Fanfic Koi Suru Bou Kun

Proyecto Challengers!

martes, 17 de mayo de 2011

Cap 11: fanfic de The Tyrant Who Fall in Love / Koi Suru Boukun.



Otra vez perdón por la espera, pronto subiré la segunda parte de este cap (sería el cap 12) lo que pasa es que por al trama decidí hacerlo más corto, ya verán por qué jua jua jua. Seguimos en paro en mi U, por lo que trabajaré a full en el blog xD, aprovecharé el tiempo aunque aún así debo hacer cosas para la U, pero está bien, me gusta, solo odio no tener tiempo para mis otras aficiones también, joder!



Cap 11:



Lunes por la mañana, vemos a un senpai entrar lentamente a la cocina, busca más galletas (su único alimento de ayer y hoy a parte del almuerzo que le dejó Morinaga) toma café más cargado de lo normal, porque debe inventar fuerzas y ánimos para ir a la universidad, aún le duele el cuerpo…



Va a dejar su tazón en el fregadero, y se da cuenta de la acumulación extrema de tazas, platos y cucharas que hay ahí, egoístamente, no se había dado cuenta que esperaba que Morinaga lavara eso en algún momento, casi sin recordar que él no estaba ahí, incluso… tal vez “tampoco hoy?”



Siente su ausencia, y el dolor de su cuerpo no lo hace odiarlo como otras veces, sino extrañarlo más “claro… ahora que lo pienso, paso todo el día con él” y no es una exageración, sin contar las horas en que Morinaga tiene clases, o algún momento en que cada uno se va a trabajar a sus habitaciones, Morinaga no se despega de senpai ni un minuto, solo ahora se da cuenta, porque senpai es muy simple para notarlo, y ahora puede verlo: desayunan juntos, se van a la universidad juntos, trabajan juntos ahí, almuerzan juntos, y vuelven a casa juntos, y los días de fiesta también la pasan juntos, y cuando están libres en algún momento en la universidad, también “juntos…”. Senpai traga saliva, su rostro se a contraído un poco a diferencia de la expresión resignada que antes tenía.



Sí, hasta ese momento, senpai era víctima (y aún lo era un poco) de una contradictoria conducta, una extraña tranquilidad resignada; no tiene miedo, aunque sabe que lo verá en la universidad no tiene miedo, no quiere huir de él como debería desearlo, más bien, quiere verlo, senpai está preocupado…



No limpió la loza, aunque pensó en hacerlo (ya que sí puede hacerlo un tanto bien tras haber estado solo en Canadá), pero inconscientemente y sin culpa, prefirió dejarlo así, esperando que fuera algún tipo de llamado para que Morinaga volviera a casa; un extraño pensamiento inconciente, sin lógica, como a sido desde hace un tiempo.






Ya en la universidad, senpai con el rostro algo preocupado, mas no asustado, va buscando con la mirada a su ayudante, lo busca entre la gente pero no lo ve, lo busca aunque no sabe qué haría si lo encontrara. “Después de la prueba, dijo” senpai recuerda esas palabras escritas, ¿tal vez Morinaga solo venga a dar la prueba y a verlo? Eso sería extraño, Morinaga nunca a perdido clases (a menos cuando “desaparecía”) ¿o tal vez ese examen en verdad era tan importante? Él nunca le dice nada sobre esas cosas, e incluso no suele pedirle ayuda para estudiar, cosa que todo ayudante haría a su senpai aprovechando sin malicia su posición… pero él no lo hace “bueno, tal parece, que es muy inteligente” se dijo (lo ve al ser tan bien ayudante), pero por dentro también sospechaba que podía ser por su actitud tiránica, en fin, tal vez eran por ambos motivos.



Se pone a trabajar, de forma mecánica, sigue levemente pensando en Morinaga, y se extraña él mismo de que “espere” tan tranquilamente, es decir, está trabajado como si nada, tan tranquilo, más preocupado que asustado, al tipo que lo violó tan fuertemente hace apenas antesdeayer y por el que aún su cuerpo duele… “…..”. Era como si senpai estuviera del todo entregado a lo que fuera que pudiera pasar, porque sabe y siente que se ha llegado a un punto tal, que tal vez lo “peor” ya a pasado ¿qué más podría hacer Morinaga? ¿Qué más podrían herirse? Estos pensamientos fueron entre sentidos y pensados, pero de lo que era verdaderamente conciente senpai era que estaba completamente débil tanto en cuerpo como en mente, Morinaga lo había destrozado en todo sentido, y senpai no podía luchar más, al menos no en un tiempo “¿traumado?” y tiritó ante esa idea, pero era posible, muy posible.



¿Cuánto más podían lastimarse…?



“Déjame tú”



Esas palabras de Morinaga, no, él no podía aceptarlas, aunque era conciente que debería hacerlo. Morinaga ha tratado de alejarse de él dos veces, y no lo dejo, como él dijo, una tercera no podría así que solo senpai puede dejarlo ahora…

“sí, debería…”. Pero no pasaba más allá. No podía pasar su mente más allá que eso.



Así pasaron las horas, en ese trabajo mecánico de senpai, en arreglar y arreglar experimentos, hacer notas, y combinar tubos de ensayos y colonias, notas y más notas, trabaja bien, está tranquilo, solo espera. Pero mira inevitablemente el reloj de vez en cuando, solo para ser más conciente de su extraña actitud, de no estar molesto, de no estar asustado, solo en esa espera resignada.



Y así, suavemente pero de pronto, se habré la puerta deslizante del laboratorio, y dan dos pasos hacia adentro dos pies cansados que se quedan delante de la puerta abierta.



Senpai por reflejo natural voltea el rostro a un lado y ve quién es. Lo ve con pasividad, pero también con activa atención, sus ojos están despiertos y sus cejas algo levantadas, y su mandíbula relajada.



Es Morinaga, por supuesto que es él. Pero es un Morinaga de muy mala cara, está pálido, con ojeras y ojos hinchados, le parece incluso que está algo despeinado, cosa extraña en él. También está levemente sonrojado, y puede hasta adivinar que su respiración es algo acelerada por su pecho que se mueve un tanto brusco; detalles extraños que notó, pero que no pudo tomar en cuenta con conciencia, por lo… “perturbador” de ese encuentro.



- senpai… -susurra Morinaga aún en la puerta, tiene una mirada algo suplicante.



Senpai está en silencio, y relaja la mirada, de inmediato mira hacia otro lado, en un movimiento lento, como si no quisiera esquivar en verdad los ojos de Morinaga, sino más bien, los aparta porque no sabe que decirle con su propia mirada.



Oye nuevos pasos que se acercan, y el sonido de la puerta deslizándose al cerrarse, senpai tirita, siente un escalofrió, es un poco del miedo que no sintió en todo el día, entonces lo siente, siente el peligro de estar a solas entre cuatro paredes con ese hombre.



Más pasos aproximándose, y contrae el rostro mirando sin ver el cultivo que estaba trabajando, ya que aunque su mente estaba del todo sometida por el anterior abuso, su cuerpo aún adolorido instintivamente siente la alarma de huir prolongando el temblor de su cuerpo e intensificándose un poco, pero Morinaga no lo nota.



- senpai…- tímidamente le toma la mano que posaba sobre la mesa al lado de la muestra, senpai da un brinco pero no lo rehuye, ve su propia mano tomada por la de Morinaga, no piensa en nada, solo puede darse cuenta en lo fría que está, él nunca había sentido su mano fría…



Y al fin lo mira, volteando levemente su rostro al de Morinaga otra vez, tal vez por la extrañeza que le causo esa mano fría, o porque simplemente quería mirarlo.



Morinaga está muy cerca, no se dio cuenta cuándo se acercó tanto. Puede sentir el aroma de café que emana su cuerpo, y ahora puede darse cuenta hasta que punto en verdad Morinaga tiene mala cara, se ve realmente mal, agotado del todo, sus ojos hinchados incluso están algo rojizos y tiene profundas ojeras, senpai pudo hasta notar la extraña contradicción de palidez y sonrojo que se contenía en su rostro.



Pero no se preocupó, solo se extrañó un poco, no pudo preocuparse de esa visión ya que más bien ésta le producía tranquilidad, sí, se tranquilizó al ver esos ojos cansados y brillosos en Morinaga, porque ver a Morinaga más débil y cansado que él, lo confortaba.



Y así bajó la mirada, en una expresión que recordaría tristeza y resignación cansada. La mano sostenida por la de Mori aún no se mueve.



Y otra vez siente otro tacto frío, los dedos de Morinaga de su otra mano ahora están en su mejilla, pestañó bruscamente por esto, y se sumergió del todo en esa extraña resignación, en esa extraña entrega de la victima de un abuso, una tranquilidad que lo perturba, que lo inmoviliza, pero que no lo tensa, con el cuerpo relajado no piensa en nada, nada.



Y de pronto se encuentra a sí mismo con los ojos cerrados ¿por qué? ¿por qué tengo cerrados mis ojos? Lo pensó debajo de su conciente, y era porque Morinaga lo estaba besando, en una suave presión de sus labios contra los suyos, pudo sentir el ardor de esos labios, cómo estaban tan calientes en sus propios labios tibios.



Entreabre los ojos, pero solo un poco, y sin poder ver nada al hacerlo, y vuelve a cerrarlos, por una extraña razón, nunca puede abrir sus ojos cuando lo besa.



Y al cerrar sus ojos una segunda vez, se perdió lo que le faltaba para perderse a sí mismo del todo; no le importó nada, ni que alguien pudiera venir y verlos, ni el estado maltrecho de Morinaga, ni la violación de antesdeayer… no le importó nada, quería quedarse en ese suave beso para siempre, era el mismo sentimiento de aquella vez en que le hizo el amor, y cayó sobre él tras el orgasmo en un calido beso, era el mismo sentimiento porque aún deseaba hacerlo.



Y así, sin darse cuenta, se calmó, se relajó, y su mano presionada por la de Morinaga la tomo al fin, mientras que la otra sujetó el antebrazo de su ayudante ya no por delante, como un vago intento de rehusarlo como otras veces, sino desde atrás, ahora como un vago intento de atracción.



Y como las heridas del muerto que sangran ante su asesino, el cuerpo de senpai dolió al sentir ese tacto íntimo con Morinaga, porque aún si su corazón extrañamente no estaba resentido con él, sí lo estaba su cuerpo, como si la más pequeña estimulación como ese beso fuera demasiado para su intimidad abusada, y volvía a doler.



Al fin abre los ojos, porque Morinaga se a separado levemente de sus labios, y aún con sus narices casi juntas, puede ver ahora más conciente su agitación, su sonrojo aumentado, y sus ojos más brillantes, además que su respiración más agitada que golpea con su aliento de café su boca. Él no se ha calmado como senpai con ese beso, más bien, pareciera que se había alterado.



“¿Por qué… ese rostro? ¿Qué es lo que has pensado…?”



Piensa senpai, sin darse cuenta, oye su propia voz en su cabeza preguntando esto, pero sus labios no se mueven, están entreabiertos por el beso de Mori, pero a la vez inertes.



- senpai… - un nuevo susurro por parte de Morinaga, pero ahora es entrecortado. Morinaga por alguna razón se a angustiado y su mano deja la de senpai que tenía sus dedos entrelazados con los suyos, mientras la otra también se despide de su rostro. Morinaga retrocede sin ver a senpai, solo mira hacia abajo.



Y ahora senpai es el que se angustia, como siempre es así cada vez que Morinaga se aleja de él…



- yo… senpai… - Morinaga no puede ordenar sus ideas, parece como si de pronto incluso hubiera sudor frío en su rostro – yo… - mira a otro lado, angustiado, pero con mirada centrada, parece haber visto en la nada la verdad de su pensamiento.



“Va a disculparse” piensa senpai, con mandíbula tensa y ojos serios y atentos, lo espera porque quiere perdonarlo.



- yo… lo siento pero… - mira a senpai, con ojos bruscos pero agonizante, con convicción pero agotado, hay un brillo diferente en esos ojos que parecen hasta enfadados – yo no me arrepiento.



Senpai abre los ojos impactado, en parte por lo que oyó y en parte porque de pronto ese cuerpo que estaba delante del suyo se fue inclinando como en cámara lenta hacia delante, como un tambaleo, y senpai por reflejo lo recibe aún si no puede con su peso y sus piernas (de por sí más débiles por lo vivido) caen al suelo con ese otro cuerpo sobre él, aguantándolo apenas 3 segundos.



- ah! ¡¿Morinaga?! ¡Morinaga!



Todo ocurrió muy rápido, de pronto y Morinaga se encuentra desmayado en sus brazos; y la mente de senpai al fin se aclaró del todo como no estuvo en ese día gracias a esa chocante impresión, y al fin relaciona todas las extrañas características que tenía Morinaga cuando lo vio; toca su frente.



“Está ardiendo!”.






CONTINUARA muy pronto, lo juro!!!! xD



Y por supuesto, no olviden dejar comentarios y/o escribirme a: shicakane@hotmail.com

O escribirme es el cuadrito de mensajes del blog x3, cartas de muerte, amenazas, comentarios, lo que gusten, incluso si es solo hablar de esta serie adictiva, y a propósito, yo también estoy en depresión por el final del manga, pero seguiré escribiendo para mi y para ustedes mucho más de esta pareja, lo juro!

2 comentarios:

hitsu-sasuke dijo...

si me gustó mucho!!!!!! en serio estuvo genial

Anónimo dijo...

Esto el de el yaoimanga de ''the tyrant in falling love? en serio? yo no e leido nada del manga que ponga esto.