Fanfic Koi Suru Bou Kun

Proyecto Challengers!

lunes, 2 de enero de 2017

Relato con Japijane


Japinaje es un sex shop que se hizo muy popular en Chile dado su visión renovada de los artículos para los placeres sexuales, mostrándonos éstos desde un punto de vista más femenino, simpático, divertido, lleno de colores y formas graciosas acompañado de la mejor calidad y variedad.

http://www.japijane.cl/

Hace unos meses este prestigioso sex shop lanzó un concurso desde su blog para que compradores de esta tienda relataran su experiencia con ésta. Yo que me considero compradora asidua :v no dude en participar.

http://blog.japijane.cl/

Y gané el primer lugar, omaga, en fin aquí el relato (se lo dediqué a mi hermana en navidad, es el regalo más barato y lindo que se me pudo haber ocurrido jojojo).

Relato con Japijane

Relato ganador del primer lugar del concurso de blog de la página de Japijane 2016

Dedicado a mi hermana                                                                                                                         que no sé dónde xuxa estaba que no nos acompañó.

Cómo no recordar mi locura con Japijane, recuerdo que todo comenzó cuando yo era una escolar pollita de 3° o incluso quizá de 2° medio y una compañera haciéndose la chora trajo un diario del clinic que tenía de portada un montón de dildos, nadie entendía qué eran en realidad y solo cachábamos puros palos gordos de colores chillones, en nuestra ignorancia (no necesariamente inocencia) entendíamos la mitad de lo que decía el diario y quizás hoy no haya cambiado demasiado. Pero yo recuero que leí entero el artículo y su entrevista (ha escondía en el colegio de monjas, éramos malotas), pude enterarme un poco más, me gustó mucho que el vender juguetes sexuales estuviera orientado a mujeres y no de una forma secreta o sucia si no lleno de alegría con colores vivaces y formas de conejo y flores, ahí me propuse a mí misma alguna vez visitar la tienda de Santiago dado que yo vivía en ese entonces en Copiapó, a la cresta del mundo en que no existían sex shop en el pequeño centro y si había uno era turbio, oscuro, y parecía que te atacaría alguien al salir.

Pasaron los años, me vine a La Serena por la universidad , y aunque tuve la oportunidad de ir a otros sex shop a explorar, seguía con mi intención de ir a Japijane algún día cuando se me diera la oportunidad, en esa época (y hasta hoy en realidad) los piques a Santiago se resumían a 2 veces al año a lo mucho por un evento friki o la boda de alguna prima, y he ahí mi suerte cuando viajamos toda la familia precisamente porque la prima X se nos casaba allá, qué suerte!

Desde el inicio del viaje hinché a mis padres para ir a la tienda, mis papas siempre han sido muy abiertos de mente y aunque se sorprendieron de mi petición igual se la jugaron para llevarme porque todos andábamos en patota pa no perdernos a lo huaso en Santiago (algo que hoy tampoco ha cambiado), así que fuimos, recuerdo mi sonrisa sarcástica cuando caché que estaba en una calle llamada “monjitas”.

De hecho no fue casualidad ni destino que el local estuviera arriba del pub del diario the Clinic que lo había empezado todo, subí con mi madre y mi padre ya tatas y yo lola no tan pollita ya pero chica en mis 20 más o menos, y entramos. Me dio la misma impresión de la primera vez al verla portada del clinic: muchos colores, formas divertidas y en sí mucha libertad y ¿cómo decirlo? Naturalidad. En la tienda había mucha gente, nadie se escondía y lo mejor es que las cosas estaban ahí mismo para probarlas (dentro de lo que se podía). Yo de inmediato enloquecí y empecé a explorarlo todo como siempre había soñado, hasta le metí conversa a gente de ahí compradores y vendedores.

Lo loco dentro de todo es que mi papá entró conmigo a la tienda y también empezó a meter mano, daba ternura ver a un tata con cara de perdido sin saber si la weá que tenía en la mano se comía, era adorno, o piedra de masaje vibradora pero se la jugó y entró conmigo. Mi madre al contrario se quedó afuera con cara de espantada, también daba ternura la señora sonrojada cogiéndose las manos nerviosa y mirando a todos lados con cara de perdida también.

Cuento corto (no tan corto) compré un vibrador dentro de lo que podía gastar como universitaria pobre que era, un anillo vibrador, y mi padre hasta se rajó con un libro de ilustraciones gay en alemán que quería (Tom Boy). “Regalo de navidad” dijo.

Y bueno, había cumplido mi sueño, esa fue mi primera experiencia en la tienda, años después pude volver a la misma tienda ya una mujer adulta casi no tan pollo como antes y comprar más cosas, luego incluso paseando en Viña pude ir a la tienda que abrieron allá, y si no comprar ya por internet cuando me hice de una tarjeta.

Japijane me ha acompañado fielmente desde que era una escolar hasta el día de hoy, sola o con pareja, dentro de lo posible y con paciencia me he comprado desde bolitas para entrenar el suelo pélvico, hasta vibradores y…. lo demás me lo guardo jajaja, que igual me sale lo de mi mamá, la sangre tira, y quizás lo más bacán de esa primera experiencia fue de hecho compartirla con mis viejos, significó no sé, una muestra de confianza, de que ya era grande, de que quizás no era tan pollita.


¡Gracias! 

No hay comentarios: