El laberinto del Minotauro
Conocido mito clásico representado en esta escena (de paso recomiendo el intertexto de Borges "La casa de Asterión"). Encolpio cae (literalmente) a este labertinto tras su aventura con hermafrodita, pero logra salvarse al reconocerse como estudiante y persona culta y no como luchador digno del minotauro, el cual lo perdona.
Reconocer nuevamente la escenografía, en especial el laberinto mismo con su numerosos detalles.
Lo apremian acostándolo con Ariana, una sacerdotisa del lugar, pero es entonces cuando Encolpio descubre que sufre de impotencia por lo que lod esprecia y casi dan una paliza por ello. Entonces se encuentra con Ascilto que de alguna manera se había hecho amigo de los que antes le habían hecho esa borma macabra (casi fatal), y con Eumolpo, el poeta empobresido que aparece ahora como hombre rico.
Segundo Burdel:
El fuego de Onotea:
Tras esta escena Encolpio descubre que Ascilto fue acesinado, en esta parte le dice unas palabras que en la novela le dice a otro personaje con el que también había tenido una relación entre amistad y enemistad.
A continuación la escena de necrofilia antes comentada en otras entradas, donde los cazadores de herencia se comen el cadaver de Eumolpo para heredar su herencia que en realidad es inexistente.
Finalmente Encolpio nos da las últimas palabras que hay hasta hoy de lo que queda de la obra (aunque en mi edición no aparecen éstas como las últimas palabras, aún así confío en Fellini 8D).
Estas son las palabras:
"El viento es favorable.
Las nubes están despejando.
Decidí irme con ellos.
Zarpamos esta misma noche.
Yo era parte de la tripulación.
Llegamos a puertos desconocidos.
Por primera vez, oí el nombre de Kelisha, Rectis.
En una isla cubierta de altos,
Fragantes pastos conocí a un joven griego que me contó que en los años-"
Y para cerrar, unas pinturas de los personajes de la película (esta es sólo una de ellas) en unas, lo que parecen, ruinas.
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