Sí, al fin tiene título, “DEPREDADOR Y SACRIFICIO”
espero que les guste, no me satisface del todo pero es bastante salvador, y me
atrevo a hacerlo en el último capítulo precisamente porque es muy difícil para
mí poner títulos. Pero bueno, aquí va mi fic, último capítulo de una laaarga
historia de creo, 4 años? 5 años? No sé si aún hay personas que me siguen desde
el primer capítulo, pero a todos y en especial a ellos si lo están: MUCHAS
GRACIAS POR LEELO!!! Debo hacer muchas correcciones de todo el fic antes de
diagramarlo y encuadernarlo, mi sueño es mandárselo a la Hinako a Japón, no
sería genial? Pero debo corregir mucho antes que eso, algunas caídas de
ortografía y unos arreglos de redacción, pero en especial los primeros
capítulos, ya que fueron tantos años escribiéndolo que el estilo de los
primeros capítulos es muy diferente de los últimos, debo arreglar eso.
Bueno aquí me pongo a hablar de mi vida así que se lo
pueden saltar pa leer directamente el fic, no hay problema xD
Tras disfrutar de mi pasado semestre sabático, este
año comencé un curso de inglés de un año y medio que llega hasta el nivel
conversacional avanzado, se supone, este curso me ayudará de mil maneras pues
el inglés abre muchas posibilidades. Concretamente espero con este curso poder
rendir el examen TOEFL que es una prueba que se hace a nivel nacional (existe
en muchos países) que certifica que tienes buen nivel de inglés, es muy bueno
para el curriculum, y espero que si me va bien poder postular a una beca para
profesores (recuerden que me titulé de eso a finales del primer semestre del
año pasado) para ir a Japón! Es mi sueño, y aparte igual quiero juntar dinero
para tomar un tour por lo menos, valen como 2 millones, pero es alcanzable,
creo. Y bueno, paralelo a eso estoy buscando trabajo, he buscado mucho y ha
sido muy frustrante, pero no creo que sea porque falte trabajo, si no porque yo
busco algo muy específico, quiero algo liviano pero constante y que quede cerca
de casa, cuando uno busca cosas muy precisa siempre va mal al buscar empleo, a
menos que tengas suerte. 50% es buscar como loco, y 50% es suerte. ahora de la
nada al fin me ha salido un trabajo, aunque hasta el martes no sabré cuánto
ganaré, espero salvar lo suficiente para vivir y también para ahorrar. También
me he interesado en un magíster, no son tan caros como pensé, al menos este no,
pensaré si lo tomo el próximo año, quién sabe. Sobre el nuevo trabajo empiezo
este lunes, espero que me vaya bien, que sea para mí.
También entré a un fansub, preguntaré si puedo
compartir los trabajos aquí. Más que eso, no hay demasiadas novedades, estoy
viviendo una tranquila y apacible como quería, aunque sin trabajo también he
pasado hambre xD pero espero que este trabajo ligero lo solucione. También
comencé una nueva dieta por mi diabetes, es muy estricta y me descompensa
mucho, espero acostumbrarme pronto.
Sin nada más que agregar, disfruten del último
capítulo, no sabía si terminarlo con ternura y “final feliz” y psicótico e
intenso ¿“final feliz”?, ya verán cuál escogí, disfruten! Y gracias por todo!
Cap 30
Habían pasado pocas semanas, pero la situación no
había cambiado, más bien se había invertido, aunque ambos debían reconocer que
el ambiente que los rodeaba era sumamente “pícaro”.
- déjame en paz, no necesito que me laves!
- pero senpai, estás todo sudoroso…
- puedo hacerlo por mí mismo!
- está bien, estás resfriado después de todo… - sí,
había ocurrido lo inevitable y senpai había caído resfriado ¿la razón? Tal vez
el haber pasado días en la cama de un Morinaga enfermo y haber tenido demasiado
“contacto” con él.
- pero…! Ah! - la pequeña toalla mojada se paseaba por
su pecho, su piyama entreabierto y húmedo por la fiebre dejaba ver sus tetillas
rosas y varias marcas de noches pasadas. - no! Hace frío… - decía quejoso
senpai, no sabía que resfriado su voluntad de doblegaba más fácilmente;
Morinaga por su parte ya lo había notado y no tenía reparos en abusar de ello.
- sólo será un momento - su voz había tomado un tono
casi solemne, penetrante, ni quiera él se daba cuenta que sus caricias ya no
buscaban limpiar a senpai, si no ensuciarlo más.
- ah! No… - senpai se dejaba llevar muy fácilmente y
eso le avergonzaba demasiado, pero no podía hacer nada, hace semanas que no era
capaz de detener a Morinaga cada vez que se acercaba así a él, era imposible parar
ese cuerpo sobre él. - ni siquiera entiendo… por qué tengo que estar en tu
cuarto. - sí, estaba en su cama, los papeles en verdad se habían invertido de
alguna manera.
- porque así puedo cuidarte mejor - la toalla había
caído de la cama, las manos de Morinaga se paseaban en el pecho de senpai y su
boca le besaba su mejilla - no hiciste lo mismo conmigo? - susurró en su oído.
- idiota… - senpai no podía entender del todo sus
palabras, casi sospechaba que Morinaga lo mantenía con fiebre sólo para abusar
de él, tal vez, Mori sería capaz, es un pervertido loco - siempre haces esto…
yo no puedo…
- nn? - Morinaga se hacía el desentendido ya en sus
labios, era verdad, estas últimas semanas no había podido evitar hacerle el
amor a senpai cada vez que tenía la oportunidad, era desesperante, doloroso, su
pene se erectaba a cada momento y sentía clavadas desde su glande hasta sus
testículos, eso no podía ser normal, sentir su pene latir apenas acercarse a
senpai. “Pobre senpai, él no tiene la culpa de que lo desee tanto…” pensaba con
resignación, sin detenerse.
- no… ah, me duele todo... - senpai ya se había
estirado en la cama, sentía su cabeza abombada y el cuerpo adolorido y pesado,
pero no luchaba en realidad, sus manos estaban en los hombros de Morinaga,
extrañando su piel cubierta por su camiseta.
- yo te ayudaré senpai - una de sus manos bajó hacia
su entrepierna, su pene estaba ya medio erecto. - eres de los que se excitan
con la fiebre, senpai - se aventuró a decir Morinaga, con un senpai tan débil
podía darse el gusto de ser algo malo.
- no! No es cierto! Ay! - la boca de Morinaga bajaba
peligrosamente, su lengua se paseó por sus tetillas y hacia su vientre para
luego mordisquear su vello púbico. - ah! No! Para! está sucio! - senpai se
retorció un poco más, esos días Morinaga no se había detenido, teniéndolo en su
cama todo el tiempo, era como estar atrapado, era como si estuviera secuestrado
en ese pequeño espacio, con su mente perdida, con su voz en sus oídos, con su
cuerpo en el suyo todo el tiempo. Trató de luchar, de verdad lo intentó, quiso
huir de ahí, le daba miedo cuando Morinaga se volvía tan perverso.
- no, sé bueno - éste tomó sus muñecas con simpleza
apresándolas a sus costados, senpai estaba demasiado débil y Morinaga demasiado
hambriento, no se detendría.
- nnn!! Au! Duele! Ah! - su pene magullado y sensible
era succionado por la boca de Morinaga, era cierto que la fiebre le hacía estar
más excitado de lo que normalmente lo estaría, a pesar de lo adolorido que
estaba; al menos quería creer que la culpa era de la fiebre. - nn!! Ah! Au! Au! No tan fuerte! No tan
fuerte! - su voz era tan suplicante y desesperada.
Las manos de senpai estaban entre los cabellos de
Morinaga, jalándoselos pero sin ánimo de detenerlo, más bien quería contenerlos,
rogaban que suavizara sus movimientos pero Morinaga no se detenía, había
abrazado las caderas de senpai del todo, sus brazos lo envolvían inmovilizando
a senpai, éste no podía creer cómo ese hombre adorara tanto chuparlo hasta ese
punto, era una idea demasiado obscena pero el rostro de hambre de Morinaga era
real.
Senpai pataleó, tembló, casi sollozó porque ese
orgasmo fue más doloroso de lo que pensó que sería en su mente nublada. Cayó al
fin con los ojos cerrados y agotado, el cuerpo estirado e inerte, sin pensar
siquiera que Morinaga había tragado hasta su última gota, lo poco que lograba
contener día a día robado por él.
Pero Morinaga era feliz, y senpai lo entendía de
cierta forma y deseaba su felicidad, no se había dado cuenta que era capaz de
sacrificarse hasta este punto por él, ¿pero acaso ese primer beso en el
laboratorio no había sido un primer sacrificio? Y no había parado desde
entonces. Sólo que este dios insaciablemente hambriento siempre quería más y
más. Lo consumiría del todo.
- Sabes más fuerte cuando tienes fiebre… - Morinaga se
relamió los labios con exageración, su mirada lasciva y sonrojo casi rozaban lo
delirante.
- ….!! - senpai sólo apretó sus parpados y tembló como
conteniendo su vergüenza, no, más que
vergüenza, miedo ante la perversidad de ese hombre, el miedo de aceptar la
perversidad de ese hombre hacia él.
Morinaga se quitó su ropa y la de senpai con
movimientos rápidos mas no bruscos, le pertenecía, era cierto que era preso de
una ansiedad incontrolable pero no era por temor a que senpai lo dejara o
rechazara como antes, si no ansiedad porque lo deseaba desesperadamente, nada
más que eso, lo deseaba horriblemente. Era preso de sí mismo y de senpai.
Senpai por su parte sentía que estaba en un sueño,
removido por Morinaga sentía que era llevado por sus manos de aquí para allá,
como si éste fuera más grande y fuerte de lo que realmente era, casi como un
ser protector, más allá de toda lógica, más allá de lo que él deseaba y quería.
Aún el orgasmo recorría su cuerpo, pero estaba cayendo medio dormido en la
inconsciencia. Mori lo despertó.
- auu! - sus dedos habían entrado.
- senpai, no puedo esperar!
- no… déjame - se removió medio dormido, moviendo sus
piernas como queriendo voltear su cuerpo, pero Morinaga lo sujetó, lo sujetó
por dentro. - ahh! - entonces senpai pudo despertar, abriendo las piernas por
inercia ante el dolor.
- no te alejes - de vez en cuando Morinaga caía en ese
estado entre maligno y suplicante, pidiéndole a través de castigos que lo
amara. Su pulgar presionaba desde afuera debajo de los testículos, mientras que
dos dedos apretaban por dentro.
- auuu! Idiota! - volvió a su común naturaleza, pero
no se atrevió a moverse, lo tenía tan sujeto que tuvo verdadero miedo, pero
sabía bien qué debía decir, qué temía Morinaga como siempre y en lo más
profundo - no me iré a ningún lado, tonto… - senpai temblaba, su fiebre había
aumentado.
- … es cierto - sonrió Morinaga, soltándolo, pero su
sonrisa no era del todo consoladora, el mismo sentimiento de desesperada
angustia por tomar a senpai no lo había dejado, y sabía que no lo dejaría
nunca.
Entró en él, el interior de senpai ahora siempre lo recibía
con facilidad, abierto para él, así Morinaga lo había hecho, transformado.
- ahhhh! - gimió profundo senpai, su cabeza se echó
para atrás casi elevándose sobre el colchón, sentía tan fuerte a Morinaga, y
sin importar cuántas veces lo hicieran cada vez era igual de intenso, como si
nunca se acabara la excitación, el placer que se forzaban mutuamente.
- nn! Senpai!... mi senpai… - lo besaba como si
bebiera de su boca, había tanta fuerza en sus embestidas y tanta paradójica
ternura en sus labios.
- mff! No! Está sucia! - a pesar de su estado nublado,
bien podía recordar que Morinaga había acabado de beberlo…
- está bien, es lo tuyo - siguió besando, luchando por
besarlo y disfrutando esa lucha - además, me lo tragué todo.
- nnn!!! - sucio, todo era demasiado sucio, pero ese
sentimiento de caer más y cada vez más bajo, de humillarse y degradarse era
adictivo. Cambiar lo que era, ser todo lo contrario a lo que era, ser libre de
sí mismo. Ser de Morinaga.
- ah… déjame ser un poco malo… - susurró Morinaga,
pero como si le pidiera permiso para serlo.
“¿Más malo que esto?” pensó fugazmente senpai. Y vio
la sombra de Morinaga estirarse, sus manos tomaban la marquesa de su cama. Y
entonces recordó, sí, había pasado lo mismo hace semanas, la sangre, el dolor.
- NO! - dejó escapar desesperado.
- …. - Morinaga lo miraba, pero ahora una extraña dulzura
había en sus ojos ¿cómo podía ser tan hermosamente malvado? - está bien, yo te
amo y tú… - lo miró en silencio unos segundo - aceptarás todo de mí, verdad?
- ….. - senpai lo miró con verdadero miedo, el
recuerdo de esa vez lo atemorizaba, y si no hubiera estado tan enfermo no
hubiera entrado al cuarto de Morinaga, a su cama tan fácil, no con la mancha de
sangre aún debajo de ellos.
Pero se calmó, era verdad, Morinaga lo amaba, si
senpai era bueno Morinaga no sería tan malo, era así como lo amaba, senpai se
resignaba pensando que casi se trató simplemente de tener mala suerte, ese hombre
se había enamorado de él y de una forma tan horriblemente perversa, no se podía
hacer nada, desde el primer momento tal vez se había entregado sin darse
cuenta, a su manera.
- …. sí… - dijo muy bajo, como si hubiera sido sólo su
respiración, pero la acción de senpai mostraba su verdadero sentimiento, abrazó
a Morinaga, lo más fuerte que pudo. “Aguantaré, aguantaré” pensaba mareado y
agotado, sabía que aguantar que un hombre le hiciera el amor de una forma tan
brutal no sólo debía ser una locura si no que también… necesitaba una buena
razón, y esa razón ya la entendía.
Morinaga sonrió, aunque esa sonrisa se viera tan
extraña en su rostro excitado, deseoso, perverso, pero era feliz, tenía a
senpai, podía destrozarlo las veces que quisiera, tomarlo como siempre había
querido.
- te tengo. - y empezó sus movimientos alocados,
violentos, como si lo estuviera devorando, tratando de matarlo, así se movía,
así lo lastimaba a él y a sí mismo, en un vaivén acelerado y fuerte.
Senpai casi gritaba, pero aún se aferraba a Morinaga,
no sentía placer, o más que eso, llegado un punto en que sólo había dolor
físico, sentía un extraño placer por ese mismo dolor, era tan extraño, que le
gustara lo que no le gustaba, que lo que se sintiera mal se sintiera bien.
Pasado un rato, no sabían cuánto, Morinaga se enderezó
casi empujando a senpai contra el colchón, quería ver su rostro, quería
degustar de la visión de un senpai suyo del todo; y así se veía, agotado,
sonrojado, excitado y lloroso, nadie jamás vería a senpai así, era suyo, él lo
había creado. Acarició su rostro, senpai tenía la mirada casi ida y apagada,
pero lo miró un momento, el pulgar de Morinaga se había metido en su boca,
rosando sus dientes, hasta eso se sentía bien. Entonces senpai, casi sin
pensarlo pero entregado a sus propios placeres, lamió el pulgar dentro de su
boca, él no era una víctima, era su decisión el ser devorado.
Morinaga no lo soportó y aniquiló a senpai con
movimientos más bruscos aún, abrazando a senpai hasta la asfixia, éste exhaló
lo poco de aire que contenían sus pulmones en un grito ahogado, estaba siendo
comprimido, sentía que su cabeza iba a reventar, todo parecía estar siendo
envuelto por una neblina densa y negra, sus uñas se enterraban en la espalda de
Morinaga, lo arañaban pero pasados unos segundos cayeron a sus costados, estaba
perdiendo el conocimiento, estaba muriendo por él.
- ….!!! - pero antes de perderlo del todo sintió en su
vientre cómo era llenado por Morinaga, hasta que éste cayó sobre él exhausto,
senpai viviría otro día.
Senpai no podía moverse, pero la sangre sí volvía a
hacerlo, volvía a recuperar el aire a través de fuertes jadeos que a la vez lo
agotaban más. Morinaga paradójicamente ahora lo abrazaba con un instinto casi
infantil sino animal, lamía su boca, siquiera la besaba haciendo toser a senpai
que tras recuperar el aire respondió sin darse cuenta a sus extraños besos.
Lentamente así volvieron ambos a sí mismos.
- ah… - suspiró senpai - quiero bañarme… - dijo casi
sin pensar, era un deseo tan natural que se le había sido arrebatado hace días.
- no… quédate así, estás enfermo.
Senpai miraba a Morinaga, tan cerca de él, sabía que
detrás de esas palabras había un fundamento parafílico y obsceno, pero no
quería pensar demasiado en eso ni en lo enfermizo que acaban de hacer.
- pero…
- no, sé bueno. - lo besó nuevamente, esta vez un beso
más despierto, y otra vez más puro a pesar de su trato casi esclavizador. - iré
a comprar unas cosas a la tienda, quédate en la cama.
- …..
Morinaga se levantó, aún desnudo y de pie al lado de
la cama arropó a senpai en esas sábanas húmedas por el sexo.
- está todo mojado… - dijo con más debilidad, el sueño
lo invadía, la fiebre, Morinaga.
- quédate así - Morinaga lo apresaba apretando los
cobertores de la cama, sus manos a sus costados, así encima. - quiero verte
así, como te dejé cuando vuelva.
Senpai intentó pensar cuántas cosas extrañas tenía esa
frase, esa situación, quería bañarse, irse a su cama, dormir al menos vestido,
pero ya no podía, había aceptado a Morinaga.
- ….- cerró los ojos viéndolo con debilidad, no sintió
el beso en la frente que le dio Morinaga ni la puerta cerrarse tras de sí al
irse. Él era tan bueno, era tan malo. Y era suyo, y senpai de él. Eso pensó al
caer inconsciente, siquiera dormido.
FIN tomo 1
Nombre del fic
(al fin!): “Depredador y sacrificio”.
Sí, sigue un tomo 2, nunca tan malvada xD será una
especie de continuación de mi historia pero con diferentes “problemáticas”, no
sé si será de su agrado, pero si se animan léanlo.
Espero sus comentarios, ya saben que pueden escribirme
a mi correo: shicakane@hotmail.com
Gracias, paz!
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