Un
gato mirón
Crónicas
serenenses II (2007)
Julián González Reyes
Segundo libro
de esta trilogía de crónicas, esta vez escrita 10 años después del primero De día
beato, de noche gato (1997), sin embargo, este libro va más allá que un
compilado de crónicas como puede pensarse de su primer libro. Y es que esta vez
la intencionalidad del autor demuestra una transversalidad de temas expuestos
de una manera literaria y a la vez filosófica, es decir, va más allá de la
crónica histórica o crónica urbana propia del periodismo.
Podemos observar así una evolución
de sus escritos, demostrando una postura ya formada respecto a diferentes
temas, especialmente apuntada a lo latinoamericanista,
la exaltación de lo regional (la IV región específicamente) y una voluntad emancipacionista frente a varios tópicos
sociales como la enajenación de la modernidad o el capitalismo. Sin dejar de
paso una postura ecológica que roza a lo místico influenciado quizás por el
hermoso Valle del Elqui de nuestra región.
No debemos olvidarnos de que el
autor es primeramente sociólogo, pero en el momento en que se escribió este
segundo libro ya se había adentrado hace mucho en el plano de la literatura
aplicando diferentes recursos de producción retóricos y estéticos; además del
filosófico, camino necesario para producir cualquier crítica consiente, que es
lo esencial que hace el autor. Sin dejar de agregar incluso una dosis de humor
y picardía.
Es así como ya tenemos una
conceptualización de su postura: Sociología
existencial, que comienza como una reflexión hacia la sociedad y sus
tópicos pero termina siendo una crítica existencial sobre el ser humano, esencialmente
sobre el vivir.
Es
así como nos sorprendemos con una primera sección titulada PERSONALES,
denotando ya un tono más íntimo del autor respecto a sus propios escritos y
reflexiones, siguiendo la sección de SOCIALES, FUTURO Y MANIFIESTO, ésta última
en particular defiende la necesidad de la sociología y el complejo conflicto
personal del autor con la postmodernidad.
Además de esto, las crónicas van
acompañadas de diferentes fotografías que harán perdurar (y que por eso
comparto aquí en formato digital) la historia serenense, como la inauguración
de la población Oscar Praguer donde vivo (y vive el autor) actualmente, del
barrio Capuchinos, el antiguo Mercado Municipal en el que ahora está la icónica
Recova, o el Teatro Nacional ya destruido de La Serena, entre otras
fotografías.
Y lo más interesante para muchos,
quizás por su nivel de intimidad, reflexión libre y hasta confesión es su
epílogo: SCANER. Una pequeña autobibliografía del autor, en que nos cuenta, no
de manera sistemática sino más bien honesta, desde su nacimiento hasta su edad
actual (en esos años). Pero no es su vida lo que íntimamente nos comparte, sino
que son sus reflexiones despertadas con cada relato el que nos envuelve; dado
que no hay mayor interés para un lector que la reflexión ligada a lo real, y
eso lo he aprendido en la pedagogía, si enseñas desde la teoría no llegarás a
lo significativo pero si enseñas desde la cotidianidad usando la misma vida, la
vida real, podrás llegar mejor a los estudiantes y a los lectores en este caso.
Si el autor nos relata un evento que vivió cuando tenía 14 años y jugaba en un
centro recreativo que llegaba para instalarse 3 meses, y ahí por primera vez
escuchó a los Beatles, llegará con
mayor fuerza a los lectores, porque lo leeremos valorando el hecho de que el
mismo autor nos comparta sus recuerdos, un pedacito de su vida en el relato.
Finalmente, solo me queda mencionar
algunas de sus crónicas con la intención de presentar una panorámica del tipo
surtido de textos que encontramos en el libro, por ejemplo: respecto al aluvión
que hubo en la región el año 1957, de los baños termales de El Toro, del
antiguo barrio de Los Capuchinos, del club de futbol de La Serena de aquellos
años, etc. (pondré fotografías del índice para que vean la lista).
Especialmente me gustó mucho una crónica que recuerda que antiguamente en esta
(mi) población habían muchísimos eucaliptos, que en la fotografía de
inauguración se aprecian, y que fueron talados siguiendo la línea del progreso,
en esos años en que la población misma era el límite de la ciudad, lo cual me parece
increíble ahora. Como también Religión
tecnológica o Los jóvenes siempre,
que entre otros textos, tiene una visión más crítica y existencial, más que
histórica y convencional.
Esperamos leer el siguiente y último
libro de esta trilogía de crónicas: Un
gato serenense (2010), el cual tendrá también su propia entrada al blog, y
posteriormente también me gustaría hacer otra más comparando las tres crónicas
mismas. Sería genial.
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