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lunes, 10 de agosto de 2015

"El fin de la inocencia" de Juan Carlos Cruz

OPINIÓN/COMENTARIO/RESEÑA (?)

El fin de la inocencia
Mi testimonio
Juan Carlos Cruz

Dos impactantes citas para comenzar:

 >> - Saca la lengua – me ordenó, acercando sus labios a los míos, a la vez que comenzó a tocarme por todos lados. Me pasó la mano por mis genitales, me acariciaba ahí mientras me hacía tocar mi lengua con la de él. Torpemente obedecí, paralizado de miedo y horror.

            Después, el padre Fernando pronunció las palabras del perdón haciendo señal de la cruz sobre mi cabeza y me abrazó. Temblando, me levanté y salí de su cuarto. Me fui a llorar a alguna parte solo. <<


>> Cuando “el santo” estaba de buen humor, Juan estaba en el quinto cielo. Cuando, por ejemplo, se le prestaba atención, reaccionaba igual que un gato cuando uno lo regalonea. Solía rodear con el brazo a Karadima y apoyar la cabeza en su hombro; Karadima le acariciaba el lomo y a veces le daba un beso. Paternal, pensaba yo en aquellos días; asqueroso, pensaría tiempo después. Al borde de ronronear, Juan se las ingeniaba para atraer la atención de Karadima, y resultaba muy extraño ver a dos hombres grandes en un intercambio cambio cariñoso. Se reía como una niñita escolar en presencia de Justin Bieber. Me pregunto cómo le irá ahora en la subcultura de las Fuerzas Armadas. <<

Llegue a esta historia real por haber visto la película que antes refiero y tiempo después encontré este libro a buen precio, libro que salió apenas el año pasado (2014) por lo que es muy reciente.

Juan Carlos Cruz es uno de las 3 víctimas que denunció valientemente al cura Karadima de sus abusos sexuales a menores de edad y a adultos jóvenes a través del miedo, la dominación y el control, casi como lavado de cerebro. Sin embargo, son desconocidos la cantidad de víctimas que pudo haber abusado Karadima.

A lo largo de su testimonio no sólo expone su abuso sexual, sino también la dominación y el chantaje de la que se vio preso de manera psicológica y en su modo de vida, personalmente, veo lo que hizo Karadima como una secta no cristiana sino más bien puramente  perversa, el cura había planeado un escenario tan enorme donde los poderes políticos y de las autoridades eclesíasticas estaban en la palma de su mano, un simple ejemplo de esto es su macabro actuar de mover hilos para que sus víctimas a futuro fueran obispos o altos cargos eclesiásticos ¿qué mayor chantaje que deberle a un hombre tu estatus, tu poder? Finalmente Karadima tenía centenares de ojos que observaban a sus víctimas, partes de estos espías también eran víctimas moviéndose bajo su control, aquí no se desvela abuso sexual, sino simple lavado de cerebro.

Junto con esto lo que mayormente se desvela en este libro es la sospechosa lentitud de las autoridades eclesiásticas en actuar, son muchos los extraños motivos que pudo generar esto, primero que el mismo Karadima movió sus hilos para que nada saliera a la luz ni se avanzara en la investigación, o segundo y más malicioso es pensar que la naturaleza misma de la iglesia como isntitución alimenta el silencio y encubrimiento de estos horribles crímenes pero sin detenerlos tampoco, hecho que vemos en miles de casos a lo largo del mundo de curas pedófilos. Así se ve que vale más salvar una institución, incluso la misma iglesia, que salvar a las víctimas y posibles víctimas de abuso sexual infantil.

Tuvo que salir un artículo en el afamado New York Times para que el caso tomara real movimiento en Chile, cuando ya se llegó a la justicia del estado y no de la iglesia.

Finalmente hay que decir que lamentablemente como muchas cosas que ocurren en Chile pasando por su injusta justicia, Karadima quedó libre aunque se reconocieron los cargos de abuso sexual, está tranquilo viviendo en una parroquia… quién sabe lo que hará allá, aunque peor fue el veredicto de las autoridades eclesiásticas que tiernamente lo condenaron “a una vida de penitencia” oh! Y no puede hacer misas, cosa que sigue haciendo pero a mí no me importa.

Muy recomendado es el reportaje hecho en Informe Especial de este caso, programa al cual lucharon intensamente las autoridades eclesiásticas para que no saliera pero lo logró de todas formas; en este informe el autor del libro, Juan Carlos, nos relata por ejemplo cómo daba la bienvenida a nuevos jóvenes al círculo de Karadima, contando maravillas de él para atraerlos mientras por dentro sólo rogaba en su mente: “¡Váyanse! ¡Váyanse ahora que pueden! ¡Yo ya estoy atrapado”.

También muy recomendada la película “El bosque de Karadima” donde se desvela este control mental que logró Karadima con sus víctimas, tanto que los siguió abusando hasta la adultez a pesar de que éstos tenían matrimonio e hijos.

Personalmente espero seguir leyendo sobre este caso tan interesante e incluso, de cierta manera, aún en boga; pero tengo una única pregunta para el autor que no creo que me conteste nunca pero no pude evitar preguntármelo:

¿Por qué incurrió primero a la iglesia católica buscando justicia? Debe ser que como yo no soy cristiana peco(?) de ignorancia pero apenas el autor dijo que tomaría medidas judiciales sobre su abuso yo pensé que iría a la justicia estatal, por así decirlo, pero fue con las autoridades eclesiásticas, y entonces me enteré de que existía una, pero uno primero iría con la policía directamente, no lo sé, como dije no soy cristiana pero la justicia eclesiástico dejó incluso mucho más que desear comparada a la justicia chilena laica, propiamente tal, de todas formas.


Sin más que agregar, muy recomendado. 

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