpai, y alcanzó dos pequeños emparedados que
devoró rápidamente, aunque senpai no lo vio pero pudo escuchar cómo comía
apresurado casi a la altura de su cuello. “Este chico, es tan raro” sólo por no
querer deshacer el abrazo. – estoy tan cansado… y te he extrañado tanto – “ya
viene” pensó senpai, quedándose quieto, esperando el beso que no tardó en
venir. Sí, se habían extrañado. Le dio un beso tan apasionado, y senpai
inesperablemente le respondió con la misma pasión a su manera, Morinaga tomó
sus mejillas, y senpai sus manos, mientras los sonidos de sus labios y lenguas
dejaban ecos en esa madrugada de domingo, hacía un poco de frío.
- quiero hacerte el
amor, senpai!
CONTINUARÁ
omga xD