Fanfic Koi Suru Bou Kun

Proyecto Challengers!

sábado, 26 de octubre de 2013

Cap 27: fanfic de The Tyrant Who Fall Love / Koi suru Bou kun

El semestre sabático es genial, casi no me arrepiento de no haber trabajado el cap como debía xD nah, aunque es cierto que he hecho un montón de cosas, he salido mucho y hecho un montón de proyectos, estoy en una época sumamente feliz en mi vida y estoy cuidando mantenerla y no ser absorbida por lo socialmente correcto que en realidad carcome el alma jojojo. Estoy tratando de que el fic termine en 30 capítulos, aunque nunca esperé que todos los problemas o dilemas que aparecieron a lo largo del fic fueran resueltos ahí mismo, porque en realidad, la vida no es así y quiero que esto sea un poco realista, muchas veces en la vida quedan nudos sin atar o si se aclaran ocurre a lo largo de mucho mucho tiempo; de todas formas cuidaré tachar algunos dilemas a ver si así hago las 30. Paz! n,n/ ahh~~ felicidad~~~
Cap 27
Parece que se había vuelto común buscarlo de esa forma, aún dormido en la cama. Senpai estiró los brazos, su cuerpo quería encontrar entre las sábanas a Morinaga, había una especie de puchero en sus labios, y su entreceja ya comenzaba a inclinarse, molesto porque sus manos no lograban encontrar esa piel que tanto deseaban.
- nnmm… - su olfato se agudizó, buscando a Morinaga, pero en realidad estaba en todas partes su aroma, hasta en él mismo. Finalmente no le quedó más que despertar - Mori…? - no se oyó a sí mismo en ese momento.
¿Qué día era? ¿Ya era mañana? ¿Dónde estaba Morinaga?
Senpai pestañó varias veces, con la mejilla apegada a esas sábanas revueltas, se había estirado completamente boca abajo en la cama, y con los brazos y las piernas estirados, parecía que le daba un gran abraso caprichoso, tal vez eso quería, pero no había encontrado ese otro cuerpo.
Levantó su torso de un salto, esa típica sorpresa después de despertar del sexo aún no lo dejaba, pero de inmediato se retorció, le dolía todo como el infierno.
- auuhh!! Pero qué mierda? - y recordó de inmediato - …! “cierto! Yo.. él… hace un rato… hace un rato?... nnmm no importa, dónde está Morinaga en primer lugar, está enfermo!” - su racionalidad tampoco lo había dejado, pero al menos podía recordar pronto lo que habían hecho, y también podría reconocerlo (aunque de inmediato cambiará de tema consigo mismo).
Senpai ahora agudizó el oído, Morinaga debía estar levantado. Pero un extraño vértigo pasó por el estómago de senpai ¿hace unos días no había pasado lo mismo? Despertar solo, buscar a Morinaga y…
Miró hacia el velador, esta vez estaba en su cuarto pero no pudo evitar buscar la misma nota que la vez anterior Morinaga le había dejado. Pero no había ninguna. Y de pronto, a su oído ya alertado le llegó un suave sonido de: ssshhhhh. La cocina.
“Está aquí” se dijo aliviado, aunque sin darse cuenta del todo. Entonces trató de enderezarse, quería llegar hacia ese ruido, ver a Morinaga, saber que estaba bien, no pensó ni en la vergüenza, ni en qué se dirían ni en nada, sólo quería verlo. Pero su cuerpo dolía muchísimo, casi no podía moverse, además del evidente dolor en su trasero y en su pene, sentía un fuerte dolor en las extremidades, como un entumecimiento paralizante, tal vez sin haberse dado cuenta se había “doblado” más de la cuenta, no era un colegial después de todo. Además de esto, muchísimas partes de su cuerpo estaban inflamadas y ardían sin parar, entre chupones y mordiscos, hasta arañazos le cruzaban el cuerpo entero ¿en qué momento habían hecho todo eso? ¿o era de veces anteriores? En los últimos días lo habían hecho más de la cuenta. Estos pensamientos divagaron nubosamente por la mente de senpai, sin concretarlos del todo, pero lo sabía, lo sabía y no podía negarlos, negarse.
El cuerpo le pesaba. Pasaron unos largos 5 minutos en que incluso senpai pensó en gritar a Morinaga para que lo ayudara, pero no, no estaba listo para algo así. Logró sentarse en la cama, enderezarse y alcanzar la ropa más o menso esparcida, se puso los bóxer dolorosamente, y su camiseta. Mientras se abotonaba podía ver cómo eran ocultadas las innumerables marcas en su pecho, y apenas el género rozó sus tetillas sintió el fuerte ardor, era como si hubieran sido comprimidas, su carne estaba deshecha. No podía vestirse más “dios, ese Morinaga…! En verdad es un bestia!” por supuesto que bloqueaba sus propios recuerdos, sus propias manos en Morinaga, en especial cuando él mismo lo había montado, aniquilándose a sí mismo y a él en ese torbellino de dolor imparable.
En todo ese rato no había dejado de escuchar el shhhh atentamente, debía estar ahí, tenía que estar.
Se puso de pie lentamente, tragándose los quejidos de dolor, y caminó despacio, sosteniéndose de las paredes, descalzo incluso, no pudo visualizar sus pantuflas y, honestamente, el hambre ya lo estaba matando, y sed, en especial una sed horrible, también le dolía la garganta, seguro que por “gritar” tanto…
El pasillo pareció increíblemente largo, pero en realidad ya se estaba habituando a esa situación, horriblemente habituando, él, el dolor, su cuerpo destrozado, no poder siquiera caminar sin temblar su cuerpo entero. Pero sólo quería ver a Morinaga, su deseo era tan fuerte que no pensó en nada más, si quiera en cómo se veía en ese momento, ya qué más daba, al menos en ese momento mismo ya no importaba.
Camino y caminó. A medida que se acercaba, los sonidos de choques de utensilios comenzaron a sonar, cada vez más definidos con cada paso *crac crac*. Demoró, pero no supo cuánto, sólo estaba él en su mente. Estaba agotado, pero podía sentir una ansiedad extraña, casi una molestia ¿por qué esa urgencia de verlo? ¿por qué esa molestia de no haberlo visto en su cama al despertar? Lo había buscado ¿por qué no estaba ahí con él?
Al fin lo vio. Pudo visualizar su espalda, estaba vestido, su cabello ya no estaba siquiera opaco, había tomado un baño; y se movía con ligereza en la mesa de la cocina. Pero Mori sintió su mirada ¿cómo no hacerlo? Y volteó tranquilamente, lo vio, le sonrió.
- senpai, pero, estás descalzo! - sonrió con el sartén en la mano. Se veía al fin saludable.
- “qué mierda me dice este?” - extrañamente estaba más violento de lo esperable. Pero entonces senpai bajó su vista, se vio a sí mismo, camisa entreabierta, bóxer manchados (inevitable) y descalzo, sí, semidesnudo y sucio - …!!! - él lo sabía, pero no le tomó el peso hasta que los ojos de Morinaga se posaron en él.
Se apoyó nuevamente contra la pared, quería volver a la habitación sin siquiera decir una palabra, pero no podía hacer movimientos bruscos, su cuerpo se deslizo por la pared un segundo, sosteniendo su cuerpo incapaz de pronto de moverse.
- senpai! Cuidado! - Morinaga lo sujetaba, había dado los pasos necesarios para estar al fin cerca de senpai, éste apretó las mangas de Morinaga, pero no sosteniéndose.
- au! Ay…. - apretó los ojos un momento, le había dado una extraña clavada interna, okey, eso era un nuevo nivel.
- estás bien? Ven, siéntate, yo te traeré tu piyama. - dijo Morinaga arrastrándolo al pequeño comedor de la cocina.
- no…, quiero, tomar un baño… - susurró senpai, evitando tontamente mirar a Morinaga, la vergüenza había vuelto, pero estaba demasiado agotado y hambriento para o golpear a Morinaga o simplemente huir.
- no senpai, estás demasiado cansado, come al menos primero, vale? La comida estará lista pronto. - Morinaga ya había volado hacia la habitación, no le costó encontrar una muda de piyama, había dormido varios días en la habitación de senpai, no le avergonzó manosear un poco los muebles, y siquiera se impresionó al ver la cama como estaba, lo había hecho él después de todo.
Senpai no alcanzó ni a quejarse cuando Morinaga ya estaba de vuelta, casi quería vestirlo pero basto un golpe (leve, no tenía tanta fuerza) en la cabeza de Mori para que lo dejara cambiarse en paz. En verdad, cambiarse de ropa en la cocina? Nunca había hecho algo así (estos japoneses) pero no podía hacer nada más, al menos Mori no veía, se había volteado a hacer unas tostadas exprés para senpai.
Senpai se vistió rápido a pesar del dolor.
- Morinaga - no aguantó - dame agua, muero de sed. - se sentó lentamente. Resignado., Estaba más débil de lo que pensaba.
- oh, sí - servicialmente Morinaga de inmediato le dio un vaso de agua que senpai bebió de inmediato, por lo que Mori tuvo que volver a llenarlo al minuto. - ten, come estas tostadas por mientras - senpai se veía tan agotado, pero Morinaga no se arrepentía de lo hecho, de haberlo dejado así, cruelmente en su mente algo retorcida disfrutaba servir a un senpai tan débil, si pudiera tenerlo así siempre, él servirle en el más mínimo detalle…
- lo que quiero es un cigarrillo… - gruñó senpai, se había dado cuenta que había olvidado sus lentes.
- em, está bien - Morinaga ahora fue hacia el living, fumar en la cocina era extraño, pero hoy era un excepción, senpai pensó lo mismo. Al lado del cenicero Mori acercó las tostadas - pero también come por favor - suplicó, con esa cara de perro bajo la lluvia.
- yaa - siquiera lo miró, pero tomó una tostada. Agua y un cigarrillo, que delicia, era lo que necesitaba, y tal vez un antiinflamatorio.
- Deberías tomar un antiinflamatorio - dijo con tono bajo Morinaga, le había vuelto a dar la espalda mientras terminaba la comida, le faltaba sólo dorarse - yo tomé uno.
- ….!!! - no sabía por qué, pero le impactó escuchar eso, era una frase extraña, la ceniza de su cigarrillo cayó al suelo.
- Aquí, los tenía a mano - no supo senpai de dónde los sacó, pero en frente de él apareció una pastilla anaranjado clara, Morinaga había sido rápido, sabía que si senpai lo veía a los ojos explotaría hecha una fiera, probablemente. Volvió a darle la espalda, mientras temblaba un poco de miedo.
- i-idiota!! Por qué debería…?! Tú tomaste una? Tonto, eso se puede tomar con los medicamentos...?  ah! Tus pastillas! Qué hora es? QUÉ?!! ES DE NOCHE?!!!
- n-no… es sólo que ahora oscurece más temprano, son las 6 - Morinaga no le quedó más que voltear, y humildemente tratar de aplacar la histeria de senpai.
- las 6?!!!
- está bien, sí me tomé las pastillas, pero con atraso, pero no es nada. - Morinaga apagó la cocina, hablaba bajo y con tono condescendiente, tal vez era el dolor de su cuerpo, el resfriado que aún seguía latente, o simplemente el amor… después de todo había logrado avanzar mucho con senpai, o al menso eso sentía, por primera vez en mucho tiempo se sentía satisfecho, para qué alterarse? Para qué alterar a senpai? - no te preocupes…
- pe-pero… ainch… - suspiró senpai, exhalando el humo del cigarrillo, al él no le gustaba el descontrol. Los horarios desordenados, el estar sucio, no es que fuera una persona intachable, de hecho tenía una personalidad de porquería, pero era estricto también, y había tenido demasiado descontrol esos días. Dio dos mordidas a una tostada. - estás loco - dijo con la boca llena.
Morinaga sonrió. Todo estaba listo en la mesa y apenas Mori tomó asiento, senpai fue consciente de las delicias de platos que tenía al frente. Oh, la maldita comida preparada del combini eran una porquería al lado de esos platillos, cuánto los había extrañados! Delicioso pollo asado con arroz frito, y un salteado de verduras (:Q____) bajo una salta que no reconocía pero que poco importaba, seguro que sería deliciosa. Se le olvidó todo enfado, y casi hasta el dolor de su cuerpo.
- Itadakimasu. - dijo Morinaga, sonriendo demasiado.
- oh! Sí - se había quedado embelesado viendo el plato - que aproveche.
Comenzaron a comer, senpai estaba en las nueves.
Habría pasado varios minutos de silencio, sin embargo no incomodo. La comida estaba demasiado deliciosa. Y cuando el principio del hambre voraz se aplacó, senpai dejó escapar
- mmhh, está muy bueno.
- gracias, me alegra - Morinaga sonreía, pero con una extraña tranquilidad, no era forzada, pero era demasiada tranquilidad.
- ah… sí - senpai no se atrevía a mirarlo a los ojos, sentía mucha vergüenza, así de simple, una inquietud muy molesta, que se contrarrestaba extrañamente a esa tranquilidad que le provocaba la presencia segura de Morinaga. Él estaba bien.
Terminaron de comer muy pronto ¿había sido almuerzo o cena?
- quieres café?
- ah, claro…
Cuando Morinaga volteó a preparar el café, senpai cayó en cuenta de la pastilla aún en la mesa, “es una locura” pensó con algo de vergüenza resignada, y se la tomó con algo de sopa de Miso que Mori también había preparado (había sido una cena bastante completa, algo así como para recuperar las perdidas de esos días).
- senpai… - susurró Morinaga que esperaba que el café se calentara en la cafetera.
- mmh? - a senpai le había vuelto una extraña somnolencia, su cuerpo se adormecido tras comer, lo sentía pesado.
- tú lavaste los platos? - ese tono de voz era algo seco.
- ah, no, fue… - esa chica ¿cuál era su nombre?
- acaso fue Yumi? - Morinaga volteó un tanto, mirando a senpai de reojo, su mirada no parecía ni molesta ni preocupada, más bien… incómoda.
- ah, sí - senpai titubeó un poco, recordó sus infinitas ganas de tomar un baño - lo hizo sin que se lo pidiera - dijo sin más, nunca le ha gustado la gente entrometida.
- ah, ya veo, sí… je, que vergüenza - sonrió Morinaga, falsamente. Le preocupaba el hecho de que senpai saboreara el servilismo femenino; en Japón ese tipo de atenciones se traducen en coquetería, si Yumi hubiera cocinado no habría dudas de sus intenciones… después de todo, Mori era consciente que todas sus infinitas atenciones para senpai eran propias de una novia, sólo esperaba que él no lo notara.
Pero Morinaga no era el único que pensaba en Yumi, en realidad senpai también pensaba en ella, incomodándose al recordar el evidente hecho de que ella estaba tras Morinaga. Ambos estaban tan preocupados del otro que veían a Yumi como una amenaza para sí mismos (no tan claro en la mente de senpai, pero la molestia era obvia).
El café estaba listo, senpai prendió otro cigarrillo, casi había olvidado el dolor de su cuerpo, y pudo haberse levantado y ya largado a su preciosa ducha, pero prefirió quedarse, algo le picaba demasiado.
- ¿sabes que… - susurró lento.
Morinaga levantó la vista de su té (no se sentía tan bien para café) había estado sumido en sus propios pensamientos.
- ella está enamorada de ti? - senpai lo dejó escapar sin más, se veía enojado, lo miraba directo a sus ojos, como si reprochara a Morinaga.
Éste pestañó varias veces, ok, no esperaba eso.
- ah, Yumi? - calló un momento, claro que había notado algo, pero dado que ella no había mostrado ninguna señal directa, ni se había declarado, él prefirió pasarlo por alto - bueno… - bajó la vista ¿por qué senpai le preguntaba eso? - sí, un poco.
- ….. - senpai desvió la mirada, no sabía por qué estaba tan enojado.
- pero, dado que ella no ha sido directa al respecto mm… - Morinaga lo había dicho demasiado formal, pero era verdad - si ella lo hiciera…
Senpai sintió que una vena de su cuello se tensaba, torció más enfadas sus cejas.
- le diría que ya estoy enamorado de alguien más. - miró a senpai, se animó a sonreírle tímidamente.
Él lo miró de reojo, su expresión era fría, pero en sus ojos se veía un brillo ¿amable?
- … - bebió un poco su café y mirando a otro lado dijo al fin - sí, es verdad. - casi no se sonrojó, estaba resignado hace mucho, era como si Morinaga todavía estuviera en su cuerpo a través del dolor que aún sentía por dentro y por fuera, y estando así esas palabras no eran tan difíciles de decir, aunque ese era un hecho muy bizarro. - bueno, voy a tomar un baño. - ya no estaba esa inquietante molestia, podía irse en paz.
- …pero acabas de comer - dijo tímidamente Morinaga, aún sonrojado por las palabras (tan simples, pero que significaban tanto para él) dichas por senpai.
- y qué? Sólo quiero tomar el maldito baño - estaba demasiado cansado por lo que se estaba poniendo irritable. Se puso de pie, pero su cuerpo no reaccionaba tan rápido como quería, y extrañas punzadas aún cruzaban por su cuerpo - nn!
- espera, déjame ayudarte - Morinaga ya estaba a su lado, sosteniéndolo - no quieres… - susurró con algo de tímido aire aventurero - qué te acompañe?
Senpai había dejado que Mori lo sostuviera, pero apenas dijo esas palabras lo miró con la misma mirada asesina de cada vez que dice algo embarazoso.
- qué? - una mirada que atraviesa el hielo.
- ah! No! Es que…! Auu! - senpai le había piñizcado los brazos, si no estuviera tan débil le habría dado un simple puñetazo, pero por ahora eso bastaba. Morinaga no lo soltó a pesar del dolor.
- pero… au, senpai, tengo miedo que te caigas o algo… - de hecho sus brazos lo estaban envolviendo más que sosteniéndolo.
- i-idiota! Si me caigo será por tu culpa! - trataba de guardar distancias, pero estaba demasiado débil para forcejear demasiado.
- lo sé, quiero tomar la responsabilidad - sonrió Morinaga, estaba siendo tontamente tímido hace un buen rato a pesar de aventurarse a abrazar a senpai ahí mismo.
- qué…? I-idiota! No me refería a… - Morinaga peligrosamente se acercaba a su boca.
- entonces… - y seguía acercándose disfrutando el nerviosismo permanente de senpai sin importar cuántas veces estuvieran juntos - dame un beso.
- ah?! - senpai estaba atónito, que desvergonzado tipo era este! ¡¿Qué tipo de chantaje estaba usando?!
- por favor, ne? - rozaba su nariz con la de senpai, sonriendo, con cada susurro su aliento acariciaba sus labios.
- de-desde cuándo lo preguntas? - senpai se atrevió a reprocharlo, pero extrañamente había bajado los humos; seguía avergonzado, y seguía casi paralizado pero ya no luchaba, sus manos se posaban en el pecho de Morinaga, ya no lo empujaba, no sabía por qué.
Morinaga sonrió más aún, de pronto para senpai su rostro brillaba, su sonrisa lo iluminaba todo ¿qué rayos había sido esa pastilla? ¿había vuelto a ser drogado una vez más? ¿por qué no podía luchar contra Morinaga? ¿por qué él se veía… así?
- je, desde que creo que me dirás que sí. - y lo besó. Senpai respondió con demasiada rapidez, su cuerpo, sus labios, sus manos se movían solas, seguían a Morinaga de una forma que lo aterraba, pero y simplemente, era inevitable, ya no se pertenecía sí mismo y le daba mucho miedo pero, era algo que ya no tenía vuelta atrás, de eso sí podía estar completamente consciente, al fin y para su mala suerte.

CONTINUARÁ.

Comentarios y/o cartas de muerte a mi correo shicakane@hotmail.com si quieren n,n/

4 comentarios:

Naomi Soto dijo...

Maravilloso, extraordinario, me encanta tu forma de escribir, simplemente esta historia la seguiré hasta el final 30, 40, 50 capítulos, los que tu quieras, la verdad es que tu historia me tiene flotando en el aire. Sempai no puede resistirse más ya no, Morinaga simplemente esta en su mente, corazón, en su cuerpo...Ya ha probado hasta donde pueden ser capaces de llegar e incluso ir más lejos...Definitivamente estaré esperando el siguiente

Anónimo dijo...

Soy Isa xD

Amo tu fic, se me hizo corito el capitulo TAT, es que me gusta mucho. Ya va a terminar? u.u lo extrañare. Es de los mejores que he leido.

Ambos preocupados por yumi XD

Miss C.H dijo...

Me encanta, ¿sabes? este fic hace que me duela el estomago,logras escribir de tal manera que logro sentir lo que los personajes sienten. Creo que ese es un don, felicidades.

Miss C.T House dijo...

Esto es realmente exquisito. Desearía que no terminara nunca, pero también se que todo lo bueno tiene su fin.