El libro.
Este libro se
editó el año 2000, hace casi ya 18 años, mucho tiempo, yo habré tenido menos de
15 años la primera vez que leí sobre este libro en un apartado de una revista
que me gustaba hojear para enterarme de libros interesantes (era una joven algo
inquisitiva parece porque no recuerdo mucho) pero nunca pude olvidar este libro
y pasando los años lo tenía presente para comprar ya sea por internet o físico
si es que lograba encontrarlo, y lo encontré, 18 años después lo encuentro en
una feria e inmediatamente lo compro, lo leí en una noche, literalmente una
noche entera.
La autora.
Susana
Roccatagliata es descendiente de abuelos italianos inmigrantes que buscaban
oportunidades en Chile tras la primera guerra mundial, periodista y cara de la
televisión (que yo no recuerdo porque era muy chica o ya no veía t.v.), en el
año 1986 su estable vida da un giro cuando su hijo Francisco, que le faltaba muy
poco para cumplir los 5 años muere tras un procedimiento médico, es entonces
cuando funda Renacer, una agrupación
para padres en duelo inspirada en otras organizaciones de ese tipo a lo ancho
del mundo. El año 2000 escribe este libro (cuando su proceso de duelo está
superado) tomando su propio testimonio y el de otros padres de su organización
para dar apoyo y consejo a otros padres en duelo y a personas que quieren darle
apoyo a un amigo que está pasando por esto y no saben cómo, también aprovecha
de promocionar unos interesantes proyectos de ley a favor de los padres en
duelo, e incluso tiene una lista practica de lo que ayuda al proceso de duelo y
lo que no al final del libro.
El caso.
En el año
1986 se dirige con su hijo Francisco a que le hagan un procedimiento
ambulatorio, una especie de radiografía en que iba a ser necesario inyectarle
un líquido de contraste tras una anestesia. Francisco siempre fue un tanto
alérgico, había tenido alergia alimenticia a la leche desde que había nacido, y
eso explicaría que haya tenido un shock anafiláctico a causa del líquido de
contraste, un hecho extremadamente raro pero posible y que terminó con la vida
del pequeño niño que a pesar de los esfuerzos del equipo médico no pudieron
reanimarlo.
Hubo algunas irregularidades en el
procedimiento, el médico de cabecera se fue dejando al resto del equipo
realizar el examen, no sabremos si eso habría significado una diferencia.
Tampoco hubo buen tacto en el momento del hecho mismo en la clínica ni
posterior, pero ¿quién sabe cómo reaccionar en un momento así? La autora solo
se percató que algo iba mal al notar demasiado movimiento, se alertó finalmente
cuando vio a una enfermera salir llorando del pabellón, ella la sostiene y le
pregunta qué ha pasado, pero ella no es capaz de decirle nada. Entonces entra y
encuentra a su hijo muerto y solo en la camilla, esto porque el equipo había
salido, para notificar, para huir de la situación, o anda a saber. El caso es
que ella encontró a su hijo muerto e hinchado por el shock solo y fue un
momento muy traumático. Al rato mandaron a un cura pero éste al verla así
prefirió dejarla sola, luego fueron a darle unos calmantes que rechazó con
violencia.
Finalmente llegaron más familiares y
ella pudo hablar con el médico en jefe de la clínica quien le explicó que el
caso fue muy raro, “Uno en un millón” más que consolar a la madre la hizo
sentir peor, su hijo se había transformado en una estadística. Siquiera le
ofrecieron un teléfono, así que ella salió a llamar a su madre a un teléfono
público. No se tomaron acciones legales.
El duelo.
Todo proceso
de duelo es diferente, depende del tipo de pérdida (la de un hijo en este caso) y del tipo de
persona que está en duelo, es decir, que todos serán diferentes pero
básicamente recorren los siguientes procesos: el primero de shock e
incredulidad, el segundo el de tomar conciencia de la pérdida en el sentido de
la ausencia; el tercero es un periodo de desorganización, desesperación y
aislamiento en que la persona solo quiere estar con su propio dolor; y la
última etapa es la aceptación, pero no desde la resignación sino desde el renacimiento de uno mismo, vivir con
ello, superarse aunque no se olvide nunca al hijo perdido.
Esto es solo una visión panorámica
del proceso de duelo en los padres, hay que considerar como dije anteriormente
que depende mucho de la persona, algunas viven más una etapa que otra, como
también hay procesos de duelo que nunca cierran y eso es un duelo complicado u
anormal; en el libro hay una lista para reconocer si una persona puede pasar
por un duelo complicado, además que siempre se anima al apoyo profesional sea
cual sea el caso.
Demás casos.
Así como
depende del tipo de duelo y de la persona propiamente tal para vivir diferentes
procesos de duelos, también dentro de duelo por pérdida de un hijo hay
diferentes casos, en el libro además del caso de Francisco que fue una
negligencia médica, se atestigua un caso de muerte por enfermedad terminal a
causa del cáncer de una pequeña niña, por accidente de automóvil de un joven,
de inmersión de un pequeño niño, por homicidio (muy complejo no solo por ser un
niño si no porque el hecho se convierte en público y judicial), por suicidio y
la muerte del hijo único.
Más allá de los padres.
Hay que
agregar que hay una sección especial que toma el duelo desde los demás
integrantes de la familia, estos son testimonios de parte de los abuelos (a los
que les afecta doblemente por el sufrimiento de sus propios hijos, además de
enfrentarse a la desilusión de la discontinuidad de su legado), de los hermanos
(que viven con la consecuencia de la sobreprotección posterior de los padres
sobre ellos, y la cruda conciencia temprana de la muerte) y de los tíos, entre
otros.
La fe.
Era esperable
que un libro que trate sobre duelo debía tomar el tema de la fe y la religión,
como el otro libro que leí este año de superación personal de Joni (la chica
que quedó parapléjica después de un accidente, hay una entrada en el blog por
si les interesa).
Yo como atea respeto que las
personas tomen la religión como apoyo porque como atea es así cómo lo entiendo,
mi empatía lamentablemente es limitada en ese sentido.
Hay una sección dedicada a esto en
el libro. Es un camino recomendable junto con el tratamiento profesional para
llevar el luto. Además que paralelamente se revela que es muy común que
precisamente por la muerte de un hijo muchas personas terminan alejándose de la
religión y con recelo a dios.
Proyectos de ley.
Otro punto
interesante del libro, es que su autora aprovecha de promocionar unos proyectos
de ley de la agrupación Renacer, el
primero es una modificación al Código del Trabajo para los padres que hayan
perdido un hijo menor a 18 años, se les amplié si permiso de duelo de 10 días,
no 1 como es actualmente. Además de solicitar un fuero laboral de seis meses,
esto para que no puedan despedir a padres que hayan perdido un hijo, dado que
el shock y el mismo proceso de duelo significa muchas veces problemas laborales
y un despido y consiguiente desempleo solo empeora la situación.
Ahora, si bien estuve en contacto
con Renacer para enterarme del
proceso de estos proyectos, no obtuve respuesta, e internet no ayudó demasiado.
Encontré una tesis de la Universidad Académica sobre el duelo parental que
trabajó junto con Renacer, de la
alumna Daniela Concha (2008), en ella se informa que un grupo de diputados de
diferentes partidos de izquierda eran los responsables de llevar este proyecto
de ampliación de días por duelo, y un fuero laboral de 8 meses, además de
modificaciones respecto a las isapres.
Además de esto, ayer mismo se
promulgó la Ley Sanna que garantiza el acompañamiento justificado de padres a
sus hijos con enfermedades graves, como cáncer terminal, un caso recurrente en
el duelo parental.
Del proceso de los demás proyectos
tendré que mantener mi investigación en pie.
Mi problema.
Aquí va un
tema delicado y probablemente un poco estúpido de mi parte, pero además de todo
el respeto que tengo para el libro, su autora, y los involucrados en los demás
testimonios, me costó un tanto empatizar del todo porque son muy ABC1 o clase
alta xD no es por una discriminación clasista ni resentimiento social (creo xD)
pero es que me cuesta empatizar simplemente, de hecho el testimonio que más me
conmovió fue precisamente el de un caballero humilde (el único así en el libro)
al que se le murió su hijo y no tenía mucho dinero, el trato que le dieron fue
definitivamente diferente comparado a los demás padres, a él le dijeron
directamente que era mejor que su hijo muriera porque si hubiera sobrevivido no
podrían costear los gastos, también tuvieron problemas con comprar un ataúd y
un espacio en el cementerio, etc. cosas que a mi parecer son incluso más
realistas, versus demás testimonios donde los padres estaban en clínicas, con
mausoleo familiar y con viajes a cabañas al extranjero para vivir su luto. Incluso
recuerdo el testimonio de una madre que había perdido a su hija por el cáncer,
y ella misma reconocía la pena de los demás padres que no tenían dinero para el
tratamiento de sus hijos a diferencia de ella.
En fin, es solo algo que me pasó con
el libro, no digo que un luto tenga más “calidad” que otro, todos son
diferentes y eso mismo enseña el libro, pero fue algo que me pasó y ya está.
Valoración y recomendación.
A pesar de lo
comentado anteriormente el libro me gustó mucho, está muy bien hecho y se
recomienda su lectura a todo el mundo, no solo a los padres que hayan perdido
un hijo sino a todos para que aprendamos a valorar la vida y su fragilidad, y
también para aprender cómo relacionarnos con la muerte y con gente en proceso
de luto.
El libro critica mucho el cómo
vivimos la muerte como tabú y nos enseña cómo explicarlo a los niños, lo cual es
un hecho muy complejo dado que ellos son literales y muchas veces los adultos
no sabemos cómo explicárselos. Frases como “está en el cielo” o “está dormido”
no funcionan con los niños y solo trae confusión, hay que ser directo, “su
cuerpo dejó de funcionar” es la mejor forma de explicarlo a un niño, no hay que
ocultar el llanto frente a él, y hay que vivir el proceso de duelo con él y no
aislarlo pensando que es para mejor. Por supuesto es un tema muy interesante.
En fin, valoremos la vida y vivamos
los procesos de la mejor manera posible.
¡Comentar es gratis, espero leerlos!
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