Fanfic Koi Suru Bou Kun

Proyecto Challengers!

jueves, 20 de febrero de 2014

"La última oportunidad" de Sita Yeah CAP 2

Recuerden que este no es mío xD

Capitulo dos: ¿Cómo llegamos a esto?

Sempai se encontraba sentado en el sillón de la sala, su espalda apoyada en el respaldo y su cabeza tirada hacia atrás mirando el techo. "¿Qué acaba de suceder?". Hace ya unos minutos Morinaga se había dirigido a su habitación después de aquella discusión que había empezado de manera absurda. “Siempre tan ansioso, bastardo…No, fue mi orgullo", se corrigió sempai," mi culpa".
Comienzo del flash back:
-Está bien sempai, lo haré, haré lo que quieres, ¿estás contento?
Su rosto se mantuvo quieto e imperturbable, la mirada fija y dura, los labios tensos y secos. Como si toda la ternura y amabilidad de Morinaga hubiera sido totalmente removida, tragada por una aspiradora, modificada al momento de las palabras de sempai. Segundos después sin previo aviso abrió de lleno la puerta.
-Déjame solo sempai, esta es mi habitación, estás estorbando.
“Estorbando” sempai lo repitió en su cabeza mientras abría sus ojos color miel sorprendido. Avanzó lentamente a la puerta y antes de salir se giró y miró al hombre que se encontraba dándole la espalda.
-¿Morinaga?- Su llamada fue más de forma simbólica que otra cosa. Quería saber si aún dentro de toda esa piedra que se había convertido su ayudante, se encontraba el ansioso ser que siempre lo atacaba y besaba cuando menos se lo esperaba. Que sonreía sin parar cuando pensaba las cosas a su conveniencia, que lo atendía y ayudaba siempre que lo necesitó. Ese hombre no respondió, había desaparecido y un impostor estaba en su lugar.
-Mañana debemos trabajar, si me disculpas debo dormir.
Sempai salió completamente estupefacto. Se sentó en el sillón al momento que un portazo rompió el silencio y toda la calma de aquel pelo largo. “¿qué acaba de suceder?”
Fin del Flash back.
Apretó sus puños y cerró los ojos. En el pasado su cabeza era diestra para bloquear todos los episodios que no eran de su comodidad, también era la misma mente que le permitía tener acciones cariñosas con Morinaga como secar sus lágrimas y que después de hechas le mostraba la realidad, esos retrasos de comprensión lo facilitaba todo. Cuando Sempai lograba pasar esa barrera, recordaba con claridad vergonzosa el hacer el amor con Morinaga, besarlo a voluntad y acariciarlo cuando estaba triste. Era chocante como solo él sabía. En la actualidad Sempai ya no se podía dar el lujo de bloquearse, pues las veces de entrega ya eran innumerables y poco a poco era natural encontrarse en esas situaciones. “Ya no puedo hacer como si no pasara nada”, abrió un poco los labios para soltar tensión, “somos… ¿qué somos?”
Poco a poco se ladeo para recostarse en el sillón, puso su cabeza en el brazo lateral y se esforzó una vez más para seguir reflexionando. Efectivamente Sempai quería saber más de Morinaga, como siempre, él lo había leído como un libro abierto. “Me conoce tanto y yo no sé nada de él”
Desde que Morinaga había sido transferido a la sucursal de Nagoya el trabajo no había cesado, era una época de grandes descubrimientos científicos y la información debía ser ratificada y comprobada en todo el país, sobre todo en las importantes farmacéuticas. Contrario de lo que se pensaba Morinaga se iba muy temprano en la mañana y llegaba muy tarde en la noche, aun así, preparaba la comida para el otro día, lavaba, planchaba las camisas de él y de Sempai día tras día.
Sempai al contrario llegaba más temprano que de costumbre. El trabajo seguía siendo el mismo pero sus ayudantes pasando los meses se habían vuelto más hábiles y podían seguir el ritmo del  tirano, en consecuencia podían terminar a una hora prudente. “tsk!, ya era hora, cómo es posible que dos no pueden hacer lo que hacía Morinaga solo, él era…increíble” un sonrojo se apoderó de su rostro y pensó en esa puerta cerrada, “quizás no es bueno, si tuviera más trabajo no pensaría tantas cosas”
Nuestro tirano pasaba más horas en soledad que le permitía una calma que no conocía hace meses pero también le cobraba con ansiedad. En una de esas tardes de cena sin Morinaga se dio cuenta que (finalmente) con su ex ayudante las cosas iban más que enserio. Vivian juntos, su kohai lo atendía como un rey y tenían una relación de amantes, “prácticamente estamos casados”. Curiosamente no se sorprendió, sólo le preocupó algo: “debería saber más de él, todo lo que sé es su triste pasado con ese tipo que lo usó y la relación con sus padres pero… es todo”. Sempai había sufrido una transformación extraordinaria a sus ojos, no sólo podía pensar de forma calmada en una relación homosexual, sino que además no le parecía extraño ya. “Seguro no podré sacármelo de encima jamás” se decía pretendiendo una excusa, “tendré que acostumbrarme, por ello debería conocerlo más, ¿qué le gusta? ¿Tendrá alergias? ¡Maldito bastardo! Si se lo pregunto se pondrá como idiota, ¡me niego!” apretó sus puños, “pero entonces ¿cómo?”. Y se le ocurrió, tan claro estaba la respuesta a pasos de ahí detrás de una puerta blanca sin llave. “¡No! Sería descuidado hacer eso, seguro se dará cuenta, pero… dicen que es fácil conocer una persona por su habitación…”. Días más tarde Sempai concretaría este deseo y al mismo tiempo cumpliría su pesadilla, ser pillado por Morinaga exactamente hace escasos minutos.
Sempai volvió al tiempo actual recostado en el sillón, sus pensamientos habían divagado por horas pues ya la oscuridad asomaba por la ventana de la sala. Sin energías después de ver el rudo rostro de su ex ayudante se durmió. A la mañana siguiente despertó en el mismo sillón sin un rastro de una cobija o alguna preocupación. “Ni siquiera me despertó para ir a mi habitación, ¿se habrá dado cuenta?”.
La puerta abierta de la habitación de Morinaga y el silencio sepulcral le dio la respuesta, él no estaba.
-me vio y…y… ¡no hizo nada!- A Sempai le dolió el pecho y con su mano derecha se lo palpó.
-Morinaga… ¡maldito idiota!- se levantó rápido, necesitaba comer algo, tomar un café y dirigirse al laboratorio, seguro lo haría sentirse mejor. Pero no había café preparado ni tampoco algo de comida. El tirano se extrañó, “Morinaga siempre lo deja todo listo”, avergonzado pateó una silla cerca.
-¿Qué tan mimado he sido eh? Piensa que no puedo valerme solo, ese ¡baka! Ahora verá.
Todo fue un caos, quemó el pan tostado, el café no tenía un buen sabor y para rematar no había una taza limpia. Salió con la molestia en el estómago decidido a comprar algo antes de llegar en la universidad.
El día transcurrió rápido para el resto pero Sempai no se daba cuenta, sus pensamientos sólo estaban puestos en el extraño comportamiento de Morinaga. Lo había dejado dormir sin abrigo y ni siquiera se había preocupado de su desayuno. “Él siempre lo hace todo…por mí”. De golpe eso no estaba y además no había visto su rostro en la mañana, siempre se despedía de él para al menos poder verlo y lo dejaba despierto para que no se atrasara en la universidad, por supuesto no había ocurrido esa mañana.
“Seguro sigue enojado, pero se le pasará como siempre, quizás tenga que disculparme… ¡por dios! Sé que esta vez me he pasado pero sólo debo disculparme y quizás esta noche…”- Sonrió sin darse cuenta, sus ayudantes al contrario pudieron notar esa breve expresión mas no tuvieron valor de preguntar debido a su extraño ánimo.
Al llegar a la puerta de su departamento se sintió nervioso y luego recordó que Morinaga una vez más saldría tarde, entró calmado y dejó sus cosas en la habitación.
-achu!, aahh seguro me resfrié ayer en el sillón.
Fue al botiquín del baño a buscar un jarabe para la tos que Morinaga había comprado la última vez que sempai había enfermado, en eso estaba cuando su celular sonó.
-¿sí?
-¿Sempai?- su tono era más duro de lo usual
-¿Morinaga? ¿Pa.…pasa algo?
-Sempai no llegaré a casa hoy así que debes prepararte la cena solo, nos vemos mañana, adiós.
-¡oí! ¡Morinaga!
Pero ya había colgado. “¡¡Ese estúpido!! Ni siquiera me dice a dónde irá o con quien, ¡¡imbécil!!”
Resignado agarró su chaqueta y sus llaves, tendría que comprarse la cena y quizás más cigarrillos. Su rabia lo comía por dentro por esta inesperada actitud y esa frialdad en su voz. “Él nunca me habla así”. El combini más cerca de su casa estaba demasiado lleno, irritado por el pésimo día que estaba pasando decidió ir a beber algo como siempre lo hacía para desahogarse. Muchos jóvenes a esa hora se encontraban disfrutando de la música y de los tragos rebajados.
-Es raro beber sin…- se irritó aún más y buscó dónde podían vender cigarrillos
-¡Tetsuhiro por acá! Este local es genial, he venido antes con mis amigas- una voz femenina exclamó.
Sempai volteó en la dirección de la voz. Morinaga iba en un grupo de hombres y mujeres y era tirado de la mano por una mujer, la que había hablado. Morinaga se veía inseguro pero sonreía.
-¿Morinaga?-Sempai exclamó por lo bajo- ¿Qué hace de la mano de una mujer?
-Tu idea del gokon* es genial Morinaga, el trabajo nos tenía tensos- Exclamo un joven pelinegro a su lado
- ¿gokon?- A sempai le dolió el estómago- ¿Qué está pasando?
CONTINUARÁ
Esperamos sus comentarios! n,n/
Si quieren sigue este y otros fic de Sita Yeah en Fanfiction:

2 comentarios:

akary dijo...

ahhhhhhhhh pero como!!!!morinaga no me lo creo, pobre sempai creo k ahora si va a sufrir algo me lo dice jajajaja ya uiero ver el sig capi

Miss C.H dijo...

Por fin lo leí.
No leo desde el pc, bajo los escritos, los pego en un .txt y lo pongo en mi tableta. Se ven tan lindos, como Ebooks reales :)

Espero leer pronto la continuación.
Gracias por las letras.